Aprende a identificar los síntomas de la parálisis facial por estrés
La salud mental incide en muchas enfermedades y afecciones físicas. De hecho, las manifestaciones de malestares psíquicos se conocen como somatizaciones, que pueden expresarse como dolores, temblores, sudoración, entre otros.
Aunque hay escenarios en los que esto puede conducir a complicaciones, la parálisis facial periférica no encuentra lugar en el estrés; por el contrario, la parálisis fácil idiopática o parálisis de Bell, que se relaciona con la inflamación y afectación de los nervios faciales.
Como consecuencia, se afecta el nervio facial y se genera la pérdida de movilidad de los músculos orbiculares de los ojos y boca. Para Para una rápida intervención, es necesario conocer y atender oportunamente a los síntomas de parálisis facial por estrés.
En lo que sigue, te comentamos un poco más al respecto. ¡Sigue leyendo!
Principales síntomas de parálisis facial por estrés
A continuación, se detallan los principales síntomas o indicios de la parálisis facial por estrés.
Mareos o sensación de vértigo. Aunque la parálisis facial ocurre de manera inesperada, estos síntomas pueden ser indicadores de que algo no va bien.
Debilidad en un lado de la cara. Esto se expresa en la dificultad de realizar expresiones o movimientos en el rostro. Puede arreciar en cuestión de horas o días.
Zumbidos en los oídos. Al verse afectado el nervio facial, este puede influir en otros en los que cuenta con ramificaciones. Así, se puede afectar la percepción auditiva con zumbidos o sensibilidad al sonido.
Dolores de cabeza, mandíbula y oído. Estos dolores pueden ser consecuencia de la tensión muscular asociada a la parálisis facial y la afectación del nervio correspondiente.
Afectación en la producción de salivas o lágrimas. La parálisis facial puede provocar la producción excesiva o limitada tanto de saliva como de lágrimas.
Fases de la parálisis facial
La evolución de la parálisis facial puede dividirse en varias fases:
Fase o momento hipotónico
En este momento, los músculos faciales presentan debilidad (paresia) y ocurrir, asimismo, la parálisis de una parte de la cara. La afectación de los nervios faciales, sumada a la pérdida de tono muscular, dificultan la realización de expresiones, es decir, la incapacidad de movimiento.
Tras este evento, se requieren determinados cuidados para evitar efectos colaterales. El primer cuidado se centra en los ojos, sobre todo, el que corresponde a la zona afectada por la parálisis. Se recomienda la administración de lágrimas artificiales y pomadas.
Asimismo, se debe buscar la higiene general de la zona bucal y la cabeza para prevenir problemas de periodontitis y afectación del ojo, respectivamente.
Fase o momento de reinervación
Tras la aplicación de cuidados imprescindibles –como el estímulo de la zona afectada– se inicia la fase que se conoce como reinervación, la cual consiste en la aparición de movilidad en los músculos. Aunque este episodio puede depender del tipo de lesión nerviosa, ocurre en un lapso que va desde los 3 a los 4 meses desde el episodio hipotónico.
Ahora bien, durante esta fase, se deben aplicar cuidados centrados en la reeducación de los músculos afectos (músculos orbiculares), los cuales dotan de movilidad a los ojos, la boca y los labios. Se debe evaluar la manera en la que se deben aplicar los movimientos, que deben ser simétricos, e implementar otras dinámicas como pronunciar palabras o sonidos.
Fase o momento de contracción muscular
A esta fase se le reconoce por las sincinesias y las contracciones musculares que actúan como secuelas de la parálisis facial. Se caracterizan por ser involuntarias, así como inconsistentes, cuando el paciente intenta realizar movimientos voluntarios.
Como en las fases anteriores, en esta, se deben desplegar tratamientos para disminuir la incidencia de las sincinesias y fortalecer los músculos, los cuales podrían permanecer flácidos. Entonces, ¿cuáles son las medidas necesarias en este caso? Se realizan movimientos endo y exobucales, se administra toxina botulínica y se reeducan los músculos.
Tratamiento de la parálisis facial por estrés
El tratamiento de la parálisis facial por estrés se centra en abordar tanto la causa subyacente (el estrés) como los síntomas físicos.
Fisioterapia
La fisioterapia ocupa un lugar imprescindible en el tratamiento de la parálisis facial. Aunque la probabilidad de mantener secuelas permanentes es alta, los ejercicios planteados en las sesiones de terapia física pueden llegar a restablecer movimientos y controlar aquellos que ocurren de manera involuntaria. En todos los casos, se busca recuperar la función y la simetría facial.
Psicoterapia
En el caso de las parálisis faciales por estrés, el tratamiento no solo debe ser físico, sino también psicológico. La gestión de la ansiedad, el control del estrés y el manejo de las emociones son fundamentales para mantener la salud integral. Con el acompañamiento de profesionales de la salud mental, se pueden mejorar los malestares psíquicos e incidir, así, positivamente en el aspecto físico.
Acupuntura
A pesar de ser un tratamiento alternativo, puede incidir positivamente en el control del estrés, así como en la relajación de los músculos próximos a la zona afectada. Por sus características, se espera que la acupuntura estimule nervios y músculos, y genere al mismo tiempo momentos de relajación, lo que promovería la pronta recuperación.
Otros causantes de parálisis facial
Además del estrés, varios factores pueden provocar parálisis facial. Estos incluyen infecciones, condiciones médicas y traumas físicos. A continuación, se detallan algunos de los principales causantes.
Herpes zóster
Esta infección viral puede afectar el nervio facial y, en consecuencia, causar parálisis. Este virus, que puede permanecer en reposo y luego reactivarse, encuentra factores de riesgo en aquellas personas que pasaron por ella. Se le conoce como culebrilla, pero es mejor denominarlo virus de la varicela y del herpes zóster.
Otitis
Cuando la otitis es producida por infecciones en el oído medio, puede afectar al nervio facial debido a su proximidad con las ramificaciones de esto. La inflamación y la acumulación de líquidos pueden afectar el nervio facial y provocar parálisis o paresia.
Traumatismos
Los traumatismos en la cabeza o la cara pueden dañar severamente los nervios faciales. Se incluyen las fracturas, los cortes, las lesiones deportivas y otros incidentes que comprometen a uno o ambos lados de la cara. Las secuelas pueden incluso ser permanentes.
Parálisis tumoral
Las neoplasias, benignas o malignas, pueden causar parálisis facial. Conforme el tumor crece, este ejerce presión sobre el nervio. Los tumores pueden ser, en este caso, intra o extracraneales.
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