Curso en Pruebas de Evaluación de las Competencias Educativas del Alumnado (Titulación Universitaria + 2 créditos ECTS)
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La evaluación continua (en inglés, continuous assessment) es un tipo de evaluación cuyo objetivo es la intervención en la mejora del proceso de aprendizaje. De ahí que se le conozca también como evaluación procesual o formativa: incide en la importancia de llevar a cabo la evaluación en un nivel intermedio de formalidad en comparación con las evaluaciones sumativas. ¿Qué quiere decir esto?
La evaluación continua permite abordar el durante mediante un conjunto de estrategias y herramientas que, correctamente aplicadas, contribuyen con el aprendizaje de los estudiantes. En este sentido, ofrece una visión holística del progreso individual más allá del aprendizaje acumulado (véase la evaluación sumativa). Favorece, por tanto, la implementación de propuestas didácticas para cumplir con los objetivos de aprendizaje trazados por el currículo y sus respectivos planes de estudio.
En este punto, cabe preguntarse por la diferencia entre evaluación continua y evaluación sumativa. Grosso modo, difieren no solo en la metodología y el efecto, sino también en el propósito de su aplicación. En el caso de la evaluación sumativa o formativa, se cuantifica el desempeño del alumno siguiendo determinados parámetros como los logros, lo que se traduce en calificaciones que permiten medir el aprendizaje. En esto recae su formalidad, ya que permite avanzar de nivel. Sin embargo, la evaluación continua persigue mejorar la práctica didáctica para que el estudiante puede alcanzar el logro.
Aclarada esta diferencia, podemos indicar a continuación cuáles son los objetivos de la evaluación continua:
Uno de los objetivos de la educación, ya sea básico o superior, es fomentar el autoaprendizaje, la autorregulación y la metacognición. La evaluación continua favorece este camino de consciencia respecto de las propias necesidades y métodos más adecuados para aprender. Los docentes, así, al diseñar instrumentos de evaluación adecuados, facilitan la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades de manera autónoma.
La evolución de los estudiantes está sujeta a la superación de errores o carencias, por lo que se busca solventar, de manera progresiva, las dificultades que podrían presentar, sobre todo, frente a contenidos complejos. De esta manera, se evita que los problemas se consoliden y lleguen a afectar la adquisición de los contenidos de niveles posteriores. El aprendizaje con todo claro de por medio es más eficaz.
Este tipo de evaluación, asimismo, busca prevenir el fracaso académico, ya que permite a los docentes realizar intervenciones cuando apenas se detectan dificultades. Por ejemplo, en los proyectos, cada entregable brinda información sobre la comprensión de la tarea y el cumplimiento de sus objetivos. En este proceso, el estudiante recibe asesoramiento para implementar cambios en momentos tempranos.
Se reconocen dos tipos de motivación: extrínseca e intrínseca. Ambas son importantes; no obstante, la segunda tiene una particular relevancia en el proceso de aprendizaje tanto en cuanto permite a los estudiantes afrontar los contenidos desde la plena consciencia de su funcionalidad. Cada logro y avance sostienen el interés por la mejora continua, cuyo resultado se expresa tanto en satisfacción como en calificaciones acordes al desempeño.
La autorregulación permite a los estudiantes desarrollar autonomía y responsabilidad, lo que les hace protagonistas de su formación. El docente transmite conocimientos y fomenta la participación, donde funge de guía, pero es el estudiante quien se hace más consciente de sus procesos de aprendizaje. Con esto, toma decisiones, busca orientación y cumple con sus tareas y actividades académicas oportunamente.
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Estos son los métodos de evaluación continua más aplicados:
Si bien existen muchos otros métodos de evaluación continua, la observación opera como la base de todas estas para conocer qué hace y cómo hace el estudiante durante las sesiones, ya sean teóricas o prácticas. El docente o formador atiende a conductas sostenidas, cambios repentinos, interacciones y disposición con respecto a tareas, participaciones y otras actividades. Con esto, el docente puede ajustar sus estrategias según sus análisis.
Las pruebas suelen relacionarse con las evaluaciones parciales o finales de carácter sumativo. Pero también hay otras modalidades como los comentarios de texto, controles de lectura, ejercicios prácticos, entre otros. ¿Qué buscan estas pruebas? El docente pretende recabar información sobre el proceso de aprendizaje, a la vez que brindar retroalimentación para que los estudiantes conozcan su evolución a lo largo de cada unidad didáctica, semestre o año formativo.
Este método ha cobrado relevancia en la evaluación continua, ya que, por sus características, permite un seguimiento sostenido y orientado al logro de ciertos objetivos de aprendizaje, como la búsqueda de fuentes de información o la composición de un ensayo/monografía/informe. Con los proyectos, los estudiantes pueden demostrar destrezas que no siempre se reflejan en método tradicionales de evaluación como los exámenes escritos.
El uso de la tecnología está cada vez más presente en la evaluación continua. La gran diversidad de plataformas digitales permite a los docentes plantear dinámicas de evaluación interactivas y lúdicas. Los entornos virtuales, así, no solo contribuyen con la retroalimentación inmediata, sino también con el fortalecimiento de la motivación. La metodología de enseñanza debe, precisamente, impactar en el interés de los estudiantes.
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La evaluación continua exige una planificación rigurosa para que todas sus acciones sean efectivas en la mejora del proceso de aprendizaje. Así, aunque tenga un nivel intermedio de formalidad frente a las evaluaciones diagnósticas y sumativas, requiere un riguroso nivel de planificación, ya que deben estar enmarcadas por los objetivos específicos de cada asignatura. Pero, junto con esto, ¿qué se debe tomar en cuenta?
Este tipo de evaluación debe
Ser válido o que evalúe los aprendizajes que busca indagar
Ser fiable o que permita evaluar el rendimiento
Ser reconocible o que los estudiantes entiendan cómo hacerla
Ser realista o que sea abordable en tiempo y esfuerzos.
Pero también deberá seguir un proceso de elaboración, donde el docente deberá considerar
qué se busca medir con la evaluación continua
qué forma tendrá el método de evaluación (formato, tiempo, puntajes)
cuáles son las premisas o indicaciones de la evaluación
cuáles serán los medios de retroalimentación
En este proceso, los docentes pueden utilizar rúbricas analíticas u holísticas para establecer los criterios de evaluación, sus niveles de logro y los puntajes.
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