Magdalena Arias Garcia

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DOCENTE DE LA FACULTAD DE NUTRICIÓN


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Como muchas personas en mi profesión, Nutrición y Dietética no fue mi primera opción, pero tuve la grandísima suerte de que una vez en ella esta rama de la salud me apasionara y ahora no me imagino dedicándome a otra cosa. 


Para mí, la nutrición supone un reto día a día. Aún hay tanto por conocer, indagar y experimentar... que ese desconocimiento y curiosidad propicia algo, así como un “cajón desastre” de creatividad que te invita a explotar cualquier área donde la alimentación y la nutrición intervengan. 


Ya que como bien dijo Feuerbach " Somos lo que comemos".

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  • Grado en Nutrición Humana y Dietética
  • Máster en Nutrición Personalizada y Comunitaria

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  • Dietista-Nutricionista en Clínica Privada
  • Docente de formación en nutrición y alimentación saludable a diferentes grupos de población

Artículos publicados

¿Qué quiere decir regulación digestiva?

¿Qué quiere decir regulación digestiva?

La salud digestiva de las personas es mucho más que evitar malestares después de una comida; es un proceso complejo en el que participa un intrincado sistema de hormonas y nervios. Estos actores trabajan juntos para descomponer los alimentos, absorber nutrientes y garantizar que todo fluya de manera eficiente en nuestro organismo. Sin embargo, cuando algo falla, el impacto en nuestra calidad de vida puede ser significativo. ¡Y es que podemos repetir este proceso al día hasta en 5 ocasiones! En este artículo, exploraremos cómo es que se regula la digestión, cómo las hormonas actúan en este proceso y qué enfermedades pueden dañar al sistema nervioso entérico, el  conocido "cerebro del intestino". Además, te daremos algunos consejos prácticos para saber cómo cuidar nuestro sistema digestivo y mantenerlo en equilibrio. ¡Vamos allá! ¿Qué es la regulación digestiva y cómo funciona? La regulación digestiva es un proceso que ocurre para que nuestro cuerpo pueda aprovechar los alimentos que consumimos. Desde el primer bocado hasta el último paso en el intestino, nuestro sistema digestivo trabaja en perfecta coordinación para descomponer los alimentos, absorber nutrientes y eliminar desechos. Pero, ¿cómo se regula todo este proceso? Hasta del más mínimo detalles se encarga la acción hormonal y del sistema nervioso ( que actuaría algo así como un director de orquesta). ¿Qué papel juegan las hormonas en el sistema digestivo? Las hormonas son los mensajeros químicos que conectan diferentes órganos del sistema digestivo. Estas moléculas ayudan a mantener un equilibrio en la digestión, regulando aspectos como el movimiento intestinal, la secreción de jugos gástricos y la sensación de hambre o saciedad. Algunas de las hormonas más importantes que participan en este sistema serían: Gastrina: Es una de las principales hormonas digestivas, liberada por el estómago cuando detecta la presencia de alimentos. Su función es estimular la secreción de ácido gástrico, esencial para descomponer las proteínas y activar enzimas digestivas. Secretina: Liberada por el intestino delgado, esta hormona se activa cuando el contenido del estómago es demasiado ácido. Su trabajo es estimular al páncreas para que libere bicarbonato y neutralice el ácido, protegiendo así las paredes intestinales. Colecistoquinina (CCK): También secretada en el intestino delgado, la CCK es como el jefe del equipo de grasas. Estimula la liberación de bilis desde la vesícula biliar y ayuda a descomponer grasas y proteínas. Además, da señales de saciedad al cerebro. Grelina: Conocida como la hormona del hambre, es liberada por el