Las plantas no crecen en todos los sitios por igual. Incluso de un campo a otro, aunque estén muy cerca, puede ser que una planta sea saludable y otra no prospere. Esto se debe a la fertilidad del suelo. Estamos hablando de la capacidad del suelo para proporcionar nutrientes esenciales para el crecimiento de los cultivos.
Un suelo fértil contiene una combinación adecuada de minerales, materia orgánica, agua y aire, que permiten que las plantas crezcan de manera saludable. Ahora bien, ¿cómo mejorar la fertilidad del suelo? En este post compartimos algunos consejos sostenibles. ¡Toma nota!
Señales que indican que es necesario mejorar la fertilidad del suelo
Como te decíamos al inicio, la fertilidad del suelo puede variar según factores como el tipo de suelo, el clima, la vegetación circundante, las prácticas agrícolas y la gestión de la tierra. En este sentido, identificar las señales que indican que un suelo necesita mejorar su fertilidad es fundamental para mantener la salud de los cultivos y la productividad agrícola.
Estas son algunos elementos que pueden indicar que se necesita mejorar la fertilidad del suelo:
- Bajo rendimiento de los cultivos: si los cultivos no están creciendo tan vigorosamente como se espera o están produciendo rendimientos inferiores a lo habitual, puede ser un indicio de que el suelo carece de nutrientes esenciales.
- Color y textura del suelo: un suelo desgastado o erosionado puede tener un color más claro o una textura menos estructurada. La presencia de capas compactadas o endurecidas también puede indicar problemas de estructura del suelo.
- Análisis del suelo: realizar análisis del suelo periódicamente puede revelar niveles bajos de nutrientes esenciales. Además, un pH fuera del rango óptimo puede dificultar la disponibilidad de ciertos nutrientes para las plantas.
- Observación de la vegetación: si las plantas muestran síntomas como hojas amarillentas (deficiencia de nitrógeno), crecimiento lento o deformaciones en las hojas, podría indicar una falta de nutrientes en el suelo.
- Presencia de malas hierbas: un exceso de malas hierbas indica que el suelo está desequilibrado o no se usa eficientemente por los cultivos deseados.
- Compactación del suelo: si el suelo está muy compactado, puede afectar la capacidad de las raíces para acceder a nutrientes y agua, lo que puede provocar un crecimiento deficiente de las plantas.
- Escasa actividad biológica: la ausencia o escasez de organismos como lombrices de tierra, insectos beneficiosos y microorganismos en el suelo puede indicar una falta de salud biológica en el suelo.
- Infiltración de agua deficiente: si el suelo no puede absorber el agua de manera eficiente, puede indicar problemas de estructura del suelo o falta de materia orgánica.
Ocho consejos para mejorar la fertilidad del suelo de forma natural y sostenible
Supongamos que identificaste en tus cultivos problemas como los mencionados en el apartado anterior. ¿Qué hacer en ese caso? La respuesta es mejorar la fertilidad del suelo a través de prácticas naturales y sostenibles. El objetivo es promover y mantener un ambiente saludable para los organismos vivos presentes en el suelo, a la vez que se maximiza la disponibilidad de nutrientes para las plantas. Concretamente, puedes seguir estos consejos:
- Agregar materia orgánica: incorpora regularmente materia orgánica al suelo, como compost, estiércol, restos de cultivos y hojarasca. La materia orgánica mejora la estructura del suelo, aumenta la retención de agua, promueve la actividad microbiana beneficiosa y aporta nutrientes esenciales.
- Rotación de cultivos: practica la rotación de cultivos para evitar el agotamiento de nutrientes específicos y reducir la acumulación de patógenos en el suelo.
- Cobertura del suelo: utiliza técnicas de cobertura del suelo, como mulching o cultivos de cobertura, para proteger el suelo de la erosión, reducir la evaporación del agua, mejorar la estructura del suelo y promover la actividad microbiológica.
- Fomentar la biodiversidad: promueve la diversidad de organismos en el suelo, ya sean bacterias, hongos, lombrices y otros microorganismos beneficiosos, mediante prácticas como la no labranza y la reducción del uso de pesticidas químicos.
- Utilizar abonos verdes: cultiva plantas específicamente para ser incorporadas al suelo como abono verde. Estas plantas ayudan a fijar nitrógeno atmosférico, mejoran la estructura del suelo y aportan materia orgánica cuando se incorporan al suelo.
- Aplicar compost y té de compost: aplica compost maduro al suelo para mejorar su fertilidad. También puedes hacer té de compost y aplicarlo como un fertilizante líquido.
- Equilibrar el pH del suelo: realiza pruebas de pH del suelo y, si es necesario, ajústalo mediante enmiendas naturales como cal o azufre, para asegurar que los nutrientes estén disponibles en formas que las plantas puedan absorber.
- Prácticas de conservación del suelo: evita la erosión del suelo a través de prácticas de conservación, como terrazas, cultivos en contorno y barreras de vegetación.
Nutrientes clave para la fertilidad del suelo
Si hay una palabra que se repite en todo el tema de la fertilidad del suelo es nutrientes. Y es que estos son los alimentos que las plantas necesitan para crecer saludables. A continuación, te compartimos algunos nutrientes clave para las plantas y la productividad del suelo:
- Nitrógeno: es un componente principal de las proteínas, enzimas y clorofila y es esencial para el desarrollo de hojas verdes y el crecimiento vegetativo.
- Fósforo: es esencial para el desarrollo de raíces fuertes, flores, frutas y semillas. Además, es fundamental en la fotosíntesis, respiración y transferencia de energía en las plantas.
- Potasio: ayuda a regular la apertura y cierre de las estomas, y es importante para la síntesis de proteínas y carbohidratos, así como para la resistencia a enfermedades y estrés.
- Calcio: es fundamental para la formación de la estructura celular de las plantas, la estabilidad de las membranas celulares y la función de las enzimas.
- Magnesio: está presente en la clorofila y es necesario para la fotosíntesis. Además, juega un papel importante en la activación de enzimas y en la absorción de otros nutrientes.
- Azufre: es necesario para la formación de proteínas y enzimas, así como para el desarrollo de tejidos vegetales.
Además de estos macronutrientes primarios, también hay otros nutrientes esenciales llamados micronutrientes o elementos traza, necesarios para que las plantas crezcan en menores cantidades. Un ejemplo de ello son el hierro, manganeso, zinc, cobre, molibdeno y boro.
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