Consecuencias de la obesidad

 Obesidad: el archienemigo de la salud de los países de desarrollados

En la sociedad de la abundancia, la obesidad se ha vuelto una de las enfermedades más prevalentes. A pesar de que en varios países del mundo ya se están llevando a cabo políticas para la mejora de la alimentación, se sigue registrando un aumento de la mortalidad por causas relacionadas con el sobrepeso.

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La obesidad se define como una enfermedad compleja caracterizada por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, y su principal riesgo radica en las enfermedades y problemas de salud asociados, tales como enfermedades del corazón, trastornos respiratorios, hipertensión arterial, ciertos tipos de cáncer, diabetes, niveles altos de colesterol, accidentes cerebrovasculares y enfermedades de la vesícula, entre otras.

Por lo general, no existe una sola causa que provoque obesidad, ya que esta es una enfermedad diagnosticada que no debemos confundir con el sobrepeso, porque este no lo es.  Al contrario de lo que se suele pensar, no solo afecta la mala alimentación y la vida sedentaria, sino que también influyen las alteraciones hormonales, la carga genética y los modificadores endocrinos del ambiente, a los que nos exponemos cada día. Tratar la obesidad a tiempo es muy importante, ya que las consecuencias van mucho más allá del plano estético.

¿Cuáles son las consecuencias de la obesidad más graves?

Al igual que la obesidad es el resultado de múltiples factores, que veremos detenidamente más adelante, también hay que señalar que tiene diversas consecuencias negativas que pueden afectar a todas las facetas de la vida. Desde el ámbito de la salud física, hasta la salud mental, pueden verse afectadas por esta enfermedad.

Veamos cuáles son las consecuencias más nefastas de la obesidad:

Enfermedades cardiovasculares: la obesidad aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, como enfermedad coronaria, angina de pecho, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.

Diabetes tipo 2: la obesidad dificulta el control del azúcar en sangre y promueve la diabetes de tipo 2.

Hipertensión arterial: el sobrepeso crónico va unido al exceso de colesterol, lo que contribuye al aumento de la presión arterial y al riesgo de sufrir un infarto.

Trastornos respiratorios: la obesidad puede dificultar la respiración y aumentar el riesgo de desarrollar apnea del sueño y otros problemas.

Problemas articulares: el exceso de peso ejerce una presión adicional en las articulaciones, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades articulares como la osteoartritis.

Desarrollo algunos tipos de cáncer: La obesidad se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, cáncer de colon, cáncer de endometrio, cáncer de riñón y otros tipos de cáncer.

Problemas digestivos: aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades de la vesícula biliar, reflujo gastroesofágico y enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Problemas psicológicos: en el mayor de los casos, la obesidad conlleva un impacto negativo en la salud mental y el bienestar emocional, incluyendo la depresión, la baja autoestima y los trastornos de la imagen corporal.

Problemas de fertilidad: la obesidad puede afectar la fertilidad tanto en hombres como en mujeres, dificultando la concepción y aumentando el riesgo de complicaciones durante el embarazo.

Mayor riesgo de muerte prematura: esta enfermedad se asocia con un mayor riesgo de morir prematuramente.

 Cosas que no sabías que fomentaban la obesidad

Para prevenir todas las consecuencias anteriormente comentadas, hay que tener en cuenta que hay otros motivos, aparte de una mala dieta y el sedentarismo, que influyen y facilitan la aparición de la obesidad. Seguro que muchos de ellos no los conocías.

1. Genética: la predisposición genética tiene mucho que ver con los problemas de sobrepeso y la acumulación de grasa. En la actualidad, se han identificado 130 genes relacionados con la obesidad y cada uno funciona de diferente manera, por ejemplo: algunos de ellos están implicados en la codificación de péptidos transmisores de las señales de hambre y saciedad, otros intervienen en el crecimiento y diferenciación de los adipocitos y otros, intervienen en la regulación del energético.
2. Alteraciones hormonales: cualquier cambio hormonal puede afectar a cómo se distribuye la energía o a cómo el organismo recoge los nutrientes. Algunas de las alteraciones más comunes son: el síndrome del ovario poliquístico, el hipotiroidismo, la desregularización de las hormonas del apetito y el estrés.
3. Trastornos del sueño: aunque esto también es consecuencia del desequilibrio hormonal, hay que tratarlo como un problema aparte, ya que, este conlleva a otros.
4. Factores ambientales: ¿alguna vez has oído hablar de los disruptores endocrinos? Estos son sustancias que se encuentran en el entorno, por lo general tóxicos, que, al interactuar con nuestro organismo, son capaces de actuar como hormonas e interferir en nuestros procesos vitales.
5. Factores psicológicos: las emociones y la salud mental pueden tener un papel protagonista en la obesidad. El estrés crónico, la depresión y la ansiedad influyen en los hábitos alimentarios.
6. Medicación prolongada en el tiempo: algunos tipos de medicación, como los antidepresivos, los antipsicóticos o los corticosteroides, pueden causar aumento de peso como efecto secundario.