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Desde el punto de vista filosófico, materia emociones pensamiento son tres conceptos muy importantes. Por un lado, la materia es todo lo tangible, visible y físico, mientras que las emociones son intangibles y es aquello llamado sentimientos. Por último, los pensamientos son las ideas o representaciones que creamos en nuestra mente.
Por separado, materia emociones pensamiento, son conceptos muy contundentes, sin embargo, una vez que se enlazan pueden lograr grandes cosas y dejar grandes expectativas. Por ello, en el día de hoy partiremos desde la perspectiva de cada una de estas ideas para demostrarte como pueden repercutir en nuestras vidas.
Antes de explicarte la relación entre ellos, te mencionaremos lo que es la materia emociones pensamiento por separado.
Se conoce como materia a todo aquello que está constituido por átomos, aquellas partículas homogéneas e invisibles que se caracterizan por crear efectos a partir de su energía química. Uno de los mejores ejemplos para esto, son los átomos de una manzana colisionando con la lengua y provocando la sensación del sabor.
Las emociones son las alteraciones del ánimo y la expresión de interés que se tiene sobre algo, aunque no lo parezcan son útiles para expresar lo que sentimos. Lo que se conoce de las emociones es opuesto a la razón. Un muy buen ejemplo de emoción, es la pasión, ya que es un tipo de agitación del ánimo.
Por otro lado, el pensamiento es la facultad de pensar o la creación de ideas en nuestra mente. Cuando tenemos un pensamiento, dedicamos un tiempo a algún tipo de objeto, esta es una lógica que mantiene cierta realidad y establece la situación de manera objetiva.
Si te preguntas cuál es la conexión entre materia emociones pensamiento, pues te contamos que, aunque a simple vista no parezcan tener conexión de ningún tipo, en la filosofía sí lo hay. Todo lo que te genera alguna emoción es lo que piensas la mayor parte del día, y lo que piensas es lo que atraes hasta convertirlo en materia.
La inteligencia emocional por su parte, es una herramienta que utilizamos los seres humanos para lograr un alcance en armónico a través del pensamiento reflexivo y el comportamiento. Su principio es mantener en total equilibrio los procesos cerebrales, que van de la mano con el pensamiento reflexivo, dicho equilibrio es el que debe existir entre la materia emociones pensamiento.
La inteligencia emocional, dentro del área de la psicología, busca mezclar lo interpersonal con lo intrapersonal, es decir, encontrar un equilibrio entre aquello que nos ayuda a conocernos a nosotros mismos y estar en armonía con nuestro yo interno (interpersonal) y entre la forma en la que nos relacionamos con otras personas, como la empatía, la amistad y cualquier tipo de relación hacia otros que involucre sentimientos (intrapersonal).
Ahora, como parte de la naturaleza humana, nuestro cerebro siempre se mantiene en un constante análisis del yo. Pero no cualquier yo, sino el yo emocional que trabaja en torno a la elaboración de las ideas, relacionándose así con la materia emociones pensamiento.
La cosa es que, considerando que la mente adapta su entorno hasta relacionarlo con sus estados emocionales, si buscamos alcanzar objetivos positivos nuestros pensamientos deben apuntar a ello y para eso hace falta tener la suficiente inteligencia emocional a la hora de identificar nuestras conductas ¿Pero de dónde surgen estas emociones? A continuación te lo explicamos.
La materia emociones pensamiento, muchas veces se asocian erróneamente con los sentimientos del corazón, pero en realidad estas provienen de nuestro sistema límbico, también conocido como cerebro emocional o cerebro medio, el cual es una porción de nuestro cerebro ubicada debajo de la corteza cerebral que incluye partes importantes como el hipocampo, el hipotálamo, la amígdala y el tálamo.
Todas estas partes se encargan de procesar nuestras emociones y también son conocidas como centros de afectividad. En ellas se procesan el miedo, la alegría, la rabia y la tristeza.
Cuando estas emociones aparecen, el cerebro envía señales a diferentes partes del cuerpo, por ejemplo, la ira hace que se libere la adrenalina y el corazón lata con mayor rapidez, esto es para que el bombeo de la sangre se acelere y el cuerpo esté preparado para atacar o defenderse, utilizando una mayor cantidad de energía.
Así que si sientes que tus emociones se reflejan en el corazón, no estás del todo equivocado, pero recuerda que es debido a las señales que envía el cerebro emocional, comprender esto te ayudará a entender mejor la relación entre materia, emociones y pensamiento y además, la conducta humana.
De seguro ahora te preguntas si es posible mantener el control de nuestras emociones y la respuesta es que sí, esto es posible gracias a la corteza cerebral o neocortex, pues el sistema límbico siempre está en contacto con la corteza cerebral, y ésta es la que se ocupa de la racionalidad y la cual nos permite respirar profundo y calmarnos, en lugar de actuar sin pensar antes.
Para identificar qué camino están tomando nuestras emociones y pensamientos ante una situación, la clave es analizarnos a nosotros mismos por medio de nuestra conducta respondiendo a estas preguntas, por ejemplo:
¿Qué pasó?, ¿Cuál es la situación?, ¿Cuáles son tus emociones ante ello?, ¿Cuál fue tu reacción?, ¿Qué piensas sobre eso?, ¿Qué pensamientos surgieron de la situación?, ¿Qué hiciste y qué atraes con tu conducta?
Responder a estas preguntas te permitirá comprender mejor las diversas situaciones y hacer uso de tu neocortex para actuar de manera racional y conseguir el perfecto equilibrio entre materia emociones pensamiento.
La educación emocional se trata de un proceso del área educativa, cuya finalidad es la de desarrollar los valores morales y éticos que forman parte de la sociedad, las cuales nos permiten comprender a nuestros semejantes, entender sus emociones y tomar conciencia de nuestras propias emociones y sentimientos.
Implementar la educación emocional o educación socioemocional en las aulas sirve para que los alumnos, desde temprana edad, comprendan a sus compañeros y a sí mismos mediante la empatía, el respeto y la tolerancia, de este modo se forman ciudadanos que serán capaces de insertarse en el mundo laboral y en la sociedad de manera armoniosa y en paz, tanto consigo mismos como con otras personas.
Muchas escuelas han iniciado el proceso de reeducar mediante la educación emocional y ha dado buenos resultados hasta el momento, pues se ha comprobado que los estudiantes se sienten más felices, especialmente consigo mismos, al comprender mejor sus propios sentimientos y al expresarlos, sin dejarse llevar por ellos, manteniendo la racionalidad, encontrando así un equilibrio entre materia, emociones y pensamientos.
Luego de conocer la teoría sobre la materia emociones pensamiento, seguro entenderás que cada persona puede cambiar su entorno desarrollando y controlando sus emociones. Por lo que manejar tus emociones de forma racional te llevará hacia el autocontrol emocional tan necesario cuando tienes un objetivo claro.
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