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Si estás pensando en estudiar traducción y no sabes las oportunidades laborales que tendrás, a continuación te contamos qué necesitas y cómo ser traductor autónomo. Para triunfar por tu propia cuenta, deberás conseguir clientes, por ello también te contamos qué perfil debe tener este profesional. ¿Quieres ser freelance y dedicarte a la traducción? En Euroinnova te ofrecemos una amplia oferta de cursos y másteres en este ámbito, con los que podrás conseguir tus metas profesionales. ¿Quieres saber más?
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Una vez completados los estudios en traducción, muchos profesionales se decantan por convertirse en autónomos. Sin embargo, aunque se trate de una opción atractiva para muchos, encontrar el número suficiente para generar rentabilidad no es tarea sencilla. En el siguiente post te contamos cómo ser traductor autónomo y qué formación necesitas para dedicarte a la traducción de manera profesional. ¿Te interesa?
¡Vamos a ello!
La traducción no es otra cosa que la acción y el resultado de traducir. En otras palabras: cambiar de un idioma a otro, ya que el emisor y el receptor no comparten la misma lengua, por lo que son incapaces de comprender el mensaje.
En efecto, la traducción es fundamental para la comunicación. Y más en una época donde las lenguas no entienden de fronteras.
Además, para decodificar el sentido completo del texto origen, el traductor tiene que interpretar y analizar todas sus características de forma consciente y metódica. Este proceso requiere un conocimiento profundo de la gramática, sintaxis y frases hechas o similares de la lengua origen, así como de la cultura de sus hablantes.
Un traductor autónomo es aquel profesional que ejerce su profesión de manera independiente, quien es capaz de traducir cualquier texto de acuerdo a su especialización e idioma de dominio.
El trabajo de un traductor freelance se caracteriza porque traduce por encargos y no ciñéndose a una jornada laboral, aunque las funciones realmente sean las mismas. Además de la traducción en sí, asesorar a sus clientes en los errores que pueda tener un documento, tales como redacción, estilo y gramática.
Otras funciones del traductor autónomo son la edición de textos, utilizando para ello herramientas como procesadores de texto y programas específicos para periodistas, así como la redacción y corrección de información, dos servicios complementarios a la traducción normalmente ofrecidos por la mayoría de estos trabajadores autónomos.
Por ello, los traductores independientes también suelen contar con cursos y másteres, Filología o la Publicidad, entre otros.
¿Qué tipo de persona es un buen traductor? Este es un gran empleo para quien quiere ayudar a personas de su propio origen. Además, puede encontrarse con una situación difícil o delicada, por ello deberá ser una persona tranquila y mantener una postura profesional en todas las situaciones.
Además, debe contar con otras cualidades y habilidades como:
Cualidades
Habilidades
En cuanto a la formación, si te estás preguntando cómo ser traductor autónomo, la vía más fácil para conseguirlo es a través del Grado de Traducción e Interpretación.
Otra opción válida para formarte como traductor e intérprete es estudiar cualquier otra carrera universitaria y cursos y másteres. Esto puede ofrecer una ventaja importante: la especialización en un ámbito determinado, que permite tener conocimientos de la materia y del lenguaje técnico específico.
Por ejemplo, si tienes la carrera de Derecho y la complementas con un cursos y másteres, puedes especializarte en traducciones en el ámbito jurídico.
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