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El siglo XXI marca el inicio de la transformación digital. Con ella, se reconoce la importancia de que todas las personas deben acceder a internet y dispositivos electrónicos para participar en la sociedad digital. No obstante, se trata de un proceso que aún se encuentra en marcha y que, por diversos factores, aún no llega a todos los rincones del planeta. A esta desigualdad en el acceso a internet y a las TIC se le conoce como brecha digital. En este texto, te contamos más al respecto.
La brecha digital hace referencia a la desigualdad en el acceso y uso de internet y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Se utiliza la palabra brecha para aludir a las distancias o diferencias entre diversos grupos poblaciones cuyo nivel de aprovechamiento de las nuevas tecnologías es dispar debido a diferentes causas. En efecto, este fenómeno –propio de la era de la transformación digital– ilustra el impacto de factores socioeconómicos, etarios, geográficos, entre otros, en el acceso al entorno digital y sus beneficios.
Contrario a lo que se cree, aunque en menor medida, también afecta a países de renta alta o desarrollados. Por su parte, los países en vías de desarrollo –sobre todo pertenecientes a los continentes africano y asiático– presentan las tasas más bajas de usuarios y penetración de internet en el mundo. Las soluciones para combatir sus efectos en estos países van desde la alfabetización digital hasta la implementación de políticas públicas para garantizar que las tecnologías digitales lleguen a todos y todas.
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Las causas de la brecha digital no se circunscriben a la conexión a internet, sino también a factores como las competencias digitales, los beneficios obtenidos de la aplicación de las nuevas tecnologías al desarrollo individual y el acceso a recursos como los dispositivos electrónicos.
Este tipo de brecha digital se refiere a la carencia o bajo desarrollo de habilidades digitales para interactuar con las nuevas tecnologías. Entre las principales limitaciones que presenta, se incluyen la dificultad de interactuar con aplicaciones, dispositivos electrónicos y otros recursos digitales en los ámbitos personal y profesional.
El acceso a internet y a aparatos puede estar limitado por factores socioeconómicos como el poder adquisitivo. Los precios de los servicios y dispositivos, así como la ubicación geográfica (sobre todo, zonas rurales), donde no hay suficiente infraestructura de redes de telecomunicaciones, impactan en el acceso a las tecnologías digitales.
Si bien las nuevas generaciones están familiarizadas con la tecnología (véase el caso de los nativos digitales), hay una población de adultos cuyas competencias digitales son limitadas.
La brecha digital de género consiste en el acceso dispar a las tecnologías entre hombres y mujeres. Partiendo de esto, las mujeres tienen menos oportunidades de acceder a teléfonos móviles, servicios de internet y otras herramientas tecnológicas. Esto limita sus oportunidades de empleo y participación en la sociedad digital. La reducción de la brecha digital de género es una de las prioridades de las políticas de equidad e inclusión social.
A nivel mundial, la brecha digital afecta a millones de personas que no cuentan con acceso a las tecnologías de la información y a internet. Como es de esperarse, los países desarrollados cuentan con cifras alentadoras con respecto a la penetración en internet y competencias digitales de sus usuarios. Destacan los casos de Europa, América del Norte y Sudamérica, los cuales superan el 80 % de usuarios con acceso a redes de internet. Otras regiones, como Oceanía, Asia Central, Asia oriental, Asia Occidental y Centroamérica, superan el 70 % de usuarios. En el límite, se encuentran El Caribe y el Norte de África, en cuyos casos se supera el 60 %. La estadística global indica que, en promedio, el 66 % de la población tiene acceso a internet, mientras que solo el 33 % lo tiene en los países en vías de desarrollo.
Siguiendo con lo anterior, algunas regiones en vías de desarrollo –como África Occidental, Sur de Asia, África Meridional y África oriental– ilustran elocuentemente las consecuencias de la brecha digital, ya que, en ningún caso, superar el 50 % de usuarios. Las regiones africanas antes mencionadas son las más afectadas: su población conectada es la menor en todo el mundo. Ya hemos explorado algunas causas de esto, es importante recuperar lo siguiente: la brecha digital también está condicionada por los precios de los planes de internet. En algunos casos, el precio de contratar una red podría representar un altísimo coste respecto de la renta media mensual. En algunos países africanos, estos precios pueden ubicarse por encima del 1000 % de dicha renta.
Estos datos responden a un informe elaborado por Digital Global Overview Report en 2021.
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La brecha digital de género se expresa en diferentes categorías. Una de ellas, transversal a todos los tipos de brecha, es el uso y acceso a internet. Pero también se encuentran los ámbitos de la seguridad en la red, la educación (competencias digitales) y la aplicación de las TIC en el ámbito laboral. En el caso de España, el informe Brecha digital de género 2023 señala lo siguiente sobre las mujeres españolas:
Su uso de internet (92,8 %) es muy parecido al de los hombres (93,0), pero esto cambia en las mayores de 75 años, de las cuales solo un 39.7 uso alguna vez una conexión.
Los delitos sexuales cometidos en la red afectan al 70,3 % de las mujeres españolas, lo que da cuenta de su vulnerabilidad y de la existencia de prácticas extendidas de acoso.
En lo que respecta a la educación, hay tres aspectos que reseñar: competencias digitales inferiores a las básicas (37,3 %), estudios especializados en informática (13,5 %) y titulaciones profesionales relacionadas con la informática (7,1 %).
El ámbito laboral demuestra que solo un 17.8 % de mujeres se dedica profesionalmente al uso de TIC, a la vez que solo un 15,9 % tienen teletrabajo.
Si bien estas cifras demuestras que España es uno de los países con mayor cantidad de mujeres conectadas, demuestra que, a pesar de ser un país desarrollado, tiene mucho camino que recorrer para eliminar la brecha digital de género. En países de África, estas cifras pueden ser incluso más críticas, que reflejan que las mujeres tienen menos acceso a internet y recurso informáticos en comparación con los hombres.
Estas son las consecuencias de la brecha digital:
Limitación en el acceso a información, comercio electrónico y servicios digitales para la ciudadanía.
Riesgo de perpetuación de las diferencias socioeconómicas en la sociedad.
Limitación en el acceso a oportunidades laborales debido a la carencia de competencias digitales básicas y avanzadas.
Riesgo de aislamiento social e incapacidad de comunicación en la sociedad digital.
Incremento de la dependencia de las personas mayores, además de su vulnerabilidad ante estafas electrónicas.
Limitación del crecimiento de las personas y, por ende, de los estados que las albergan.
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Entre las medidas principales para eliminar la brecha digital, se encuentran:
DataReportal. (January 27, 2021). Digital 2021: Global Overview Report. https://datareportal.com/reports/digital-2021-global-overview-report
Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad. Brecha digital de género. 2023. https://www.ontsi.es/sites/ontsi/files/2023-03/brecha%20digital%20de%20genero%202023.pdf
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