Maria Belen Del Rio Sanchez

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DOCENTE DE LA FACULTAD DE MEDICINA


Foto de Maria Belen Del Rio Sanchez

Como médico dedicado a la docencia, mi pasión por la ciencia y la medicina se refleja en cada aspecto de mi vida. Estoy aquí para compartir contigo mi conocimiento y explorar juntos el fascinante mundo de la salud. ¡Acompáñame en este viaje de descubrimiento y aprendizaje! 


La posibilidad de inspirar a futuros profesionales de la salud, de contribuir al crecimiento académico y personal de mis alumnos, es mi motor diario. La medicina, con su constante evolución, me impulsa a seguir aprendiendo y transmitiendo ese conocimiento a las mentes jóvenes que están dando sus primeros pasos en este fascinante campo. 

Icono de información Formación

  • Licenciada en Medicina y Cirugía 
  • Licenciada en Biología 

Icono de información Experiencia

  • Profesora CFGS y CFGM (Laboratorio clínico, Anatomía patológica, Auxiliar de Enfermería, Diagnóstico por Imagen y Radioterapia). Varias entidades 
  • Docente curso y formaciones bonificadas y subvencionadas por el Servicio Estatal de Empleo Público. Varias entidades
  • Profesora de las asignaturas Biología, Química y Matemática para la preparación de la EVAU internacional. Universidad Nacional a Distancia (UNED) 
  • Redactora de contenidos. Varias entidades 
  • Redactora SEO para diferentes blogs y páginas web

Artículos publicados

¿Qué es la nefropatía?

¿Qué es la nefropatía?

