Curso de Pedagogía Activa (Titulación Universitaria + 5 Créditos ECTS)
Índice
El aprendizaje por descubrimiento es uno de los enfoques educativos más aplicados en la educación básica debido a sus comprobados beneficios en la creación autónoma de conocimiento. Combinada con otras propuestas didácticas, favorece el desarrollo de los estudiantes, quienes logran acercarse de manera más crítica y significativa a los contenidos según el ciclo que cursan. En este post, te contamos más al respecto.
El aprendizaje por descubrimiento se diferencia de otros enfoques pedagógicos por su orientación: con base en la exploración y la resolución de problemas, busca la construcción de conocimiento incluso de una manera más dinámica. De ahí que también se le conozca como aprendizaje heurístico, que tiene que ver con la indagación y la búsqueda de soluciones. Así, las estrategias aplicadas durante el proceso de enseñanza-aprendizaje centran su interés en que el aprendiente llegue al conocimiento por sus propios medios, es decir, de forma autónoma. Como consecuencia, se fortalece el pensamiento crítico, se asume un rol activo en aprendizaje y, desde luego, se aprende a aprender. Jerome Bruner, reconocido psicólogo y pedagogo estadounidense, fue uno de los defensores de este enfoque, según el cual el descubrimiento permite la comprensión profunda de fenómenos, procesos y conceptos.
Precisamente, el enfoque constructivista es el que da cabida a la principal proposición del aprendizaje por descubrimiento. ¿Qué quiere decir esto? Este planteamiento, grosso modo, sostiene que los aprendientes adquieren un rol activo en la construcción de aprendizajes, de tal modo que dejan de ser sujetos pasivos que solo reciben lecciones o contenidos en sesiones de clase tradicionales. Entonces, al aplicar el aprendizaje por descubrimiento, hay espacio para la exploración, la indagación, el planteamiento de preguntas y, por consiguiente, de respuestas tentativas. La experiencia en sí misma ayuda a llegar a conclusiones, cuya relevancia es indiscutible en la retención duradera de saberes. De hecho, en psicología cognitiva, se asocia a este tipo de aprendizaje los intereses y motivaciones, que hacen de este proceso más efectivo.
Estos son los principios del aprendizaje por descubrimiento:
La participación en la creación de conocimiento es, en todo momento, activa. Aquí los aprendientes se acercan a los fenómenos y conceptos con curiosidad y de manera crítica para confeccionar su propio entendimiento. Se convierten en sujetos activos que realizan preguntas respecto de los contenidos de clase –sean prácticos o teóricos– con autonomía, lo que fortalece su capacidad para acercarse a situaciones cada vez más complejas.
Una de las bases del aprendizaje por descubrimiento es sin lugar a duda la experimentación. Los estudiantes, en este sentido, se acercan a la realidad y sus objetos a través de actividades en las que la observación y manipulación permiten conocer características y establecer, conforme se avanza en complejidad, categorías y clases. Con esto, se desarrollan habilidades de investigación, donde las preguntas tentativas se erigen como hipótesis que luego se prueban o rebaten con la guía del docente.
Aunque especialistas, como Ausubel, sostienen que el aprendizaje significativo no es inherente al aprendizaje por descubrimiento, este puede ayudar a crear una memoria más duradera y una comprensión profunda de los fenómenos estudiados. Depende de las condiciones y las estrategias utilizadas por los docentes, además del bagaje previo del estudiante. En cualquier caso, los conocimientos anteriores, la práctica didáctica adecuada y la guía constante pueden contribuir a que el descubrimiento sea el punto de partida para la instalación de nuevos aprendizajes en la estructura mental.
Los tipos de aprendizaje por descubrimiento se relacionan con la manera en la que se llega al nuevo conocimiento.
Las conclusiones obtenidas mediante la inducción parten de observaciones de específicas –por ejemplo, centrarse en una colección de elementos– para llegar a generalizaciones. Este ejercicio de “teorizar” o “categorizar” objetos es fundamental para reconocer patrones comunes, formular hipótesis y plantear una conclusión basada en la evidencia.
Frente al aprendizaje inductivo, el deductivo parte de conceptualizaciones, es decir, de proposiciones generales. Partiendo de estos, los aprendientes pueden acercarse a casos específicos o fenómenos, de tal manera que extienden los principios teóricos a la aplicación práctica. Estos ejercicios pueden ser más o menos complejos, pero en todos los casos buscan derivar una conclusión de un razonamiento general.
