Máster en Infectología Clínica y Terapéutica Antibiótica + Titulación Universitaria
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La toxoplasmosis es una infección que puede pasar inadvertida en la mayoría de casos, pero causar complicaciones en ciertos colectivos, como los neonatos y las personas inmunodeprimidas. En este artículo, comentamos en detalle en qué consiste la toxoplasmosis, sus síntomas, cómo se contagia y los métodos de tratamiento más comunes.
Se trata de una infección originada por el parásito Toxoplasma gondii, un patógeno alojado en las heces de los gatos e, incluso, en los alimentos contaminados (por ejemplo, carne contaminada). En cuanto agente infeccioso, tiene como huésped principal a los gatos, quienes liberan quistes de toxoplasma en sus deposiciones, donde inicia la cadena de transmisión. En personas con sistema inmunitario sano, no suele presentar síntomas, aunque hay personas que pueden desarrollar cuadros febriles, molestias en la visión, astenia, malestar general o inflamación. Por su parte, en personas con el sistema inmunitario debilitado (véase el sida) experimentan complicaciones cardiacas, hepáticas, neurológicas, neumológica, entre otros. Con todo, puede causar complicaciones, sobre todo, en recién nacidos o neonatos con toxoplasmosis congénita, e incluso llegar a ser mortal en niños, jóvenes y adultos sin tratamiento oportuno.
La toxoplasmosis provoca sintomatología en neonatos y en sistemas inmunitarios debilitados. Veamos cada uno de estos casos.
Síntomas en casos de infección congénita. Las mujeres embarazadas con toxoplasmosis transmiten este parásito a los fetos. Estos pueden llegar a desarrollar malformaciones congénitas y morir, sea antes, durante o después del parto. Los síntomas más comunes en recién nacidos son la ictericia, la erupción cutánea, convulsiones, coriorretinitis, micro e hidrocefalia.
Síntomas en casos de sistema inmunitario debilitado. Las personas con sida, trasplante de órgano (que exige medicación para evitar el rechazo del tejido) y quimioterapias presentan síntomas diversos como la debilidad de cuerpo, problemas visuales, convulsiones, coma, fiebre, astenia, entre otros. Esto ocurre en personas con toxoplasmosis del encéfalo y toxoplasmosis generalizada.
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La toxoplasmosis sigue el siguiente ciclo de transmisión:
La liberación del parásito inicia en las heces de los gatos, en las que se encuentran los ovoquistes fecales. Tras un periodo de al menos 2 semanas, se convierten en infecciosas.
Los parásitos se dispersan en diversas superficies, por lo que llegan a otros huéspedes, a saber: aves, ratones, ganado, entre otros. Estos se contaminan al ingerir elementos contaminados, como agua o yerbas.
Al ser ingeridos, los parásitos contaminan el cuerpo alojándose en forma quistes en tejidos (ojos, músculos, nervios).
Los humanos se contagias al entrar en contacto con superficies o ingerir alimentos contaminados. En el caso de mujeres embarazadas, ocurre la transmisión transplacentaria hacia los fetos.
Los gatos se reinfectan al ingerir elementos contaminados.
Ahora bien, se sabe de casos en los que la toxoplasmosis puede transmitirse, con una muy baja incidencia, mediante transfusión de sangre o trasplantes de órganos.
El diagnóstico de la toxoplasmosis es posible mediante los siguientes métodos:
Analítica de sangre, que busca detectar anticuerpos contra el parásito.
Pruebas de imagen, como la resonancia magnética del cerebro, o la tomografía computarizada de la cabeza, que permiten observar si los tejidos se encuentran contaminados.
Examen ocular mediante la lámpara de hendidura, que permite observar la estructura total del ojo, con especial énfasis en la córnea y la retina. Se recurre a esta prueba para descartar o confirmar la toxoplasmosis ocular.
Biopsia de cerebro.
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El tratamiento de la toxoplasmosis es farmacológico. Se prescriben medicamentos para detener la proliferación de la infección y prevenir la transmisión de esta al feto en caso de embarazo. Se incluyen los antibióticos, los medicamentos antiparasitarios y otros fármacos orientados a atacar los quistes, como la azitromicina. En cualquier caso, según sea la condición del paciente, deberá acudir al especialista indicado, como ocurre con los oftalmólogos cuando el ojo se ve afectado.
Tenga en cuenta las siguientes recomendaciones para evitar infecciones de toxoplasmosis en casa:
Evite consumir carne sin coser o con cocción deficiente.
Prevenga la contaminación cruzada. Para esto, se recomienda lavar esmeradamente las tablas de cortar y otros utensilios de cocina tras manipular carne cruda.
Lave frutas y verduras antes de consumirlas con el fin de eliminar trazas del parásito de sus superficies.
Limpie diariamente el arenero de los gatos y utilice guantes, mascarillas y otros implementos de seguridad para evitar el contagio. Es importante lavarse las manos tras completar esta rutina de limpieza.
Evite los mariscos crudos y la leche de cabra no pasteurizada, así como sus derivados.
Mantenga el arenero de los gatos lejos del alcance de los niños y cúbralo para prevenir que se contamine el espacio circundante. Si hay una embarazada en casa, se debe extremar el cuidado o, en todo caso, no convivir con gatos.
Alimente a su gato con comida cocinada y específica, y aléjelo del contacto con gatos callejeros.
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