La nefropatía, también conocida como enfermedad renal, engloba un conjunto de alteraciones que afectan la función de los riñones, comprometiendo su capacidad para filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre. Estos órganos sirven para mantener el equilibrio de electrolitos, la regulación de la presión arterial y la eliminación de toxinas. Cuando los riñones sufren daño renal, su función se ve afectada, lo que puede dar lugar a complicaciones graves como la insuficiencia renal, que podría requerir diálisis o un trasplante como únicas opciones de tratamiento. Tipos de nefropatías Existen diversos tipos de nefropatías, incluyendo la nefropatía diabética, la hipertensiva, las glomerulonefritis y las nefropatías hereditarias. En muchos casos, estas condiciones son progresivas, lo que significa que el daño renal empeora con el tiempo. Estas patologías no solo afectan la función renal de manera directa, sino que también pueden desencadenar complicaciones en otros sistemas del organismo debido a la acumulación de toxinas y el desequilibrio electrolítico que se produce cuando los riñones no filtran adecuadamente. Por ejemplo, la nefropatía diabética es una de las principales causas de enfermedad renal crónica y afecta a millones de personas en todo el mundo. Las glomerulonefritis, que involucran inflamación de los glomérulos, pueden ser el resultado de infecciones, enfermedades autoinmunes o trastornos hereditarios. Causas de la nefropatía Las causas de la nefropatía son diversas y pueden estar relacionadas con factores genéticos, enfermedades sistémicas y estilos de vida. Una de las principales causas es la diabetes mellitus, ya que los niveles altos de glucosa en sangre pueden dañar los pequeños vasos sanguíneos de los riñones, afectando su capacidad para filtrar adecuadamente. Esta condición se conoce como nefropatía diabética y es una de las complicaciones crónicas más comunes en personas con diabetes. La hipertensión arterial también es una causa frecuente de nefropatía. La presión arterial alta ejerce una tensión excesiva sobre los vasos sanguíneos de los riñones, lo que puede llevar a un deterioro progresivo de su función. Además, enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico pueden desencadenar daño renal al atacar los tejidos renales a través del sistema inmunitario. Otros factores incluyen antecedentes familiares de enfermedad renal, infecciones recurrentes del tracto urinario, consumo excesivo de medicamentos nefrotóxicos, como algunos analgésicos y antibióticos, y condiciones genéticas como la poliquistosis renal. Asimismo, el consumo excesivo de sal, el tabaquismo y el sedentarismo contribuyen al desarrollo de nefropatías al empeorar las condiciones subyacentes como la hipertensión y la diabetes. ¿Qué órganos se ven afectados con la nefropatía? Aunque la nefropatía se centra en los riñones, sus efectos pueden extenderse a otros órganos y sistemas del cuerpo. Los riñones están conectados con varios sistemas a través de la circulación sanguínea, por lo que el daño renal puede tener repercusiones sistémicas. El corazón y el sistema cardiovascular son particularmente vulnerables. La nefropatía puede agravar condiciones como la hipertensión arterial y aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca y enfermedad coronaria debido a la acumulación de líquidos y toxinas en el organismo. Además, los niveles elevados de potasio, que pueden resultar de una función renal