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¿Quieres formarte en el sector de la nutrición o la medicina? ¿Ya conoces qué son los simbióticos y su diferencia con respecto a los prebióticos o los probióticos? Quédate en este artículo y conoce todos los detalles sobre los simbióticos, sus ventajas para tu salud y qué alimentos los poseen. Además, te ayudaremos a descubrir nuestro Curso online en Probióticos. ¡Te esperamos!
¿Has oído hablar alguna vez del término simbiótico? Seguramente este término lo hayas escuchado alguna vez en el médico o en la farmacia. Vemos como cada vez más las personas recurren a la suplementación con productos que les aporten diferentes nutrientes que les aseguren un mejor estado de salud, entre ellos aparecieron probióticos, prebióticos y finalmente simbióticos.
Vamos a ver en qué consiste.
Los simbióticos son una combinación de probióticos y prebióticos, es decir, microorganismos beneficiosos y sustancias que los estimulan.
La idea detrás de esta combinación es que los prebióticos proporcionan el alimento necesario para que los probióticos prosperen y sean más efectivos en la promoción de la salud intestinal. Juntos, estos componentes pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable de la microbiota, mejorar la digestión, fortalecer el sistema inmunológico y ofrecer otros posibles beneficios para la salud.
El término fue utilizado por primera vez en 1995, pero fue en 2019 cuando la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) actualizó su definición y posibles aplicaciones para mejorar la salud. Es una organización dedicada a promover la investigación y la educación en el campo de los probióticos y prebióticos. Esta organización no solo trabaja en la promoción de la ciencia detrás de estos componentes sino también en el establecimiento de directrices y terminología precisa para la industria y la comunidad científica.
La ISAPP no categoriza los simbióticos en "tipos" específicos, sino que se centra en asegurar que cualquier producto que se etiquete como simbiótico cumpla con criterios científicos sólidos.
Para que un producto sea considerado un simbiótico, debe cumplir con los siguientes criterios:
Cualquier producto que se anuncie como simbiótico debe respaldar sus afirmaciones con evidencia científica sólida y cumplir con los estándares establecidos y otras autoridades reguladoras en materia de alimentos y suplementos dietéticos.
Los simbióticos pueden ayudar a prevenir o tratar diversas enfermedades, como la diarrea, el estreñimiento, el síndrome del intestino irritable, las alergias, las infecciones urinarias o vaginales, el cáncer de colon o la obesidad. Esto se debe a que los simbióticos refuerzan la barrera intestinal, modulan el sistema inmunitario, inhiben el crecimiento de patógenos, producen sustancias antiinflamatorias y antioxidantes, y regulan el metabolismo de los lípidos y la glucosa.
Se han descrito algunos beneficios en los simbióticos como son:
Estos productos se han relacionado con diversos efectos positivos para la salud, como la mejora de la función intestinal, la prevención de infecciones, la modulación del sistema inmunitario y la reducción del colesterol. Sin embargo, los estudios científicos recientes sobre los simbióticos y los efectos para la salud de su consumo son escasos y heterogéneos, por lo que se requiere más investigación para establecer sus beneficios reales y sus posibles riesgos.
Los simbióticos más efectivos, según la evidencia científica, son aquellos que contienen cepas probióticas específicas y prebióticos adecuados para estimular su crecimiento y actividad. No existe una combinación única que sea óptima para todas las situaciones, sino que depende del objetivo terapéutico, la edad, el estado de salud y las características individuales del huésped.
“Es muy importante la personalización del paciente, no es válido todo para todos”
Veamos algunas líneas de investigación que han sacado avances prometedores para su uso como factor de protección en la población:
Los alimentos que contienen simbióticos son aquellos que combinan ingredientes con probióticos y prebióticos.
Algunos ejemplos podrían ser el yogur con algún producto que contenga fibra como cereales integrales, el kéfir con frutas, el queso con miel, el pan con levadura y cereales integrales, o las bebidas fermentadas.
También podrías encontrarlos en suplementos alimenticios con simbióticos en forma de cápsulas, polvos o líquidos.
No olvidarse de cumplir con unos hábitos saludables, sobre todo en materia de alimentación. El consumo puntual de productos como simbióticos, probióticos y/o prebióticos no debe quitar el hecho de que lo realmente importante es mantener una dieta saludable. Esto hará que el efecto de dichos componentes sea más efectivo y mejore nuestra salud intestinal. Además de beber suficiente agua y evitar el consumo excesivo de alcohol, tabaco o antibióticos.
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