Maestría Internacional en Prevención e Intervención en Acoso Escolar Bullying
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El ciberbullying es un tipo de acoso que puede causar daños profundos en la víctima, sobre todo psicológicos y emocionales. Por esta razón, es importante conocer en detalle en qué consiste el acoso cibernético, cuáles son sus causas y cómo intervenir. En este texto, te contamos todo lo que tienes que saber al respecto.
El acoso en medios virtuales se conoce como ciberacoso o ciberbullying. Se manifiesta mediante diversas conductas o comportamientos que buscan atemorizar, intimidar, humillar o incordiar a la víctima. Así, esta experimenta estragos en su salud mental derivados de la difusión de calumnias, imágenes y vídeos, así como de amenazas mediante mensajes de texto, chats, comentarios ofensivos o publicaciones, sobre todo, en redes sociales. Se trata de un tipo de acoso que tiene a la tecnología como medio y espacio para las conductas antes mencionadas. En este sentido, los dispositivos electrónicos (teléfono móvil, computadora, tableta) permiten el acceso a plataformas virtuales (incluidos los videojuegos en línea) en las que los perpetradores encuentran el lugar propicio para acosar a las víctimas.
Tanto los acosadores como las víctimas suelen encontrarse en el mismo rango etario, por lo que pueden ser niños, niñas y adolescentes, o incluso jóvenes y personas adultas. No obstante, el acoso cibernético suele tener una mayor prevalencia en individuos de hasta 16 años en etapa escolar.
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Estos son los tipos de ciberacoso:
Se manifiesta principalmente a través de comentarios denigrantes sobre el aspecto físico o ideas de una persona. También puede ocurrir mediante la difusión de rumores, difamaciones, detalles de la vida privada o chismes/cotilleos.
Los agresores, que suelen pertenecer al círculo cercano de la víctima, realizan grabaciones de agresiones de diverso tipo para luego difundirlas en redes sociales, aplicaciones de mensajería o sitios web.
Los acosadores utilizan los medios virtuales para enviar mensajes o contenido sexual sin el consentimiento de la víctima. Este tipo de ciberacoso sexual también puede expresarse en la presión por obtener respuestas o en las amenazas de compartir contenidos íntimos.
En este tipo de acoso en línea, los acosadores difunden contenidos íntimos sin el consentimiento de la víctima en diversos medios. Como lo indica su nombre, la motivación de esta conducta es la venganza, la represalia o la humillación pública.
En este caso, la víctima es parte de una constante vigilancia tanto de sus redes sociales como de su emplazamiento físico. Los agresores buscan detalles de aquella para avergonzarla, atemorizarla y humillarla. Se incluyen amenazas de cyberflashing.
Los agresores recopilan información y diversos materiales de la víctima para difundirlos en la red, sobre todo, datos personales, direcciones, números de teléfono, entre otros. Se le conoce popularmente como doxeo.
Los agresores toman como punto de partida el origen étnico, la nacionalidad, el color de piel, la religión o la cultura de la víctima para ofenderla, quitarle dignidad y amenazarla. Es una forma de discriminación y acoso muy común en redes sociales.
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Estas son las características que definen al ciberbullying:
Intencionalidad en las conductas de acoso.
Desequilibro o desigualdad de poder
Participación de un grupo de personas.
Intervención de conocidos o grupo de pares.
Impacto psicológico o afectación de la salud mental
Recurrencia en las acciones o conductas de acoso
Emplazamiento virtual que puede llegar a la vida real
Anonimato, en ocasiones, de los agresores
Utilización de diversas plataformas virtuales
Incapacidad de respuesta de la víctima
Las causas del ciberbullying pueden resumirse en al menos tres puntos: anonimato, sentimiento de control y la venganza. Veamos cada una de estas en detalle.
