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En el ajetreo diario, a menudo subestimamos la importancia de una parte esencial de nuestra salud: la higiene bucal. Y es que más allá de una sonrisa radiante, la salud oral es un indicador crucial de nuestro bienestar general. Una buena higiene bucal no solo influye en nuestra confianza y autoestima, sino que también tiene un impacto positivo en todo el organismo.
¿Sabías que algunas enfermedades sistemáticas están relacionadas con una salud oral deficiente? En este artículo te respondemos esta pregunta, y te compartimos 6 consejos para mantener una buena higiene bucal. ¡Vamos a ello!
Lo primero que tienes que saber es que, aunque es muy común que nos centremos solo en el cuidado de nuestros dientes, la higiene bucal abarca mucho más que eso. En concreto, este término se refiere al conjunto de prácticas y hábitos destinados a mantener la salud de la boca, los dientes y las encías. Incluye actividades como cepillarse los dientes regularmente, usar hilo dental, enjuagarse con enjuague bucal, y visitar al dentista periódicamente para chequeos y limpiezas.
Además, es una certeza que la higiene bucal es fundamental para prevenir enfermedades dentales como la caries, la gingivitis y la periodontitis. Asimismo, ya te adelantábamos que la salud oral influye en el bienestar de todo el organismo, pues contribuye a reducir el riesgo de complicaciones sistemáticas como enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias y problemas gastrointestinales.
Ahora sí, te compartimos seis consejos para mantener una buena higiene bucal. ¡Toma papel y lápiz, que empezamos!
Podrá parecer que es muy obvio, pero lo cierto es que cepillarse los dientes regularmente es esencial para mantener una sonrisa saludable y prevenir problemas dentales a largo plazo. Esta práctica no solo elimina los restos de comida y las bacterias que se acumulan en la superficie de los dientes, sino que también previene la formación de placa dental, principal precursora de la caries y la enfermedad de las encías. Ten en cuenta lo siguiente:
Un cepillo nuevo es más efectivo para eliminar la placa y mantener una sonrisa saludable. Con el tiempo, las cerdas de los cepillos pueden desgastarse y acumular bacterias, lo que reduce su eficacia para limpiar adecuadamente los dientes y las encías. La recomendación es reemplazar el cepillo dental cada 3 meses, o antes si las cerdas están desgastadas. Además, te aconsejamos enjuagarlo bien después de casa uso, y almacenarlo en posición vertical para que se seque al aire. Evita cubrirlo o guardarlo en un lugar húmedo.
Seguramente ya sabes que todos los cepillos dentales son diferentes. ¿Entonces qué debes tener en cuenta para seleccionar uno para la rutina de higiene bucal? Lo primero es considerar el tamaño de tu boca y la comodidad de agarre. Además, opta por uno con cerdas suaves para proteger el esmalte dental y las encías sensibles, y asegúrate de que el cabezal del cepillo pueda alcanzar todas las áreas de tu boca fácilmente.
También puedes valorar el uso de cepillos interdentales, especialmente si tienes espacios entre tus dientes. Estos cepillos vienen en diferentes tamaños para adaptarse a los diferentes espacios: si tienes diastemas opta por un cepillo más grueso y si los espacios son más estrechos, elige uno fino. Además, esta forma de cepillo puede ser cónicos o rectos, ambos cumplen la misma función, pero los cónicos son más cómodos para los dientes posteriores.
La seda dental es un conjunto de filamentos de plástico o nylon agrupados en un hilo resistente. Su función es limpiar los espacios entre los dientes y debajo de las encías, donde el cepillo no llega fácilmente. Incorporar el uso diario de seda dental en tu rutina de cuidado bucal no solo mejora la limpieza de tus dientes, sino que también ayuda a prevenir la caries, la enfermedad de las encías y el mal aliento. Para usar la seda dental correctamente:
El enjuague bucal es una solución líquida que se retiene en la boca para limpiar las estructuras orales. Es una herramienta valiosa para reducir la placa, combatir las bacterias y prevenir la acumulación de sarro, aunque no sustituye el cepillado.
Al elegir un enjuague bucal, busca aquellos que contengan flúor para fortalecer el esmalte dental y proteger contra la caries. Además, los enjuagues bucales con ingredientes antibacterianos pueden ayudar a combatir las bacterias causantes del mal aliento y la enfermedad de las encías.
Este paso de la higiene bucodental puedes incorporarlo después de cepillarte los dientes y usar el hilo dental, enjuagando durante al menos 30 segundos. Evita enjuagarte luego con agua para permitir que los ingredientes activos del enjuague bucal continúen protegiendo tu boca.
Programa visitas regulares al dentista, recuerda que la prevención es la clave. Aunque mantener una buena rutina de higiene en casa es crucial, solo un profesional dental puede proporcionar una evaluación completa de tu salud oral. Idealmente, debes realizar una visita dental al menos una vez al año. Algunas personas pueden necesitar visitas más frecuentes, como cada 6 meses.
Además, ten en cuenta que las revisiones regulares con tu odontólogo permiten detectar problemas dentales desde el principio. Asimismo, durante tu visita, el dentista podrá realizar exámenes minuciosos, como radiografías dentales, para identificar el tratamiento exacto que necesitas. ¡No lo dejes para luego!
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