Curso de Gamificación: Educar Jugando (Titulación Universitaria con 5 Créditos ECTS)
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Un término que recientemente ha cobrado relevancia en el contexto educativo es gamificación. Con la inclusión de la tecnología en las aulas, tanto docentes como investigadores han centrado su atención en comprender los beneficios, estrategias y propuestas pedagógicas del juego en la impartición de contenidos curriculares. En este post, te contamos qué es la gamificación, sus atributos, elementos y beneficios.
Se entiende por gamificación a la técnica de aprendizaje que incorpora los elementos propios del juego en contextos formativos, sobre todo, en el ámbito educativo profesional. Es una propuesta didáctica que alcanza a los niveles básicos y superiores de la educación, ya que su objetivo es fomentar el aprendizaje activo mediante la motivación, la diversión, la autonomía y, al mismo tiempo, el trabajo en equipo. La premisa de este enfoque es, por lo tanto, dinamizar el proceso de aprendizaje, haciéndolo lúdico y atractivo. Así, aprovecha la competición y colaboración para cumplir con los objetivos de aprendizaje trazados por el docente.
La gamificación tiene los siguientes atributos que explican su impacto en el proceso de aprendizaje.
El aprendizaje activo es la base de la gamificación en cuanto técnica de aprendizaje. Dicho concepto alude a la integración de estrategias que permiten el involucramiento de los estudiantes durante la adquisición de conocimientos y habilidades. De esta manera, las herramientas de gamificación los conducen a la integración de sus saberes y destrezas para tomar decisiones y resolver problemas en tiempo real. Como consecuencia, incrementa su rendimiento, ya que las mecánicas de los juegos permiten la retroalimentación inmediata.
Como se verá más adelante, los juegos fomentan el trabajo colaborativo y, por ende, la interacción. Las habilidades de comunicación permiten el diálogo, lo que enriquece la experiencia de aprendizaje: entre miembros de un mismo equipo, comparten sus estrategias, perspectivas y resuelven problemas de manera consensuada. El desarrollo integral del estudiante, en este sentido, incluye el trabajo en equipo y la cooperación.
La gamificación también posee el atributo de promover el aprendizaje individualizado. Cada alumno puede intervenir en el juego a su propio ritmo y, de esta manera, acercarse a los contenidos según sus necesidades, conocimientos previos y avance personal. Dicho de este modo, se recala en la idea de que el juego acerca a los estudiantes a la personalización de su educación.
Estos son los elementos básicos que deben incluirse en cualquier estrategia con base en la gamificación.
La implementación de la gamificación en el aula parte del planteamiento de objetivos de aprendizaje. Esto es, se trata de las metas o logros a los que se quiere llegar mediante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por lo tanto, deben definir, con claridad, qué habilidades y conocimientos se adquirirán. Las actividades, siguiendo lo anterior, deben seguir una estructura fácil de seguir y comprender.
Hay que tomar en cuenta que la gamificación debe ser, en todos los casos, adaptada al perfil de los estudiantes para que dé buenos resultados. Los docentes realizan, entonces, un proceso de diagnóstico que les permite conocer las necesidades e intereses de aquellos, lo que permite identificar el tipo de juego más adecuado para determinado tema o materia. Sin esto, el aprendizaje basado en juegos podría no ser tan efectivo.
La gamificación posee un horizonte específico; es decir, detenta una historia o narrativa, así como el contexto. Aunque los juegos pueden aplicarse de manera universal a cualquier tema, es necesario establecer la manera en que este será abordado mediante dinámicas y elementos de juego específicos. Partiendo de esta premisa, los docentes toman en áreas temáticas de los estudiantes para lograr una mayor implicación, motivación y aprovechamiento sin perder de vista el objeto de estudio.
Hay juegos que cuentan con mecánicas claras, que incluyen reglas y demás instrucciones para seguirlos correctamente. Sin embargo, cuando el docente plantea un juego nuevo, debe pensar cuidadosamente en la manera en la que se desplegará, ya que estos elementos deben ser comprensibles, generar interés y no repercutir negativamente en la motivación. De este modo, se incluyen niveles, retos, recompensas, puntos, insignias, barras de progreso, entre otros.
La gamificación puede recurrir a juegos de mesa y otros tipos de pasatiempos, pero la tecnología brinda mayores oportunidades didácticas. Así, con las herramientas TIC correctas, los estudiantes pueden incrementar no solo su aprendizaje, sino también su compromiso con las clases y sus contenidos. Existe un gran catálogo de juegos educativos y de otros tantos que pueden ser adaptados a la gamificación en el aula.
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La lista de ventajas de la gamificación es extensa, por lo que a continuación presentamos las más destacadas:
Los juegos inciden en la implicación en el proceso de aprendizaje. Los resultados de este compromiso se observan en los resultados y logros de aprendizaje, lo que a su vez se refleja en las evaluaciones (continua y final).
La mecánica de los juegos puede ser individual, pero también colectiva. En este sentido, al conformar equipos, se crean espacios de cooperación y colaboración, en los que los estudiantes aprenden a negociar, tomar decisiones y perseguir una meta común.
La gamificación educativa también incide en la autonomía de los estudiantes, quienes deben tomar iniciativas para alcanzar los objetivos del juego. Con el pensamiento crítico de por medio, son capaces de implementar estrategias, proponer soluciones y participar de manera activa en sus propios procesos de descubrimiento y acción.
Los dispositivos inteligentes, sobre todo los móviles, están a disposición de los estudiantes, pero no siempre sus usos están orientados a la educación. En la escuela o universidad, los docentes pueden guiar la utilización de las TIC para ser provechosas más allá del ocio. Con las herramientas adecuadas, se puede incrementar el aprendizaje y las habilidades en torno a determinados temas, como los lenguajes de programación, tema recientemente introducido en el currículo.
Los juegos se caracterizan por plantear uno o muchos ganadores. Además de sus dinámicas entretenidas, también fomentan la competitividad, lo que hace que los estudiantes utilicen todos sus conocimientos y habilidades para llegar al resultado deseado. Partiendo de que el juego es una actividad que permite el descubrimiento y la integración de saberes, aprovecharlo para incrementar la motivación. La diversión se encuentra, así, al servicio de la educación.
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