estómago para decirle al cerebro que es hora de comer. Su nivel disminuye después de una comida, ayudando a regular la ingesta calórica. Péptido YY (PYY): Este "mensajero de la saciedad" se libera después de comer, especialmente cuando se consumen alimentos ricos en fibra o proteínas. Su función es reducir el apetito y ralentizar el tránsito intestinal para maximizar la absorción de nutrientes. Insulina y glucagón: Estas hormonas, producidas por el páncreas, regulan el nivel de glucosa en sangre, asegurando que el cuerpo tenga suficiente energía entre comidas. >> Lee más sobre el desequilibrio hormonal El sistema nervioso entérico: el cerebro del intestino Además de las hormonas, el sistema nervioso también está participando en todo momento en la regulación digestiva. Dentro del tracto digestivo se encuentra el sistema nervioso entérico (SNE), una red compleja de neuronas que controla funciones como el movimiento intestinal y la secreción de enzimas. El SNE no solo responde a señales del cerebro, sino que también puede funcionar de manera independiente, lo que le ha valido el apodo de "segundo cerebro". Por ejemplo, si alguna vez has sentido las famosas "mariposas en el estómago" o has tenido molestias digestivas por estrés, es acción de este sistema. >> Todo sobre el sistema nervioso periférico ¿Qué enfermedades afectan al sistema nervioso entérico? Cuando el sistema nervioso entérico sufre daños, pueden aparecer diversas enfermedades y trastornos digestivos. Entre las más comunes se encuentran: Síndrome del intestino irritable (SII): Actualmente, de las más comunes a nivel nacional. Es un trastorno funcional que afecta el movimiento intestinal y está relacionado con una comunicación anormal entre el cerebro y el sistema nervioso entérico. Los síntomas incluyen dolor abdominal, diarrea, estreñimiento o ambos. Enfermedad de Hirschsprung: Un trastorno congénito en el que faltan células nerviosas en ciertas partes del intestino, lo que provoca un bloqueo en el movimiento intestinal. Es más común en bebés y requiere intervención quirúrgica Gastroenteritis aguda: Aunque es más conocida como una infección gastrointestinal, los virus o bacterias que la causan pueden alterar temporalmente el sistema nervioso entérico, lo que lleva a síntomas como diarrea y dolor abdominal. Enfermedad de Parkinson: Aunque es un trastorno neurológico, muchos pacientes experimentan problemas digestivos como estreñimiento, que podrían estar relacionados con daños en el sistema nervioso entérico. Dispepsia funcional: Esta afección causa dolor o incomodidad en la parte superior del abdomen, a menudo sin una causa identificable. Puede estar relacionada con alteraciones en la función nerviosa del estómago. Enterocolitis necrotizante: Esta enfermedad grave, más común en bebés prematuros, afecta la mucosa intestinal y puede incluir la inflamación del sistema nervioso entérico Sabiendo esto, ¿Cómo cuidar nuestro sistema digestivo y nervioso entérico? Las respuestas te sonarán, puesto que no hay remedios o rutinas mágicas, sino hábitos saludables: Llevar una dieta saludable: Incluye alimentos ricos en fibra, frutas, verduras y grasas saludables para favorecer una buena digestión. Hidratarse: El agua es un básico en nuestra vida para el tránsito intestinal y la función nerviosa. Reducir el estrés: Técnicas como la meditación, el yoga o simplemente dedicar tiempo a tus pasatiempos pueden mejorar la comunicación entre el cerebro y el intestino. ¡Hacer deporte también puede ayudar! Consultar a un médico: Si experimentas síntomas digestivos persistentes, es importante buscar orientación profesional, ya que no es normal experimentar dolor después de comer. 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Simbióticos: ¿Qué son realmente?

Simbióticos: ¿Qué son realmente?