deteriorada, pueden causar arritmias cardiacas potencialmente mortales. El sistema nervioso también puede verse afectado. Los desequilibrios electrolíticos y la acumulación de productos de desecho en la sangre pueden provocar neuropatías y afectar la función cognitiva. Por otro lado, el exceso de líquidos puede ocasionar edema cerebral en casos graves. El sistema óseo también se ve comprometido, ya que los riñones son responsables de regular los niveles de calcio y fósforo en la sangre. Una nefropatía avanzada puede dar lugar a desequilibrios que desencadenan enfermedades óseas como la osteodistrofia renal. Asimismo, el sistema inmunitario puede debilitarse, aumentando la susceptibilidad a infecciones. ¿Cómo se puede controlar la nefropatía? El control de la nefropatía depende de un enfoque integral que incluye el manejo de las causas subyacentes, la prevención de complicaciones y la promoción de hábitos saludables. El tratamiento varía según el tipo de nefropatía y el grado de afectación renal. En primer lugar, se debe controlar las condiciones que causan o agravan el daño renal. Para las personas con nefropatía relacionada con la diabetes, mantener niveles adecuados de glucosa en sangre es muy importante. Esto puede lograrse mediante una combinación de dieta, ejercicio y medicación. Del mismo modo, para quienes tienen hipertensión, el control estricto de la presión arterial mediante fármacos antihipertensivos y cambios en el estilo de vida es también muy aconsejable. El monitoreo periódico a través de análisis de orina y pruebas sanguíneas ayuda a evaluar la función renal y a detectar cualquier deterioro de manera temprana. Esto permite ajustar los tratamientos de forma oportuna. Asimismo, los niveles de potasio, fósforo y calcio deben ser vigilados, ya que su desequilibrio puede causar complicaciones graves. La dieta debe tenerse en consideración, tanto en la prevención como en el control de la nefropatía. Reducir el consumo de sal ayuda a controlar la presión arterial y evita la retención de líquidos. Limitar las proteínas en la dieta puede disminuir la carga de trabajo de los riñones, y una ingesta controlada de potasio y fósforo previene complicaciones adicionales. En casos avanzados de enfermedad renal crónica, es posible que se requiera diálisis o un trasplante de riñón para sustituir la función renal perdida. La diálisis permite filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, mientras que el trasplante ofrece una solución a largo plazo. No obstante, ambas opciones requieren un monitoreo médico constante y el seguimiento de pautas estrictas. Finalmente, promover estilos de vida saludables sirve para prevenir la nefropatía y reducir su progresión. Esto incluye mantener un peso corporal adecuado, realizar ejercicio regular, evitar el consumo de tabaco y moderar el consumo de alcohol. La educación sobre los factores de riesgo y la importancia del seguimiento médico son también importantes para mejorar los resultados en las personas con nefropatía. Si quieres conocer más sobre las nefropatías, te recomiendo realizar el siguiente máster en Hemodiálisis. Quizá te interesa leer sobre... ¿Qué es la nefrología? ¿Qué materias se ven en enfermería? Titulaciones que te pueden interesar Postgrado en Técnicas de Enfermería en Nefrología y Diálisis + Titulación Universitaria (+6 Créditos ECTS) Máster en Enfermería en Nefrología y Hemodiálisis + Titulación Universitaria (6 Créditos ECTS) Curso en Nefrología ...