Aunque existen sistemas y métodos de verificación, muchas de las plataformas virtuales permiten la creación de cuentas anónimas. Este anonimato favorece actuaciones violencias y acosadoras, ya que los perpetradores no reciben represalias directas por sus acciones.
Los espacios virtuales suelen presentarse como lugares en los que se puede ejercer el poder. Esta sensación de deseo por la dominación conduce a la reiteración de las conductas y se establece como base para estas.
El ciberacoso, como se vio, busca intimidar, humillar, amenazar, asustar, entre otros, a las víctimas. Las motivaciones son diversas, como la sensación de poder, pero también se incluye la venganza. Esta puede surgir de una creencia del agresor de haber sido ofendido de alguna manera por la víctima. En cualquier caso, ninguna acción justifica el acoso en ninguna de sus formas.
El ciberbullying se manifiesta de la siguiente manera:
Difusión de imágenes o videos en los que aparece la víctima. Estos contenidos pueden ser reales o manipulados.
Comentarios ofensivos en publicaciones en redes sociales (como fotografías o estados) con el afán de menospreciar o insultar a la víctima.
Creación de perfiles falsos con los datos de la víctima para difundir contenido o información sensible.
Afiliación del correo electrónico de la víctima a suscripciones o páginas web para hacerla parte spam u otros contenidos.
Exposición de datos, imágenes u otra información de la víctima en espacios virtuales, como los foros, para hacerla parte de debates, humillaciones o comentarios denigrantes.
Envío de amenazas por diversos medios en línea para atemorizar, aislar, excluir u causar daño emocional en la víctima.
Las consecuencias del ciberbullying impactan en la salud mental y bienestar integral de la víctima. Entre los principales efectos de este tipo de acoso, se encuentran los siguientes:
Baja autoestima y autopercepción negativa
Trastornos del estado del ánimo (depresión)
Somatización física del estrés y la ansiedad
Exclusión y aislamiento social
Trastornos de alimentación
Trastornos del sueño
Bajo rendimiento académico (entorno escolar)
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Las acciones ante el ciberacoso incluyen la prevención, la denuncia, la actuación y el apoyo. Veamos en qué consisten estas:
La prevención parte de la acción conjunta de diferentes actores sociales, como las familias, las escuelas e, incluso, las plataformas que brindan servicios digitales. El trabajo parte de fomentar el diálogo y sensibilizar sobre las consecuencias del ciberacoso. En el caso de niñas y jóvenes, la prevención es fundamental para promover su desarrollo integral en un clima escolar positivo.
Las víctimas requieren espacios seguros para denunciar el acoso cibernético. Este es uno de los primeros pasos para que los afectados reciban apoyo emocional y medidas de contención para evitar otros efectos negativos.
Tras hacer la denuncia, la escuela, el centro educativo, las autoridades (véase el Código Penal) y la víctima pueden desplegar un conjunto de medidas para atajar el problema. Incluye apoyo psicológico para la víctima y participación de otros especialistas para evitar, por ejemplo, la difusión de contenido audiovisual sensible.
Las víctimas de acoso necesitan acompañamiento y seguimiento psicológico en todo momento, sobre todo, en casos en los que el daño emocional haya provocado aislamiento total, angustia, miedo, entre otros. Los familiares, círculo cercano y grupo de pares pueden apoyar de diferente manera, siempre desde la empatía, la escucha y la comprensión. Además, se asegura que la víctima no recibirá ninguna represalia o venganza del agresor.
Aliaga Cordova, S. B. & Cordova Aldana, R. N.(2021). El cyberbullying y el uso inadecuado de las redes sociales en adolescentes [Trabajo de Investigación para optar por el grado de Bachiller, Universidad Continental]. Repositorio Continental. https://repositorio.continental.edu.pe/handle/20.500.12394/12042
Neyra Castilla, O. M. (2021). Ciberbullying: el acoso escolar en el ciberespacio e implicancias psicológicas. Hamut'ay, 8(1), 67-74. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7971395
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