CURSO ONLINE DE PROBIÓTICOS ¿Quieres formarte en el sector de la nutrición o la medicina? ¿Ya conoces qué son los simbióticos y su diferencia con respecto a los prebióticos o los probióticos? Quédate en este artículo y conoce todos los detalles sobre los simbióticos, sus ventajas para tu salud y qué alimentos los poseen. Además, te ayudaremos a descubrir nuestro Curso online en Probióticos. ¡Te esperamos! Simbióticos: ¿Qué son realmente? ¿Has oído hablar alguna vez del término simbiótico? Seguramente este término lo hayas escuchado alguna vez en el médico o en la farmacia. Vemos como cada vez más las personas recurren a la suplementación con productos que les aporten diferentes nutrientes que les aseguren un mejor estado de salud, entre ellos aparecieron probióticos, prebióticos y finalmente simbióticos. Vamos a ver en qué consiste. ¿Qué es un simbiótico? Los simbióticos son una combinación de probióticos y prebióticos, es decir, microorganismos beneficiosos y sustancias que los estimulan. La idea detrás de esta combinación es que los prebióticos proporcionan el alimento necesario para que los probióticos prosperen y sean más efectivos en la promoción de la salud intestinal. Juntos, estos componentes pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable de la microbiota, mejorar la digestión, fortalecer el sistema inmunológico y ofrecer otros posibles beneficios para la salud. El término fue utilizado por primera vez en 1995, pero fue en 2019 cuando la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) actualizó su definición y posibles aplicaciones para mejorar la salud. Es una organización dedicada a promover la investigación y la educación en el campo de los probióticos y prebióticos. Esta organización no solo trabaja en la promoción de la ciencia detrás de estos componentes sino también en el establecimiento de directrices y terminología precisa para la industria y la comunidad científica. ¿Qué requisitos debe cumplir un simbiótico? La ISAPP no categoriza los simbióticos en "tipos" específicos, sino que se centra en asegurar que cualquier producto que se etiquete como simbiótico cumpla con criterios científicos sólidos. Para que un producto sea considerado un simbiótico, debe cumplir con los siguientes criterios: Contener un probiótico: Debe contener una cantidad adecuada de microorganismos vivos que sean beneficiosos para la salud. Estos microorganismos deben estar respaldados por evidencia científica de sus efectos beneficiosos. Contener un prebiótico: Debe contener una cantidad adecuada de prebióticos, como fibra dietética o sustancias no digeribles, que sirvan de alimento a los probióticos o a las bacterias beneficiosas ya presentes en el intestino. Evidencia de beneficios para la salud: Debe haber evidencia científica sólida que respalde los efectos beneficiosos de la combinación de probióticos y prebióticos en la salud humana. Esto puede incluir beneficios para la salud gastrointestinal, inmunológica o en otros sistemas del cuerpo. Cualquier producto que se anuncie como simbiótico debe respaldar sus afirmaciones con evidencia científica sólida y cumplir con los estándares establecidos y otras autoridades reguladoras en materia de alimentos y suplementos dietéticos. ¿Para qué sirve un simbiótico? Los simbióticos pueden ayudar a prevenir o tratar diversas enfermedades, como la diarrea, el estreñimiento, el síndrome del intestino irritable, las alergias, las infecciones urinarias o vaginales, el cáncer de colon o la obesidad. Esto se debe a que los simbióticos refuerzan la barrera intestinal, modulan el sistema