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¿Qué es la flebología? Explora los secretos de las venas

¿Qué es la flebología? Explora los secretos de las venas

¿Alguna vez has pensado en tus venas como una red de autopistas por donde viajan tus sueños, miedos y, bueno, tu sangre? Quizás no, porque la verdad es que no solemos pensar en ellas hasta que algo empieza a fallar. Las venas son esos héroes silenciosos que trabajan las 24 horas sin pedir aplausos (ni descansos). Y luego está la flebología, la rama de la medicina que se encarga de estudiarlas, cuidarlas y, en ocasiones, regañarlas por colapsar en el peor momento posible. Así que, si alguna vez te has preguntado por qué tus piernas te dan problemas después de un largo día o de quién fue la brillante idea de inventar las medias de compresión, ¡sigue leyendo! Vamos a hablar sobre la ciencia, los problemas y las soluciones de un mundo fascinante y lleno de venas, literal y metafóricamente. La flebología, más que un trabalenguas complicado La flebología es, en esencia, la especialidad médica que se ocupa de las venas. Estas estructuras tubulares son las encargadas de devolver la sangre al corazón después de que las arterias la hayan distribuido por todo el cuerpo. Pero, ¿sabías que las venas trabajan a contracorriente, luchando contra la gravedad, especialmente en las piernas? Este trabajo arduo no está exento de complicaciones. Entre los problemas más comunes encontramos las venas varicosas, la insuficiencia venosa crónica y las trombosis venosas profundas, entre otras patologías que suenan igual de serias que complicadas de pronunciar. El papel del flebólogo es garantizar que estas autopistas corporales estén en buen estado y funcionando correctamente. ¿Cómo lo logran? A través de una combinación de diagnóstico clínico, estudios de imagen como el ecodoppler venoso y tratamientos que van desde recomendaciones de estilo de vida hasta procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos. Problemas venosos: ¿Por qué no son solo cuestión estética? Las venas varicosas han sido tradicionalmente asociadas con problemas de tipo estético, pero en realidad representan una manifestación visible de un trastorno subyacente en el sistema venoso. Estas venas, que aparecen dilatadas y retorcidas, son el resultado de un mal funcionamiento de las válvulas venosas. Estas estructuras internas actúan como compuertas que impiden el retroceso de la sangre hacia las extremidades, permitiendo su retorno al corazón. Cuando estas válvulas fallan, la sangre se acumula en las venas afectadas, generando su deformación característica. Este fenómeno no solo implica una preocupación visual, sino que además suele ir acompañado de síntomas molestos como dolor, hinchazón, sensación de pesadez y, en casos más graves, puede dar lugar a complicaciones serias como la formación de úlceras venosas o la aparición de trombosis en el sistema venoso. Trombosis venosa profunda La trombosis venosa profunda (TVP), por su parte, constituye una condición de mayor gravedad dentro del espectro de las patologías venosas. Este trastorno ocurre cuando se forman coágulos sanguíneos en las venas profundas del cuerpo, especialmente en las piernas. El principal riesgo asociado a esta condición es que estos coágulos pueden desprenderse y viajar a los pulmones a través del torrente sanguíneo, causando una embolia pulmonar, una emergencia médica potencialmente mortal. Dada la gravedad de esta complicación, la prevención y el manejo temprano de la TVP son esenciales. Las medidas preventivas incluyen el uso de medias de compresión, que mejoran el retorno venoso, la adopción de hábitos que promuevan la actividad física y el evitar periodos prolongados de inmovilidad, que son factores desencadenantes comunes de la enfermedad. El manejo de estas afecciones venosas requiere compromiso por parte del paciente. Aunque las estrategias de prevención y tratamiento son sencillas y generalmente accesibles, como el ajuste en el estilo de vida o el uso de herramientas específicas como las medias de compresión, implican cambios que pueden ser percibidos como incómodos al principio. Sin embargo, estos esfuerzos no solo ayudan a prevenir complicaciones graves, sino que también mejoran significativamente la calidad de vida al aliviar los síntomas asociados y mantener un sistema venoso saludable. Tratamientos modernos: adiós a las cirugías invasivas La flebología ha evolucionado enormemente en las últimas décadas, dejando atrás los procedimientos quirúrgicos extensos como la flebectomía en favor de técnicas mínimamente invasivas. Hoy en día, el arsenal terapéutico incluye opciones como la escleroterapia, la ablación endovenosa con láser o radiofrecuencia, y la microespuma ecoguiada. ¿Qué significan todos estos términos? Básicamente, son formas ingeniosas de cerrar venas problemáticas sin necesidad de bisturí, utilizando tecnología de punta para minimizar el dolor y el tiempo de recuperación. La escleroterapia, por ejemplo, es un procedimiento que consiste en inyectar una solución en la vena afectada, provocando su colapso y posterior reabsorción por el cuerpo. Es una solución sencilla para venas varicosas pequeñas o arañas vasculares. Por otro lado, las ablaciones endovenosas utilizan energía térmica para cerrar venas más grandes y problemáticas. Lo mejor de estos tratamientos es que no solo mejoran la funcionalidad de las venas, sino que también alivian los síntomas y mejoran la estética, ¡todo en una sola cita en muchos casos! La clave, como siempre, está en un diagnóstico adecuado y personalizado. Cuidar tus venas nunca fue tan importante (ni fácil) En el fondo, la flebología nos enseña algo importante: cuidar nuestras venas es cuidar nuestra calidad de vida. Desde pequeños cambios en el estilo de vida, como caminar más y usar medias de compresión, hasta tratamientos innovadores y mínimamente invasivos, la flebología ha demostrado ser una especialidad que combina ciencia, precisión y un toque de arte. Y aunque probablemente sigas sin pensar mucho en tus venas después de leer esto, al menos ahora sabes que, si alguna vez necesitas ayuda con ellas, hay expertos dedicados a que sigas disfrutando de cada paso que des. Así que la próxima vez que tus piernas te pidan un descanso, dales un respiro y agradece a tus venas por el trabajo incansable que hacen. ¡Y no olvides mantenerlas saludables, que te lo agradecerán con creces! Quizá te interesa leer sobre...  ¿Buscas formación en medicina estética? ¡La tenemos! ¿Qué es un médico cirujano y cuáles son sus funciones principales? Titulaciones que te pueden interesar ...