El aprendizaje experimental consiste en realizar pruebas mediante la manipulación directa de variables. Aunque suelen ocurrir en laboratorios –que es lo recomendado– también pueden encontrar lugar en ambientes abiertos; sin embargo, estos contextos deben ser controlados para que la experimentación sea eficaz. En este sentido, los docentes se encargan de confeccionar actividades y dinámicas en las que los experimentos sean no solo seguros, sino también propicios para comprender los contenidos marcados por el currículo.
Si el estudiante es, en todo momento, el protagonista del aprendizaje por descubrimiento, ¿cuál es el rol del profesor? Veamos esto en detalle.
Como se mencionó, el estudiante ocupa un rol activo en el proceso de aprendizaje; es decir, se erige como el protagonista de la adquisición de conocimientos y habilidades en sus diferentes niveles. Se espera un alto nivel de autonomía, pero también una alta capacidad para resolver problemas partiendo de la exploración y la elaboración de conclusiones relevantes. La independencia cognitiva es el objetivo de toda dinámica ubicada dentro de este marco.
Los docentes, en este caso, no ocupan el rol tradicional de transmisores de conocimiento; al contrario, asumen el rol de guía, facilitador, mentor u orientador. Sus conocimientos en pedagogía le permiten comprender la manera en la que se deben desplegar las dinámicas de descubrimiento, en las que se eligen las actividades más relevantes para determinado contenido (inducción, deducción, exploración, experimentación, aunque todos estos elementos puedan incluirse entre sí). Así, los estudiantes plantean dudas durante el desarrollo del descubrimiento, mientras que el docente responde y brinda retroalimentación.
Veamos ahora los beneficios del aprendizaje por descubrimiento:
Fomenta el pensamiento crítico
Mejora la capacidad analítica
Incentiva la creatividad
Fortalece el autoconocimiento
Fortalece la constancia frente al error
Promueve un aprendizaje transversal
Contribuye al aprendizaje significativo
Fomenta la autorregulación del aprendizaje
Favorece a la metacognición
En este ejemplo, se plantean estrategias y contextos en los que estas pueden desplegarse; asimismo, se proponen actividades acompañadas por objetivos mínimos de aprendizaje.
Estrategias | Contextos | Actividades | Objetivos |
---|---|---|---|
Preguntas abiertas de investigación | Laboratorios y talleres |
Proposición de hipótesis (respuestas tentativas) y realización de experimentos |
Fomentar el desarrollo de la observación, la capacidad analítica y el pensamiento crítico |
Resolución de problemas complejos | Aulas tecnológicas |
Casos de estudio y problemas complejos en escenarios ambiguos |
Incentivar la gestión del conocimiento, el aprendizaje significativo y el pensamiento lógico |
Aprendizaje basado en proyectos | Proyectos de investigación | Investigación colaborativa en cualquier área del conocimiento |
Desarrollar competencias que incluyan la colaboración, la resolución de conflictos, la comunicación efectiva y la comunicación formal (oral y escrita) |
Exploración | Áreas verdes, naturales (por ejemplo, bosques) y rurales | Ruta de senderismo |
Responder a preguntas sobre la realidad utilizando conceptos complejos aprendidos en clase |
Bruner, J. S. (2001). El proceso de educación. Editorial Narcea.
Pozo, J. I. (2008). Aprendices y maestros: La psicología cognitiva del aprendizaje. Ediciones Morata.
Coll, C. (1990). Aprendizaje escolar y construcción del conocimiento. Paidós.
Pérez Gómez, A. I. (1998). Comprender y transformar la enseñanza. Morata.
Zabala, A. (1999). La práctica educativa: Cómo enseñar. Graó.
Monereo, C., Pozo, J. I., Castelló, M., Clariana, M., & Palma, M. (2001). Estrategias de aprendizaje: En la formación inicial de los profesores. Graó.
Nuestra Formación
Nuestro porfolio se compone de cursos online, cursos homologados, baremables en oposiciones y formación superior de posgrado y máster.
Ver oferta formativa¡Muchas gracias!
Hemos recibido correctamente tus datos. En breve nos pondremos en contacto contigo.