inmunitario, inhiben el crecimiento de patógenos, producen sustancias antiinflamatorias y antioxidantes, y regulan el metabolismo de los lípidos y la glucosa. Se han descrito algunos beneficios en los simbióticos como son: Aumentar el número de bacterias en la microbiota intestinal tanto del ser humano como en los animales. Al aumentar la producción de ácidos grasos de cadena corta y disminuir el pH fecal, favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas y previene el desarrollo de patógenos. Fortalecer el sistema inmunitario del organismo Mejorar la digestión y la absorción de nutrientes. ¿Qué dicen los estudios sobre los simbióticos? Estos productos se han relacionado con diversos efectos positivos para la salud, como la mejora de la función intestinal, la prevención de infecciones, la modulación del sistema inmunitario y la reducción del colesterol. Sin embargo, los estudios científicos recientes sobre los simbióticos y los efectos para la salud de su consumo son escasos y heterogéneos, por lo que se requiere más investigación para establecer sus beneficios reales y sus posibles riesgos. Los simbióticos más efectivos, según la evidencia científica, son aquellos que contienen cepas probióticas específicas y prebióticos adecuados para estimular su crecimiento y actividad. No existe una combinación única que sea óptima para todas las situaciones, sino que depende del objetivo terapéutico, la edad, el estado de salud y las características individuales del huésped. “Es muy importante la personalización del paciente, no es válido todo para todos” Veamos algunas líneas de investigación que han sacado avances prometedores para su uso como factor de protección en la población: Para la prevención de la diarrea por antibióticos, se ha demostrado que el simbiótico compuesto por Lactobacillus acidophilus y fructooligosacáridos reduce la incidencia y la duración de la diarrea, así como el malestar abdominal. Para el tratamiento de la colitis ulcerosa, se ha encontrado que el simbiótico formado por Bifidobacterium longum y sílice coloidal mejora los síntomas clínicos y endoscópicos, así como los marcadores inflamatorios, en comparación con el placebo. ¿Qué alimentos tienen simbióticos? Los alimentos que contienen simbióticos son aquellos que combinan ingredientes con probióticos y prebióticos. Algunos ejemplos podrían ser el yogur con algún producto que contenga fibra como cereales integrales, el kéfir con frutas, el queso con miel, el pan con levadura y cereales integrales, o las bebidas fermentadas. También podrías encontrarlos en suplementos alimenticios con simbióticos en forma de cápsulas, polvos o líquidos. Combinarlos con una vida sana No olvidarse de cumplir con unos hábitos saludables, sobre todo en materia de alimentación. El consumo puntual de productos como simbióticos, probióticos y/o prebióticos no debe quitar el hecho de que lo realmente importante es mantener una dieta saludable. Esto hará que el efecto de dichos componentes sea más efectivo y mejore nuestra salud intestinal. Además de beber suficiente agua y evitar el consumo excesivo de alcohol, tabaco o antibióticos. Espero que te haya gustado el artículo, y si estás interesada/o en profundizar en el estudio personalizado de la nutrición adaptado a las necesidades de la población, te dejamos nuestro Máster de Formación Permanente en Nutrición y Dietética + 60 Créditos ECTS. ¿Quieres conocer los mejores cursos de Nutrición para tu empresa? ¡Te los mostramos a continuación! MÁSTER DE ENTRENADOR PERSONAL MÁSTER ONLINE EN DIABETES + 60 ECTS MÁSTER ONLINE EN NUTRICIÓN + 60 ECTS ...

