Maestría Internacional en Elaboración, Decoración y Envasado de Productos de Panadería y Pastelería
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Italia es famosa por muchas cosas, entre ellas su gran gastronomía que, a casi todo el mundo gusta. Pizzas, pasta fresca, quesos y los mejores vinos del mundo son un gran atractivo turístico, pero ¿Qué pasa con la pastelería italiana? ¡No podemos olvidarnos de ella! Y mucho menos, remitirla al helado artesano. Si quieres saber más sobre esta área de la cocina italiana o estás pensando en especializarte como chef profesional, no dejes de leer este post.
Uno de los secretos que hacen tan especial a la repostería italiana son sus juegos de contrastes entre sabores suaves y fuertes, que, habitualmente, se forman a través de combinaciones como cremas con café o licores con chocolate.
Los postres italianos tienen una gran tradición e historia detrás. Cada región de Italia tiene sus propias especialidades y recetas que se han ido transmitiendo de generación en generación. Esto ha dado lugar a una rica diversidad en la repostería italiana, donde cada área geográfica tiene sus postres emblemáticos, como el panettone de Milán, el cannoli siciliano o la sfogliatella de Nápoles.
No se puede entender ni innovar en un campo si no se conocen sus antecedentes, y esto ocurre especialmente con la gastronomía, ya que es parte principal de la cultura de una zona. En el caso de la historia de la pastelería italiana, esta es tan curiosa como sus postres. Desde tiempos antiguos, los italianos han cultivado una pasión por los dulces y, durante la época romana, ya se preparaban recetas que empleaban miel y frutos secos. Sin embargo, fue en el Renacimiento cuando la pastelería italiana floreció, gracias al auge de las cortes y los banquetes lujosos. De hecho, Italia fue la gran rival en repostería de Francia, y las cortes, se disputaban a los mejores reposteros para sus grandes eventos, entendiendo el postre como el gran broche final.
En ese momento, en Italia surgen las creaciones más emblemáticas que macarían tendencia en toda la repostería europea, como el panettone y el tiramisú, dos de los postres más característicos de la pastelería italiana. Una curiosidad que tomo amante del tiramisú debe conocer, es que se originó en el siglo XVII y su nombre significa “levántame” en italiano, haciendo referencia a su efecto estimulante gracias al café y el cacao. Hoy en día, la pastelería italiana sigue deleitando a todos con sus sabores auténticos y su amor por los postres.
Aunque la pastelería italiana es muy extensa, fuera del país, siempre encontramos los postres más típicos. No obstante, existen otros igual de deliciosos, pero no tan conocidos, que vamos a desvelarte a continuación.
Crostata di Susine: consiste en una deliciosa tarta italiana hecha con ciruelas. Tiene base de masa quebrada dulce rellena de ciruelas frescas y azúcar. El truco está en hornear la masa hasta que quede crujiente y las ciruelas se vuelven jugosas y dulces.
Sbrisolona: este es un postre originario de Lombardía. Es una especie de tarta crujiente y desmenuzable hecha con harina de maíz, almendras, mantequilla y azúcar. Tradicionalmente, se sirve acompañada de vino tinto o café.
Torta Tenerina: es un pastel de chocolate originario de la región de Emilia-Romaña. Conocida por su textura suave y húmeda, esta se prepara con chocolate negro, mantequilla, huevos, azúcar y harina. El resultado es un bizcocho denso y sabroso.
Cassata Siciliana: como su nombre indica, este postre es tradicional de Sicilia. Consiste en un pastel elaborado con bizcocho de almendra en forma de cilindro, relleno con una mezcla de ricota endulzada con azúcar y trozos de fruta confitada. Se decora con glaseado de azúcar y se suele servir frío.
Pero, si realmente te gusta la repostería y quieres dedicarte a ella de forma profesional, debes profundizar en cada matiz. Por ejemplo, en el caso de la pastelería italiana, se debe hacer una división entre las regiones del norte y del sur. Estas diferencias vienen dadas por aspectos culturales, corrientes y tendencias culinarias provenientes de otros países colindantes, condiciones climáticas, que determinan la producción de muchos frutos y materias primas, y por la propia evolución de las preferencias que se han ido dando entre la población de cada zona. ¡Veamos cuáles son!
Ingredientes: en el norte de Italia, la pastelería se basa en ingredientes como la mantequilla, la crema y los frutos secos. Se utilizan sabores más suaves y se aprecia la influencia de la repostería francesa. Por otro lado, en el sur de Italia, se destacan ingredientes como el aceite de oliva, la ricota y las frutas frescas, dando lugar a postres más ligeros y refrescantes.
Especialidades regionales: cada región tiene sus propias especialidades. En el norte, se destacan el panettone de Milán, los amaretti de Lombardía y la torta di nocciole del Piamonte. En el sur, encontramos el cannoli siciliano, la sfogliatella napolitana y la pastiera napolitana.
Estilos de postres: en el norte, los postres tienden a ser más elaborados y sofisticados, con capas, rellenos y decoraciones intricadas. En contraste, los postres del sur son más rústicos y sencillos, con énfasis en sabores auténticos y presentaciones más informales.
Influencias culturales: la pastelería del norte ha sido influenciada por la cercanía con países como Francia, Austria y Suiza, adoptando técnicas y recetas de repostería de estas regiones. En el sur, se observa una fuerte influencia árabe y mediterránea, con el uso de ingredientes como los frutos secos y el azúcar de caña.
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Cristina Polo Calvo
COPYWRITER
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