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El desarrollo tecnológico ha impulsado el crecimiento exponencial de diversos sectores productivos; incluso, en la educación, ha cobrado relevancia, ya que ofrece un sinfín de herramientas para la docencia y el mejoramiento del proceso de enseñanza aprendizaje. Como es de esperar, como parte de la proliferación de tecnologías, plataformas y entornos virtuales cada vez más avanzados, los usuarios deben desarrollar competencias digitales –básicas o avanzadas–, más aún en esta época en la que la transformación digital apunta a la omnipresencia de las nuevas tecnologías.
En este texto, te contamos todo lo que debes saber sobre estas competencias, su utilidad, los campos en los que más se necesitan y las competencias más solicitadas, sobre todo, en el mercado laboral.
Para entender qué son las competencias digitales, es importante tomar en cuenta los siguientes términos: conocimiento, habilidad y actitud. En primer lugar, el uso de software u otras herramientas requiere conocimientos específicos sobre sus alcances, funcionalidades, características y aplicaciones prácticas. En segundo lugar, la adquisición de estos saberes está estrechamente vinculada con el paulatino desarrollo de habilidades que permiten, precisamente, aplicarlos en la resolución de problemas y tareas. Los usuarios, así, fortalecen sus competencias conforme van implementando conocimientos y viceversa. Por último, no pueden dejar de mencionarse las actitudes o percepciones que estos tienen respecto del uso de la tecnología. Se espera que dichas actitudes sean positivas, puesto que, solo así, el acercamiento a las soluciones y tecnologías digitales estaría libre de consideraciones limitantes (por ejemplo, tecnofobia o tecnoestrés).
Partiendo de lo anterior, las competencias digitales van más allá de la utilización eficiente de herramientas, instrumentos y plataformas: tiene que ver también con que las tecnologías de información y comunicación (TIC) puedan incluirse en las actividades laborales, educativas y cotidianas de manera funcional con una disposición positiva que lleve a aprovecharlas lo máximo posible. De ahí la importancia de introducir la formación en tecnología desde la formación básica y entenderla, en consecuencia, a la educación superior y el mercado laboral, donde los conocimientos específicos detentan una relevancia innegable. Así, las competencias digitales se presentan como la base para la comunicación y colaboración, pero también para resolver problemas, tomar decisiones en cualquier ámbito. Los currículos nacionales implementan asignaturas lograr el desarrollo de competencias digitales y las empresas, por su parte, gestionan programas de formación orientados a la capacitación de sus trabajadores.
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Estos son los tipos de competencias digitales:
Las competencias digitales básicas permiten a los usuarios desenvolverse con soltura en aplicaciones y entornos virtuales, lo que incluye el dominio de programas de ofimática, gestión de correos electrónicos, medidas de seguridad y privacidad (protección de datos), creación de contenidos digitales, comunicación y alfabetización digital. Los usuarios con habilidades básicas utilizan dispositivos electrónicos con fines específicos, por lo que entienden el funcionamiento de las redes, las conexiones, la estructura de las páginas web, entre otros.
Las competencias digitales avanzadas, por su parte, implican habilidades y conocimientos avanzados. Estos se orientan al uso de softwares específicos, lenguajes de programación, ciberseguridad, big data, inteligencia artificial (IA), entre otros. Esto permite recuperar, almacenar, organizar y analizar grandes volúmenes de información de manera eficaz, oportuna y orientada a resultados. En este sentido, sobre todo en el ámbito profesional, las competencias avanzadas aseguran la aplicación sofisticada de la tecnología en procesos productivos.
Se ha mencionado que los currículos nacionales toman como punto clave el desarrollo de competencias digitales como parte de la formación integral de los estudiantes. Pero ¿qué buscan estos contenidos que, desde hace algunas décadas, son transversales a casi todas las asignaturas?
Se procura, ante todo, una relación amable con el mundo digital, donde los conocimientos y habilidades permitan al alumnado acercarse a aplicaciones y herramientas con la capacidad de gestionarlas y aplicarlas a casos prácticos. No obstante, junto a este enfoque funcional, también se espera un uso crítico y ético (véase la propiedad intelectual) de dichas herramientas, lo que significa saber usarlas correctamente e identificar información confiable recuperada de internet. A su vez, se toma en cuenta la competencia digital docente, la cual consiste en utilizar las tecnologías y herramientas digitales como recursos educativos.
En el caso de la educación superior y técnica, las competencias digitales se orientan a la especialización en el uso de software y plataformas con fines específicos. Las asignaturas, talles y otras opciones formativas se centran en dotar de conocimientos y habilidades avanzadas en aplicaciones de diseño, procesamiento de datos, modelado, entre otros.
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En cuanto a las competencias digitales en el ámbito laboral, la formación técnica o universitaria ofrece hard skills o habilidades duras cuya relevancia es indiscutible en el ejercicio profesional. Si bien se asume que ciertos perfiles cuentan con conocimientos y competencias digitales avanzados, las empresas suelen solicitar certificaciones u otros documentos acreditativos que den cuenta de esto. Esto explica la importancia de seguir programas formativos adicionales para obtener titulaciones o constancias en, por ejemplo, Salesforce, Microsoft (Azure), Cisco, AWS, ITIL, Adobe, Google, entre otros.
En el ámbito laboral, estas son las competencias más solicitadas para cubrir puestos de trabajo en todas las áreas.
El marketing digital y la gestión de redes sociales son competencias cada vez más solicitadas en las empresas. Se incluyen las competencias avanzas en SEO y SEM, importantes para el posicionamiento orgánico y la gestión de publicidad de pago en Google, Meta, entre otros.
En cuanto al cloud computing, la gestión avanzada de las herramientas cloud también es importante, ya que permite la comunicación y colaboración con equipos de trabajo. La accesibilidad y la seguridad de la información es parte de esto.
Las competencias digitales en software específico son particularmente importantes en los sectores del diseño (gráfico e industrial), la programación, el análisis de datos (procesamiento y visualización), el procesamiento de texto (sector editorial y de investigación con LaTeX como ejemplo), entre otros. También se valora el uso de plataformas de gestión empresarial.
En una época en la que el contenido digital es ubicuo, las empresas buscan profesionales capaces de interactuar con contenidos multimedia en los niveles de creación y edición. En este sentido, esperan producciones artísticas de alta calidad para campos como el marketing, la comunicación visual, la publicidad, la ilustración, entre otros.
La atención al cliente es posible gracias a los sistemas de gestión de relaciones (CRM), las plataformas de comunicación en línea y las herramientas de análisis. Se utilizan empresas dedicadas a la venta de productos y servicios. Los datos obtenidos de la atención al cliente sirven para mejorar estrategias y campañas de marketing, así como para adaptar ofertas y productos a nuevos mercados.
Las competencias digitales en torno a la ciberseguridad son quizá las más valoradas en el mercado laboral. Esta no solo implica asegurar la protección de datos, sino también gestionar riesgos, establecer protocolos de acción y proponer mejoras en los sistemas dedicados a prevenir ataques cibernéticos.
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