Curso de Evaluar la Calidad en Educación (Titulación Universitaria + 6 Créditos ECTS)
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En la educación básica y superior, los criterios de evaluación sirven como instrumentos para conocer los resultados de aprendizaje correspondientes a unidades didácticas o periodos lectivos. Se han convertido en elementos de gran relevancia en la evaluación por competencias, cuyo objetivo es reconocer si el estudiantes es capaz de integrar conocimientos y habilidades para resolver problemas u otras tareas en contextos formales e informales. Para comprender esto de mejor manera, en este texto, te contamos en qué consisten los criterios de evaluación.
Los criterios de evaluación se definen como directrices o pautas que permiten evaluar a los estudiantes durante su proceso formativo, en el que se valora su progreso con respecto a determinado objetivo de aprendizaje. Estos criterios actúan no solo como guías para el proceso de enseñanza, sino también como herramientas para medir el desempeño esperado en las asignaturas pertenecientes a diversas áreas de conocimiento.
Así, al aplicarlos, los docentes pueden identificar de forma precisa el nivel de obtención de conocimientos, desarrollo de habilidades y adquisición de competencias específicas. En este sentido, en el ámbito educativo, los criterios de evaluación proporcionan una base para conocer los logros alcanzados por los estudiantes a lo largo del ciclo lectivo, el cual está compuesto por unidades didácticas. Establecer criterios claros favorece la elección de recursos, materiales e instrumentos de evaluación idóneos para el tema abordado.
Con todo, se trata de un elemento curricular que funciona como una referencia en los procesos de evaluación, sean estos sumativos o finales. Se plantean como listas de ítems que van acompañadas, en las rúbricas de calificación, de indicadores y niveles de logro, donde estos últimos tienen asignadas puntuaciones.
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Estos son los tipos de criterios de evaluación:
Cuantitativos. Estos criterios se centran en la cuantificación de los resultados, ya sea a través de puntajes, preguntas correctas, tiempo de realización, entre otros.
Cualitativos. Estos criterios valoran aspectos cualitativos en los que la descripción del desempeño es relevante, como ocurre con competencias como la comunicación oral o el planteamiento de argumentos sólidos.
Mixtos. Estos criterios se aplican en evaluaciones en las que los aspectos cuantitativos y cualitativos confluyen. Ocurre, sobre todo, en proyectos y otras actividades en las que se requieren habilidades y competencias de investigación.
Globales. Estos criterios evalúan el desempeño global del estudiante en determinada área o asignatura en la que se aplican estándares generales, como ocurre en el aprendizaje de idiomas.
Específicos. Estos criterios se enfocas en aspectos concretos del aprendizaje o realización de tareas. Un claro ejemplo de esto es aplicar una fórmula matemática en un cálculo.
Para formular un criterio de evaluación, se requiere un objetivo general de aprendizaje. De este se desprenden objetivos específicos que, luego, permiten planteas los criterios de evaluación, los cuales son, como se dijo, pautas de observación del desempeño de los estudiantes. Así, cada objetivo específico se plantea como un aprendizaje esperado. De ahí que los criterios antes mencionados permitan identificar los aprendizajes que más se adecuan al planteamiento del objetivo general, el cual puede estar relacionado con diferentes competencias. Dicho esto, los criterios se orientan a comprobar qué se sabe, observar el saber hacer y determinar el saber ser, todo esto en relación con conceptos, procedimientos y actitudes, respectivamente.
Con esto en mente, se siguen los siguientes pasos para formular un criterio de evaluación:
Enunciar el criterio. La enunciación del criterio debe ser clara y precisa, ya que debe presentar las competencias o capacidades que se esperan. Por lo mismo, es importante reflejar su relación con el objetivo de aprendizaje y los contenidos que sirven para alcanzar el desempeño.
Explicar el criterio. El criterio debe estar acompañado de una explicación detallada para que los estudiantes puedan comprender lo que la evaluación busca. Esta descripción debe ser concisa u directa.
