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El trastorno del espectro autista (TEA) y el de asperger son, a menudo, confundidos entre sí, cuando la realidad es que no son iguales. En este post queremos darte las claves para que puedas detectar la diferencia entre autismo y asperger como un profesional. ¿Te vienes con nosotros? ¡Comenzamos!
Antes de abordar la diferencia entre autismo y asperger, queremos comentarte que son muchos los profesionales que visita nuestro amplio catálogo de especialidades para formarse en este tipo de trastornos con cursos y masters adaptados a cada uno de ellos con el objetivo de convertirse en expertos.
¿Es tu caso? Si es así, en Euroinnova te ofrecemos la posibilidad de que te matricules en el Curso de Espectro Autista para profundizar en su detección e intervención temprana, abordando otros trastornos relacionados con el lenguaje, la comunicación, la psicomotricidad o el síndrome de Down, entre otras condiciones que comprometen el desarrollo infantil.
Quienes padecen el síndrome de asperger no presentan diferencias a nivel físico o mental con respecto a otras personas. Aunque, existen casos en los que cuentan con una capacidad mental por encima de la media. No obstante, la clave para detectar este trastorno se encuentra en la dimensión social de estas personas. En otras palabras, se evidencia este trastorno a la hora de tratar o relacionarse con otras personas.
De esta forma, se pueden diferenciar en estas personas las siguientes características:
El autismo es considerado un trastorno de tipo neurológico que lejos de ser temporal, se padece a lo largo de la vida de algunas personas. La manifestación de este trastorno se detecta en las dificultades que existen a la hora de entablar relaciones personales y en el desarrollo de comportamientos repetitivos. También pueden ser la realización de conductas monótonas o de carácter limitado.
Aunque sea un trastorno que se padece de por vida, la realidad es que su detección puede darse desde el nacimiento o puede identificarse a lo largo de su desarrollo. Entre las causas por las que surge este trastorno está la hipótesis de que se produce por un cambio en los genes.
Las personas que padecen TEA presentan dificultades en cuanto a la comunicación y entablar una conversación con otra persona. En cambio, las personas que padecen asperger pueden mantener una conversación con un vocabulario muy enriquecido. No obstante, en ambos casos existen dificultades en cuanto a mantener conversaciones. Estas dificultades pueden variar en función de la temática de la conversación, siendo más fluida cuando hablan sobre temas de su completo interés.
Otra diferencia entre autismo y asperger se detecta a la hora de moverse. Mientras que la persona que padece el trastorno de asperger realiza movimientos poco ágiles, quienes sufren el trastorno del espectro autista (TEA) llevan a cabo movimientos repetitivos o estereotipados.
En cuanto al diagnóstico, el punto de inflexión se encuentra en los tres años. En otras palabras, una de las diferencias entre autismo y asperger está en que su detección durante los tres primeros años de vida se realiza cuando hay evidencias de autismo y pasados estos años, en el caso del trastorno de asperger.
Quienes padecen el trastorno de asperger centran toda su atención en los temas que son de su interés. En cambio, las personas con trastorno del espectro autista (TEA) no muestran este interés tan marcado por una temática en específico. Además, pueden padecer colapsos emocionales por situaciones cotidianas como el cambio de ubicación de algunos objetos que no están en el lugar que ellos esperan habitualmente.
Aunque en ambos casos las personas que padecen uno u otro trastorno tienen dificultades para entablar relaciones personales, en el caso del trastorno de asperger pueden tener un poco más de interés, que en ocasiones, puede verse frustrado por sus dificultades a la hora de comunicarse.
Las causas por las que surgen los trastornos del autismo y asperger son de muy diverso tipo. No obstante, se debe a causas de tipo genético, pero nunca sociológico. Algunas de estas causas son los factores intrauterinos o la anoxia (falta de oxígeno) que pueden dar lugar a un daño en la corteza cerebral, el hipocampo o la amígdala que son los encargados de controlar áreas relacionadas con las emociones o el aprendizaje.
En la actualidad, existe un sector amplio de la población que padece autismo o asperger que requieren de profesionales experimentados para ayudar a mejorar su calidad de vida. En este sentido, existe un compromiso por parte de las instituciones de hacer frente a sus dificultades con la participación de profesionales altamente cualificados y formados adecuadamente para atender a todas estas necesidades especiales. Por ello, son muchos los profesionales de diferentes áreas que están poniendo su foco de interés en adquirir los conocimientos necesarios que les afiance en el sector y les permita contribuir con la labor de crear sociedades cada vez más integradoras e inclusivas.Puedes leer más contenido relacionado en:
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