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El coaching es un proceso de acompañamiento personalizado que busca potenciar el desarrollo personal y profesional de las personas. La idea es ayudar a los individuos a clarificar sus objetivos, descubrir sus fortalezas y superar obstáculos. Una de las herramientas más efectivas utilizadas en el coaching es el método GROW.
Basado en un enfoque claro y sistemático, GROW es un acrónimo que representa las cuatro etapas clave del proceso: Objetivo (Goal), Realidad (Reality), Opciones (Options) y Voluntad (Will). ¿Te interesa conocer más sobre este método y sus etapas? ¡En este post te contamos todo lo que debes saber!
El proceso de coaching tiene un punto de partida importante: las personas poseen las respuestas a sus propios desafíos. Dicho así parece fácil, pero lo cierto es que buscar dentro de uno mismo y encontrar nuestros puntos fuertes para avanzar, puede convertirse en un reto.
Por ello, contar con una estructura clara y efectiva para quitar obstáculos y miedos del camino, y saber con certeza hacia donde ir, es fundamental. Con este enfoque, surge el método GROW, una herramienta versátil y poderosa con una aplicación práctica en distintos contextos.
Como mencionamos al inicio, el método GROW toma su nombre de las cuatro etapas por las que atraviesa el proceso. Veamos en qué consisten estas fases y cómo se aplican en el contexto del coaching.
La primera etapa se enfoca en definir claramente el objetivo que se desea alcanzar. Este objetivo debe ser específico, medible, alcanzable, relevante y con un límite de tiempo (SMART). Durante esta fase, el coach debe asegurar que el objetivo sea claro y motivador. Preguntas típicas en esta etapa podrían incluir:
La segunda etapa se centra en evaluar la situación actual del coachee. Esto implica un análisis honesto y realista del punto de partida, incluyendo las fortalezas y debilidades, los recursos disponibles y los posibles obstáculos. El objetivo es conocer dónde se encuentra el coachee en relación con su objetivo. Estas son preguntas comunes en esta fase:
En la tercera etapa, el enfoque se desplaza hacia la generación de opciones y estrategias para alcanzar el objetivo. Esta fase fomenta la creatividad y la exploración de diferentes caminos que podrían llevar al éxito, así como las ventajas y desventajas de cada uno. Suelen utilizarse interrogantes como:
La etapa final se enfoca en concretar el plan de acción y asegurar el compromiso del coachee con las acciones planificadas. Durante esta fase, se establecen pasos específicos y plazos claros para llevar a cabo el plan. El coach también puede ayudar al coachee a identificar posibles obstáculos y planificar cómo superarlos. Para ello, puede preguntar:
En este punto es posible que quieras saber, en concreto, cómo se puede aplicar el método GROW para alcanzar las metas profesionales y personales. A continuación, te compartimos dos ejemplos, uno centrado en el desarrollo profesional y otro en cambios de hábitos de salud. Ten en cuenta que estas solo son situaciones generales. En la práctica, cada persona se debe tratar desde la individualidad, con sus características y capacidades.
Supongamos que una persona quiere ascender a un puesto de mayor responsabilidad en su empresa. En una primera etapa, el coach trabaja con el cliente para definir el objetivo específico de conseguir una promoción al puesto de gerente en los próximos seis meses. Debe asegurarse de que el objetivo sea claro y motivador, y que cumpla con los criterios SMART.
El coach y el cliente analizan su situación actual: las habilidades que posee, su experiencia laboral, y el feedback recibido de sus superiores. De esta forma, identifican que el cliente necesita desarrollar habilidades de liderazgo. Juntos, exploran diversas opciones para alcanzar el objetivo, por ejemplo, inscribirse en un curso de liderazgo o tomar la iniciativa en proyectos importantes.
Por último, el cliente decide inscribirse en un curso de liderazgo y solicita una reunión con un posible mentor. También se compromete a asistir a dos eventos de networking por mes. El coach ayuda a establecer plazos específicos para cada acción y acuerda revisiones mensuales para evaluar el progreso y ajustar el plan según sea necesario.
Ahora supongamos que una persona quiere adoptar un estilo de vida más saludable, que incluya hacer ejercicio regularmente y comer de manera equilibrada. El objetivo definido es correr una media maratón en el próximo año. No obstante, la realidad es que el cliente lleva una vida sedentaria y tiene malos hábitos alimenticios. La falta de tiempo también es un obstáculo importante.
Para alcanzar la meta propuesta, exploran opciones como unirse a un gimnasio, contratar un entrenador personal, seguir un plan de dieta elaborado por un nutricionista, y reservar tiempo específico en su agenda para hacer ejercicio. También consideran actividades que puedan integrarse fácilmente en su rutina diaria, como caminar o andar en bicicleta al trabajo.
El cliente decide unirse a un gimnasio cercano y reservar 30 minutos cada mañana para hacer ejercicio. También se compromete a consultar a un nutricionista para elaborar un plan de alimentación saludable. El coach y el cliente acuerdan realizar un seguimiento quincenal para evaluar el progreso y realizar ajustes necesarios.
¿Te ha parecido interesante el método Grow? Pues es solo una de las herrmientas del coaching. Por ello, si quieres profundizar en esta metodología, te recomendamos Curso en Fundamentos del Coaching y Orientación disponible en Euroinnova. ¡Fórmate con nosotros!
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