Establecer el grado de logro o competencias. El último paso en la formulación de un criterio de evaluación es el establecimiento del grado de logro. Esto implica definir distintos niveles de desempeño o logro de las competencias requeridas. Estos niveles pueden ir desde lo básico / inicio hasta lo avanzado / excelente.
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A continuación, se presentan algunos ejemplos de criterios de evaluación aplicados en distintas áreas:
El docente toma en cuenta el tema “Análisis de un poema del Siglo de Oro español”. Partiendo de esto, se establece la competencia específica y, como siguiente paso, los criterios de evaluación:
Competencia específica: Desarrollar habilidades de comprensión lectora y análisis crítico a través de la interpretación de textos literarios en lengua castellana.
Criterios de evaluación:
Identificar el título del poema y el autor.
Identificar al menos tres figuras retóricas presentes en el texto y su función.
Explicar el mensaje central del poema en relación con el contexto en que fue escrito.
Hay que tener en cuenta que, para desarrollar esta actividad, se requieren capacidades como comprender el significado literal y figurado del poema, conocer el uso de las figuras retóricas y reflexionar sobre el horizonte histórico-cultural del texto.
El docente toma en cuenta el tema "Resolución de problemas de proporcionalidad directa e inversa”. Se requiere, entonces, la competencia específica y los criterios de evaluación:
Competencia específica: Resolver problemas matemáticos que involucran relaciones de proporcionalidad directa e inversa.
Criterios de evaluación:
Explicar en tus palabras qué es una proporcionalidad directa e inversa.
Resolver un problema concreto representando la situación con una tabla y un gráfico.
Justificar por qué la situación presentada es un caso de proporcionalidad directa o inversa.
Las capacidades para esta evaluación incluyen la realización de representaciones visuales (tablas y gráficos), conocer los conceptos de proporcionalidad y aplicar los procedimientos necesarios para resolver los problemas planteados.
El docente elige el tema “Debatir sobre el concepto de justicia en la filosofía clásica”. Con esto, es posible plantear la competencia específica y los criterios de evaluación:
Competencia específica: Desarrollar el pensamiento crítico a través del análisis y debate de conceptos filosóficos.
Criterios de evaluación:
Exponer la idea de justicia en las teorías de Platón y Aristóteles.
Comparar ambas teorías, señalando sus diferencias y similitudes.
Argumentar una posición personal sobre cuál de las concepciones resulta más aplicable en la sociedad contemporánea.
Las capacidades se relacionan con la comprensión de las concepciones de justicia de los autores involucrados y la argumentación, en la que se requiere sostener una postura.
Las rúbricas son instrumentos de evaluación cuya función es brindar una estructura para valorar el rendimiento de los estudiantes en función de criterios de evaluación y, por ende, indicadores de logro derivados de estos. Se concretan mediante tablas o secciones anexas a las evaluaciones con el fin de brindar información relevante sobre lo que se espera de la tarea o actividad. De esto se desprenden al menos tres beneficios para los estudiantes: favorecen la descripción del aprendizaje, ofrecen información del estadio del aprendizaje y lo guían en la realización de la evaluación. Así, junto al criterio de evaluación, se establecen los indicadores de logro (por ejemplo, insuficiente, suficiente, bueno, notable y sobresaliente), los puntajes y las descripciones de dichos criterios.
Se reconocen dos tipos de rúbrica:
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Pérez Hernández, A. F., Méndez Sánchez, C. J., Arellano Pérez, P. & Yris Whizar, H. M. (2017). Los criterios de evaluación del aprendizaje en la educación superior. Perspectivas docentes, 28(63), 60-68. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6736089
Torres-Lara, K., Montes-Párraga, J. F., González-Barona, V. B. & Peñaherrera-Larenas, M. F. (2021). Técnicas e instrumentos de evaluación como herramienta para el cumplimiento de los resultados de aprendizaje. Polo de conocimiento, 6(12), 776-785. https://polodelconocimiento.com/ojs/index.php/es/article/view/3404
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