Presentación de platos
Antes que por la boca, la comida nos entra por los ojos. Al igual que las personas, los platos resultan más atractivos y “saben mejor” cuanta mejor apariencia tienen. Así pues, una correcta presentación de platos es vital para causar una impresión positiva a los clientes y para abrirles el apetito. Al arte de presentar platos de forma atractiva le llamamos emplatado, y existen diferentes aspectos por tener en cuenta a la hora de decidir cómo y por qué se emplata la comida tal y como se emplata.
La presentación de un plato sirve como una primera impresión, un primer cachito de la comida que se prueba prescindiendo del olor y de lo gustativo. En este artículo te explicaremos las principales técnicas de presentación de platos que podemos encontrar para estilizar platos y darles ese toque irresistible que tanto se busca en los establecimientos de restauración.
Elementos de la presentación de platos
La presentación de platos es un aspecto fundamental en la gastronomía, ya que no solo influye en la primera impresión visual del comensal, sino que también puede afectar su percepción del sabor y la calidad de la comida. Vamos a desglosar la importancia de algunos elementos clave en la presentación de un plato, utilizando como ejemplo un solomillo con guarniciones.
Ingrediente principal del plato
El elemento principal es el protagonista del plato y es al que debemos dirigir la mayor parte de la atención a la vista del cliente. En el caso de un solomillo, por ejemplo, su cocción, textura y presentación son esenciales. Un solomillo perfectamente cocido y dispuesto de forma inteligente dentro de toda la distribución del plato resalta su calidad y lo hace más apetitoso.
Guarniciones
Las guarniciones complementan el plato principal y añaden variedad de sabores, texturas y colores. Por ejemplo, podrías acompañar el solomillo con puré de patatas, espárragos y zanahorias glaseadas. La distribución de estas guarniciones en el plato debe ser equilibrada para que todos los colores se armonicen junto a los sabores.
Salsa
Las salsas aportan humedad, intensifican sabores y, al ser líquidas, se prestan a ser un elemento de diseño flexible y creativo. Imagina un solomillo con una reducción de vino tinto. Tan importante es la forma en la que se presenta la salsa como su sabor. Puedes verterla estratégicamente sobre el solomillo o, si la guarnición no es cuantiosa, crear un diseño decorativo alrededor del plato. Esto último es muy común en los postres, en los que se suelen crear diseños elegantes y dibujos a trazos con las salsas.
Decoración
Los elementos decorativos comestibles, como hierbas frescas o flores comestibles, añaden un toque estético al plato. No solo se trata de la apariencia, sino también de la fragancia que aportan. Una hoja de albahaca o unos pétalos de rosa pueden realzar visualmente el plato y añadir sutiles aromas. Sin embargo, es recomendable no atiborrar el plato de elementos barrocos sin ningún propósito gustativo, no digamos ya visual.
¿Cómo presenta un plato de forma atractiva?
Si bien en cuestión de emplatado se premia la creatividad, hay formas prototípicas de emplatar la comida que nunca fallan. Todo depende del tipo de comida y de las combinaciones gastronómicas que hayas elegido cocinar. En general, un plato puede emplatarse de diferentes formas.
A continuación, te explicamos brevemente técnicas sencillas para embellecer tu comida:
- Emplatado simétrico: En este estilo, los elementos del plato se disponen de manera equilibrada a ambos lados del eje central. Un ejemplo sería colocar una porción de risotto de champiñones en el centro del plato con dos langostinos a cada lado.
- Emplatado asimétrico: A diferencia al emplatado simétrico, en este estilo se busca un equilibrio visual rompiendo con la simetría. Un ejemplo sencillo sería una pechuga de pollo asada en el lado derecho del plato, y en el lado izquierdo una guarnición de ensalada fresca.
- Emplatado rítmico: Se basa en la repetición de patrones visuales para crear fluidez alternando los colores o formas de los elementos en el plato. Por ejemplo, puedes cocinar un filete de salmón e intercalarlo con láminas de aguacate y mango.
- Emplatado oblicuo: En este estilo, el ingrediente principal del plato se coloca en un extremo del plato y la guarnición y decoración se distribuye como si emanara de él por el resto del plato. Por ejemplo, presentar el solomillo de manera inclinada en lugar de horizontal, creando dinamismo en la presentación.
- Emplatado triangular: Consiste en disponer los elementos formando un triángulo en el plato. Por ejemplo, para formar una composición triangular original puedes colocar en un plato albóndigas en salsa de almendra y, en el centro, poner un poco de guarnición.
- Emplatado en escala: Implica variar el tamaño de los elementos para generar un efecto de profundidad y jerarquía visual. Un buen ejemplo sería una ensalada con tomates cherry grandes en el centro, seguidos por capas progresivamente más pequeñas de queso feta, nueces y hojas de espinaca hacia los bordes.
- Emplatado cuadrado: Los elementos se distribuyen de manera que sigan la forma de un cuadrado imaginario en el centro del plato. Puedes colocar cuatro medallones de pato en las esquinas del cuadrado imaginario del plato, con una compota de frutas en el centro.
- Emplatado circular: Se centra en disponer los elementos de forma circular alrededor del plato. Por ejemplo, ubicar unos tacos de pescado dispuestos alrededor del borde del plato, con una salsa cilíndrica en el centro
Consejos para un buen emplatado
Te damos nuestros consejos para que tus platos luzcan mejor que nunca:
- Variación en alimentos: Asegúrate de incluir una variedad de productos que sean tanto atractivos como nutritivos en el plato. Combina alimentos simples con complejos para crear una presentación equilibrada.
- Juego de colores: Utiliza colores de manera estratégica. Por ejemplo, puedes combinar tonos brillantes y colores tierra para acentuar la calidad y frescura de los alimentos.
- Cocina de forma diversa: Demuestra conocimiento y creatividad al utilizar diferentes métodos de cocción en un solo plato. Combina técnicas como asado, salteado, al vapor, etc.
- Armonía de formas: Juega con las formas geométricas y evita la monotonía distribuyendo los componentes del plato en formas de cuadrados, círculos, óvalos y otras formas básicas para hacer el plato más llamativo. Busca armonía de polígonos, experimentando con cortes alternativos en verduras y carnes.
- Texturas complementarias: Añade más de dos texturas al plato para evitar que este se perciba plano. Para esto, incorpora elementos suaves (salsas, purés), sólidos (carnes, papas), gruesos (embutidos) y blandos (farsas o rellenos) para alegrar el paladar.
- Equilibrio en saborizantes: Combina sabores de manera equilibrada. Evita que los condimentos estén presentes en todas las preparaciones del plato. Busca la complementariedad, como condimentados con suaves o ahumados con dulces.
- Unidad en presentación: No presentes los alimentos de manera aleatoria. En su lugar, busca crear una deliciosa combinación visual y gustativa a través de una disposición ordenada.
- Punto focal bien ubicado: Identifica y ubica un punto focal (principal ingrediente del plato) que atraiga automáticamente la atención del comensal para lograr una buena relación y disposición de los elementos.
- Flujo visual: Logra un flujo visual mediante el buen manejo de los alimentos. Puedes crear una sensación de movimiento en una dirección para apreciar la totalidad del plato.
- Altura moderada: Crear pequeñas obras arquitectónicas con la comida es muy original. Pero antes, asegúrate de que tenga sentido y sirva como punto focal o para generar flujo a través de relieves. Puedes construir una obra de arte en tu plato visual, pero prima la practicidad y ten en cuenta que el comensal no va a apreciar lidiar con una torre de comida que haya que ir desmenuzando estratégicamente para que no se desplome de golpe.
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