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Tipos de suturas: Una guía completa para profesionales de la salud

Tipos de suturas: Una guía completa para profesionales de la salud

En el ámbito médico, las suturas son parte imprescindible en la cicatrización de heridas y en la reparación de tejidos. Desde tiempos antiguos, se han utilizado diferentes materiales y técnicas para unir tejidos, pero la evolución de la medicina ha perfeccionado estos métodos, haciéndolos más seguros y eficaces. Esto, a su vez, ha favorecido que las recuperaciones postquirúrgicas sean más rápidas y efectivas. Clasificación de las suturas Las suturas pueden clasificarse de diversas maneras, pero las categorías más comunes son según su origen, su estructura y su capacidad de absorción. Según su origen Según su origen, podemos distinguir entre las suturas naturales y las suturas sintéticas. Las primeras se obtienen de materiales biológicos. Ejemplos comunes incluyen el catgut (derivado del intestino de ovejas o vacas), y la seda, obtenida de los capullos de gusanos de seda. Las suturas naturales son biocompatibles, pero su degradación puede variar, lo que puede afectar la cicatrización. Las suturas sintéticas están fabricadas a partir de polímeros. Estas incluyen materiales como poliglactina (Vicryl), polidioxanona (PDS) y ácido poliglicólico (Dexon). Estas suturas tienden a ser más uniformes en su comportamiento y tienen un perfil de degradación más predecible en comparación con las naturales. Según su estructura Con base en su estructura podemos diferenciar las suturas monofilamentos y las suturas multifilamentos. Las suturas monofilamentos están hechas de una sola hebra de material. Ejemplos incluyen el nylon (Ethilon) y el polipropileno (Prolene). Una de sus grandes ventajas es que causan menos reacción tisular y tienen menor riesgo de infección, ya que su superficie lisa permite menos colonización bacteriana. Sin embargo, son más difíciles de manejar debido a su menor flexibilidad. Las suturas multifilamentos están compuestas por múltiples hebras trenzadas o retorcidas, como la seda y la poliglactina (Vicryl). Son más fáciles de manipular y anudar, pero tienen una mayor tendencia a provocar reacciones tisulares y pueden albergar bacterias en sus intersticios. Según su capacidad de absorción Finalmente, según su capacidad de absorción se pueden clasificar en suturas absorbibles y suturas no absorbibles. Las primeras se degradan y son absorbidas por el cuerpo con el tiempo. Se utilizan en tejidos internos donde no se requiere la extracción de la sutura. Ejemplos incluyen el catgut, poliglactina y poliglecaprone. Son útiles en tejidos que sanan rápidamente, como el intestino o la vejiga. Las no absorbibles no se degradan y pueden permanecer indefinidamente en el cuerpo. Son ideales para la piel y otras áreas donde se necesita soporte a largo plazo. Ejemplos incluyen nylon, polipropileno y seda. A menudo se utilizan en procedimientos cardiovasculares y ortopédicos. Según su uso Otra clasificación que no se usa tanto, pero también es útil en determinadas circunstancias es catalogar las suturas según su uso. Las suturas para la piel están diseñadas específicamente para el cierre de heridas cutáneas. Pueden ser absorbibles o no absorbibles. Las suturas absorbibles, como el poliglecaprone, se utilizan para heridas superficiales que sanan rápidamente, mientras que las no absorbibles, como el nylon, son ideales para cierres que requieren una mayor resistencia a largo plazo. Las suturas internas son utilizadas para cerrar capas internas de tejidos. Las suturas absorbibles son las más comunes en este tipo, ya que se degradan con el tiempo sin necesidad de ser retiradas. Las suturas especializadas incluyen suturas diseñadas para aplicaciones específicas, como las suturas cardiovasculares, oftálmicas y ortopédicas. Cada tipo está adaptado para las características particulares del tejido en el que se utilizan. ¿Cómo elegir una sutura? La elección del tipo de sutura depende de múltiples factores que el cirujano debe considerar cuidadosamente. Por ejemplo, diferentes tejidos tienen distintos requerimientos de sutura (la piel y los músculos pueden necesitar suturas más fuertes y duraderas, mientras que los tejidos internos blandos pueden requerir suturas absorbibles). Las suturas absorbibles son preferidas en tejidos que sanan rápidamente, mientras que las no absorbibles son más adecuadas para tejidos que requieren un soporte prolongado. Además, las suturas para áreas de alta tensión, como las articulaciones, deben ser más fuertes y duraderas. Las heridas faciales, por otro lado, pueden requerir suturas finas para minimizar las cicatrices. Finalmente, la presencia de enfermedades como la diabetes o la inmunosupresión puede influir en la elección de la sutura, dado que estas condiciones pueden afectar el proceso de cicatrización. Tipos de suturas Además del tipo de sutura, la técnica utilizada para aplicarla es fundamental para el éxito del cierre de la herida. Algunas de más comunes incluyen la sutura simple, que consiste en pasar la aguja y el hilo de un lado de la herida al otro y luego atar un nudo. Al ser la técnica más básica y las más rápidas es muy utilizada en la actualidad, especialmente en procedimientos de urgencia. La sutura continua se lleva a cabo a través de una serie de puntos continuos sin cortar el hilo entre cada punto, proporcionando una distribución uniforme de la tensión a lo largo de la herida y resultando útil para largas incisiones. Es muy frecuente en procedimiento de larga duración y en donde deben coserse amplias zonas corporales. La sutura intradérmica, realizada dentro de la dermis, es ideal para heridas estéticas donde se desea minimizar las cicatrices visibles. Finalmente, en zonas de alta tensión se emplean nuevas técnicas como la sutura en U o la sutura en X, que son utilizadas en áreas donde la fuerza que debe soportar la herida es significativa. Quizá te interese leer sobre... Cuidados de enfermería en pacientes de cirugía general ¿Cuánto dura la especialidad de cirugía general? Titulaciones que pueden interesarte Curso de tanatopraxia Curso de Técnicas de Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear (Titulación Universitaria + 6 Créditos ECTS) ...

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