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¿Qué sabemos de los Probióticos?

¿Qué sabemos de los Probióticos?

¿Qué sabemos de los Probióticos? Seguramente en alguna ocasión que has ido a la farmacia te han recomendado tomar probióticos, o algún amigo/a te ha recomendado que consumas kéfir por su efecto probiótico. ¿Pero qué significa que un alimento contiene probióticos? ¿Es beneficioso su consumo? ¿Podemos encontrarlos de forma natural en los alimentos o es necesario comprar productos especializados? Todas estas preguntas y mucho más es lo que abordaremos en el siguiente artículo. ¡Empecemos! ¿Qué son los probióticos? Partimos de que los probióticos son microorganismos vivos que confieren beneficios a la salud del huésped (quien los ingiere), cuando se consumen en cantidades adecuadas, proporcionando una acción protectora contra patógenos y beneficios nutricionales. Su uso está asociado principalmente a alimentos funcionales o suplementos dietéticos que contribuyen a un mejoramiento de la salud en la población. Sin embargo, en los últimos años se han venido estudiando nuevos usos, como son la prevención y alivio de ciertas enfermedades principalmente gastrointestinales. Asimismo, los probióticos se han convertido en una alternativa para el tratamiento de enfermedades infecciosas, para mitigar el efecto negativo que los antibióticos pueden generar sobre la microbiota intestinal de la persona. Los probióticos forman parte de los llamados alimentos funcionales, mucha gente los confunde con los también conocidos prebióticos. Te dejamos este artículo para sacarte las dudas sobre su diferencia. Elementos imprescindibles en los probióticos Pero hay que ser más exhaustivos, ya que la definición de "probiótico" tiene que cumplir 3 aspectos. Te los mostramos. Identidad del microorganismo Debe ser un microorganismo –o mezcla de microorganismos– definido microbiológicamente, es decir, del que se conozcan el género, la especie y la cepa. Hay que conocer la identidad del microorganismo, y en función de esto, poder determinar qué estudios respaldan su capacidad probiótica. La Organización Mundial de Gastroenterología confirmó que la eficacia de los probióticos es específica de la cepa y dosis, disipando así el mito de que cualquier yogurt puede considerarse un probiótico. Esto también se aplicaría a que alimentos fermentados con composición indefinida (como el kéfir, el chucrut o la kombucha) no pueden denominarse técnicamente “probióticos", aunque esto no implique que no tengan potenciales efectos beneficiosos para la salud.  “No todos los alimentos fermentados son probióticos ni todos los probióticos se encuentran disponibles exclusivamente en los alimentos fermentados” Microorganismos vivos Debe tratarse de microorganismos que se encuentren vivos al momento de ser consumidos Evidencia científica Debe existir, al menos, un estudio clínico de eficacia que demuestre sus efectos beneficiosos. La mayoría de los probióticos que se han estudiado son bacterias, entre las cuales se encuentra principalmente las bacterias ácido-lácticas (BAL). Entre las bacterial BAL probióticas más estudiadas encontramos el género Lactobacillus, Enterococos también se han estudiado algunos mohos y levaduras, los cuales han mostrado tener un potencial probiótico.                                          ¿Cuáles son los beneficios de los probióticos? Los probióticos son considerados organismos beneficiosos, ya que su uso puede proporcionar ciertos efectos positivos al huésped, como por ejemplo: Mantener el equilibrio de la microbiota intestinal Inhibir el crecimiento de bacterias patógenas Sintetizar y mejorar la biodisponibilidad de nutrientes Promover una buena digestión Reducir el efecto de los alérgenos Reducir el colesterol Estimular el sistema inmunitario y aumentar la resistencia a la infección Aliviar la intolerancia a la lactosa. ¿Cuál es la finalidad del consumo de probióticos? ¿Es seguro su consumo en toda la población? El uso clínico más conocido y extendido de los probióticos es el de prevenir complicaciones generadas por los antibióticos. Cuando compras en la farmacia este tipo de medicamento, es bastante habitual que el facultativo te recomiende el consumo de probióticos para mejorar la sintomatología y protección de los efectos del antibiótico en el organismo.  Sus indicaciones más comunes son la prevención de la diarrea asociada al consumo de antibióticos y el tratamiento de la infección por Helicobacter pylori. Pero, ¡ojo! A pesar del número creciente de estudios en los que se ha demostrado el efecto benéfico y seguro de los probióticos, es fundamental destacar que pueden tener efectos adversos graves, e incluso letales, en algunas poblaciones vulnerables, como las mujeres embarazadas, los pacientes inmunosuprimidos, con trasplantes o con alteraciones vasculares. ¿Cómo podemos consumir los probióticos? Los probióticos pueden estar presentes en la forma de suplementos alimenticios (cápsulas, pastillas o suspensiones acuosas) o incorporados en alimentos, como en algunas fórmulas infantiles, yogures, quesos frescos o jugos de fruta. Algunos alimentos contienen probióticos de forma natural, como el yogur, el kéfir, el chucrut, el kimchi y el miso. Pero recomendamos seguir estos consejos: Elegir alimentos que indiquen en la etiqueta que contienen cultivos vivos o activos, ya que esto garantiza que no han sido destruidos por el calor o los conservantes y el tipo de microorganismos específicos. Consumirlos lo antes posible después de comprarlos o prepararlos, porque los probióticos pueden perder su efectividad con el tiempo o por el contacto con el aire. Combinarlos con otros alimentos que contengan prebióticos, que son fibras que alimentan a los probióticos y favorecen su crecimiento. Y finalmente, pero no menos importante. Consultar con un médico o un nutricionista antes de consumir probióticos si se tiene alguna condición médica o se está tomando algún medicamento, ya que los probióticos pueden interactuar con algunos fármacos o causar efectos secundarios en algunas personas. MBA EN SALUD PÚBLICA + 60 ECTS CURSO DE IMAGEN PARA EL DIAGNÓSTICO + MEDICINA NUCLEAR MÁSTER EN MEDICINA ESTÉTICA + 5 ECTS ...

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