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El trastorno neurobiológico del desarrollo TEA, (Trastorno del Espectro Autista), aparece durante los tres primeros años de vida, afectando a la comunicación, el lenguaje, la interacción social y las emociones a lo largo de todo el ciclo vital.
Esta manifestación suele darse en varones, hasta cuatro veces más que en el caso de las mujeres, y da lugar a preguntarse qué grado de discapacidad tiene el autismo, debido a los diferentes tipos de trastorno autista que se pueden presentar.
Aunque a gran escala, el ámbito científico estima que una de cada 160 personas padece TEA en todo el mundo, este apunte puede variar según diferentes investigaciones, llegándose a registrar cifras mucho mayores en diversos estudios.
En este post vamos a explicarte en qué consiste el autismo, así como los distintos tipos de autismo que pueden presentarse, cuáles son sus síntomas, el grado de discapacidad que supone y los beneficios que se derivan de un determinado grado de autismo, como es el detectado a partir del 33% de discapacidad.
El autismo es un trastorno de carácter psicológico que consiste en una concentración intensa en el propio mundo interior y que da lugar a perder el contacto con la realidad que rodea a la persona.
Considerado trastorno, preferiblemente a enfermedad, el autismo en el caso de un niño o niña se observa ante conductas repetitivas y obsesivas, en cuanto a actividades poco frecuentes durante su infancia.
Las personas mayores que padecen autismo presentan deficiencias en los planos comunicativos y de interacción en sociedad, que se observan en su comportamiento.
En el campo de la neurología, se perciben distintos grados de autismo, según cada caso. El funcionamiento intelectual en personas autistas puede variar, originando desde deterioros profundos hasta habilidades cognitivas no verbales de carácter superior.
Es un asunto bastante sencillo de responder, aunque un poco controvertido en algunos sectores. Para la gran mayoría de personas y profesionales de la salud, el autismo se define como un trastorno del desarrollo. No obstante, hay que tener en cuenta que no todas las personas con autismo padecen su condición con la misma gravedad y con las mismas manifestaciones.
Podemos definir el concepto de discapacidad como una limitación en alguna facultad física o mental que dificulta el desarrollo considerado normal de un individuo. Así pues, podríamos afirmar que el autismo puede ser o no ser una discapacidad. Ahora bien, no perdamos el contacto con la realidad: en la mayoría de los casos, el autismo supone cierto grado de discapacidad.
Los trastornos de espectro autista se pueden diferenciar según los siguientes tipos de autismo:
Existe la posibilidad de diagnosticar autismo en personas que poseen una mayor capacidad o funcionalidad que otras, de acuerdo con las mediciones de cada síntoma, dentro del mismo espectro autista. En algunos casos, las personas diagnosticadas con autismo de alto funcionamiento pueden llevar su vida adelante sin ningún tipo de inconveniente o ayuda externa, puesto que las manifestaciones de su comportamiento autista son sutiles o no impedimentan el desarrollo de su vida significativamente en ningún plano.
En este caso, hay una denominación informal que identifica el tipo de autismo de estos/as pacientes, siendo esta: Autismo de alto funcionamiento (AAF).
Los síntomas propios por los que se diagnostica autismo, dependiendo de cada tipo, son:
El trastorno del espectro autista no se considera una discapacidad del aprendizaje, aunque sí afecta a este de manera similar a las discapacidades. Es por ello que los/las niños/as que presentan autismo suelen requerir una Educación Especial en la escuela.
Teniendo en cuenta los diferentes tipos de autismo, existen diferentes formas de manifestarse en cada individuo, por lo que los grados de trastorno autista pueden variar desde estados más leves a casos de gravedad, por lo que el grado de autismo varía en función de cada persona que lo padezca.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que un 50% de personas con TEA padecen también alguna discapacidad intelectual.
Ante ello, conviene saber que quienes tengan, al menos, un 45% de discapacidad diagnosticada, siendo autistas, pueden optar a la jubilación anticipada.
No obstante, la solicitud del grado de discapacidad puede realizarse a partir de un 33% diagnosticado, tanto en personas autistas diagnosticadas como incapacitadas como en cualquier otro caso de persona con discapacidad.
Obtener el certificado de discapacidad, una vez diagnosticado un grado igual o superior al 33%, conlleva una serie de ventajas en el ámbito de prestaciones económicas, así como en los planos laboral, social y fiscal. Los más relevantes son los siguientes:
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Cristina Polo Calvo
COPYWRITER
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