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El embarazo psicológico o pseudociesis es una condición que intriga tanto a especialistas como a muchas mujeres que la padecen, ya que estas experimentan síntomas similares a las de un auténtico embarazo, pero sin que haya realmente un feto en gestación. Este fenómeno abarca aspectos físicos y psicológicos, donde estos últimos son fundamentales para comprender las causas del embarazo fantasma. En este texto, abordamos qué es un falso embarazo y otros aspectos imprescindibles para entenderlo.
El embarazo psicológico –que también recibe las denominaciones de embarazo fantasma, falso embarazo, embarazo imaginario o, en terminología especializada, pseudociesis– consiste en la experimentación de síntomas similares a los de un embarazo real sin realmente encontrarse en estado de gestación. Se trata de una condición que afecta principalmente a mujeres y cuya incidencia es poco común. Sin embargo, también cuenta con algunos casos documentados de hombres que afirmaron notar síntomas de un embarazo.
La pseudociesis se manifiesta mediante sintomatología tanto física como mental, lo que quiere decir que las pacientes llegan a creer firmemente en que el estado de gestación es real. El desarrollo de esta condición atiende a factores psicológicos relacionados con trastornos mentales, problemas de fertilidad y miedo a quedarse embarazada, por nombrar algunos ejemplos. De hecho, estos casos suelen ser comunes en mujeres que viven un intenso deseo de ser madres, pero que no llegan a serlo o que, incluso, han sido parte de pérdidas o traumas relacionados con la maternidad.
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La sintomatología del embarazo psicológico es muy parecida a la de un embarazo real, de ahí que se considere que hay un feto en desarrollo y se acuda a los servicios médicos para recibir el tratamiento oportuno. Pero ¿cuáles son estos síntomas? Entre los más comunes, se encuentran los siguientes:
Mareos, náuseas y vómitos
Amenorrea o ausencia de menstruación
Incremento del volumen abdominal
Dolor en los senos y producción de leche
Percepción de movimientos fetales
Cambios hormonales y físicos
Cambios en el estado del ánimo
Sensación de cansancio continuo
Aumento de apetito y antojos
Somnolencia
Como se ve, la pseudociesis o embarazo psicológico provoca cambios reales en el cuerpo, por lo que, incluso, puede condicionar un resultado positivo en el test de embarazo debido a la liberación de gonadotropinas en la orina. A esto se le conoce como falso positivo, cuyo efecto tiene repercusiones en la creencia de encontrarse encinta, es decir, la refuerza. Ahora bien, los padres podrían llegar a experimentar el síndrome de Couvade, el cual provoca una gran parte de estos síntomas en ellos.
Los casos de embarazo psicológico podrían deberse a las siguientes causas:
Confusión derivada de los síntomas físicos antes mencionados.
Temor o miedo intenso al embarazo o ser madre muy joven
Trastornos psicológicos (bipolaridad, facticio o ansiedad por enfermedad)
Traumas de maternidad o pérdida de hijos
Deseo de ser madre
Depresión
El DSM-5TR sitúa al embarazo psicológico en la categoría de “otros síntomas somáticos específicos y trastornos relacionados”.
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El diagnóstico de un falso embarazo requiere un conjunto de procedimientos que permiten descartar la presencia de un feto en el vientre de la mujer. Uno de estos métodos recurre a las pruebas de embarazo. Si se sospecha de un falso positivo en una prueba, los médicos recomiendan la realización de una analítica de sangre, cuyo resultado es concluyente.
También existe la posibilidad de realizar ecografías para explorar el útero y, así, determinar si hay o no un embarazo. En cualquier caso, si los síntomas antes mencionados persisten tras la confirmación de la pseudociesis, se solicitan pruebas de laboratorio para conocer los niveles de la hormona foliculoestimulante (FSH) y de la prolactina. Un desbalance en ellas –déficit o nivel elevado, respectivamente– sería el causante de la amenorrea y la producción de leche.
Las pseudociesis o embarazos psicológicos requiere un tratamiento psicológico en el que se necesita la intervención de un psicólogo y, en algunos casos, de un psiquiatra, más aún cuando se reconoce un trastorno psicológico como sustrato para esta condición. Así, los profesionales de la salud mental establecerán la recurrencia de las terapias psicológicas y, cuando sea necesario, la ingesta de medicamentos, como los dopaminérgicos, cuya labor se centra en contrarrestar la anovulación. Visto esto, la combinación de psicoterapia y tratamiento físico contribuye a demostrar a la paciente que no está embarazada. En los casos en los que confluye la depresión con otros trastornos, los médicos establecerán regímenes adicionales para asegurar el bienestar de la persona.
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