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El autoaprendizaje es un proceso autónomo en el que el estudiante regula tanto la adquisición de conocimientos como su motivación. Se trata de una habilidad clave que permite establecer metas, investigar y aprender de manera independiente, un aspecto muy relevante en la era de la información. En este post, te contamos qué es el autoaprendizaje, cómo aplicarlo y sus ventajas.
La memoria y la atención son elementos imprescindibles en el proceso de aprendizaje, pero también lo es la motivación, ya sea extrínseca o intrínseca, donde esta última es incluso más importante. Precisamente, cuando los aprendientes se enfrentan a contenidos de diversa dificultad o nivel, despliegan no solo conocimientos previos, sino también estrategias que permiten acceder a nuevos conceptos, prácticas o habilidades específicas. En el nivel superior, sobre todo, esto es fundamental para el desarrollo óptimo de los estudiantes, quienes son en todo momento gestores y protagonistas de su aprendizaje. De ahí la importancia del concepto de autoaprendizaje.
Siguiendo lo anterior, el autoaprendizaje se presenta como una manera de proceder frente a la tarea de estudiar o aprender en general. Se trata de una competencia que potencia aptitudes, al mismo tiempo que requiere una actitud para mantener un ritmo sostenido de adquisición de conocimientos teórico-prácticos, en su mayoría nuevos o cada vez más complejos. En este sentido, es necesaria una planificación estructurada y consciente, en la que la autorregulación y la metacognición se erigen como los pilares para el acceso a la información. Con esto de por medio, los estudiantes conocen sus necesidades, establecen metas y buscan recursos adecuados tanto el proceso como los aprendizajes en sí mismos.
Los métodos de estudio son parte del autoaprendizaje; sin embargo, son muchos los elementos o aspectos que participan en este camino de autonomía frente a las responsabilidades que son parte de la formación superior. De hecho, el éxito del aprendizaje no solo se mide por la aprobación de una asignatura, sino por la aplicación de lo adquirido en ella en contextos reales. Con el autoaprendizaje de por medio, los estudiantes valoran aquello que necesitan para profundizar en determinado tema y cómo hacerlo funcional para sus necesidades, tanto académicas como profesionales.
Así, los aspectos más relevantes del autoaprendizaje son los siguientes:
rol activo del estudiante
búsqueda autónoma de información
motivación intrínseca
procesos metacognitivos
autodeterminación
autogestión
El autoaprendizaje, en cuanto concepto, alude al aprender por medio de métodos y motivación propios. Pero necesita de ciertos elementos para ejecutarse de manera efectiva.
El autoaprendizaje reposa en la responsabilidad. No se trata de un sentido de urgencia, sino de compromiso. La consciencia respecto de la importancia de los conocimientos y su funcionalidad –más allá de lo práctico– conduce al estudiante a cumplir con esmero con las actividades didácticas propuestas por el docente, donde se incluye la evaluación continua. El progreso y logro frente a los contenidos se entiende como parte de un proceso extenso la circunstancia de la asignatura. Lo que se aprende en determinado momento impacta en lo que se aprenderá posteriormente.
Uno de los requisitos para el autoaprendizaje es la apertura hacia la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades. Los estudiantes deben encontrar en el hecho de “aprender” un fin en sí mismo y no un medio. Este gusto por ingresar en ámbitos incluso más profundos de la materia de estudio conduce a que la retención sea mayor. Además, con la voluntad como base, el acercamiento a conceptos o fenómenos complejos puede abordarse de mejor manera, incluso cuando surge la frustración. De esta manera se enriquece la experiencia de aprendizaje.
Cuando se discurre en torno a la autonomía no solo se menciona a la capacidad de elegir correctamente los materiales, instrumentos o metodologías de estudio según las necesidades individuales. Tiene que ver, asimismo, con la capacidad de trabajar sin depender de órdenes o estímulos externos, como las indicaciones de un docente o el acompañamiento continuo de un tutor. Si bien las directrices básicas son necesarias, los estudiantes que autorregulan su aprendizaje proceden de tal manera que las complementan para obtener mejores resultados.
El autoaprendizaje también le debe mucho a la curiosidad intelectual, muy cercana a la disposición por aprender. Querer aprender lleva a buscar nueva información, pero la curiosidad conduce a profundizar e indagar en nuevos campos, métodos o conocimientos. Es una forma de buscar respuestas de manera autónoma, tan importante para fortalecer la capacidad de aprender a aprender.
Pero también surgen retos durante el proceso de aprender por cuenta propia. La autogestión de las actividades de aprendizaje es necesaria para enfrentar problemas en el momento de enfrentar actividades o conocimientos complejos. De hecho, avanzar sin guía presenta esta dificultad. Así, aunque las respuestas y los resultados no son inmediatos, el sentido de constancia y perseverancia permiten continuar hacia el objetivo final.
El fortalecimiento del autoaprendizaje es un proceso continuo que requiere de ciertos hábitos y estrategias para ser efectivo.
Sin metas realistas la frustración puede ser mayor y, en consecuencia, derivar en el abandono de iniciativas autónomas de estudio. Esto podría conducir a resultados no deseados o no cumplir con los objetivos trazados por la asignatura. Así, las metas permiten evaluar el progreso y gratificarse por los avances realizados.
Si bien abundan recursos para el aprendizaje activo, no todos son realmente útiles para cada persona. Estas herramientas e instrumentos deben elegirse en función de los resultados que ofrecen al aprendizaje autónomo. Es importante contar con un conjunto acotado de medios de estudio que, en todo momento, deberán ser complementarios.
Se recomienda mucho revisar los contenidos revisados o estudiados al final de cada jornada. Con esto se refuerza lo aprendido, se reconocen puntos que requieren mayor atención y se observan áreas de mejora en el método de estudio.
El autoaprendizaje se alimenta de constancia y, desde luego, rutinas. Es importante elegir un horario de estudio en cada momento del día. Con esto, incrementa tanto la productividad como el enfoque. No hay secreto al respecto: cada logro incrementa por sí mismo la motivación.
El espacio es fundamental. La voluntad de estudiar puede verse interrumpida por ciertos condicionantes como los ruidos, las distracciones, la incomodidad, entre otros. Por esta razón es importante buscar un lugar acondicionado para el estudio, ya sea en casa, una biblioteca o los espacios ofrecidos por la universidad.
En la era de la revolución digital, estudiar sin herramientas tecnológicas podría considerarse un despropósito. Dicho esto, los estudiantes tienen a su disposición no solo plataformas educativas como los Moodle, sino también foros, aplicaciones, bibliotecas virtuales, repositorios, clases gratuitas en YouTube, entre otros.
Estas son las ventajas más relevantes:
Promueve la curiosidad. Los estudiantes desarrollan su curiosidad, lo que les conduce a explorar nuevos contenidos y áreas.
Permite aprender a aprender. Permite el crecimiento personal y académico a través de la adquisición autónoma de conocimientos.
Facilita el estudio dinámico. Los estudiantes aplican diferentes estilos, metodologías y ritmos de estudio, lo que hace del aprendizaje más personalizado.
Fomenta la autonomía. Los estudiantes desarrollan autosuficiencia en el estudio, por lo que adquieren nuevas habilidades sin depender de terceros.
Si bien el autoaprendizaje tiene muchas ventajas, también presenta algunos desafíos que deben ser considerados.
¿Qué pasa cuando los estudiantes afrontan preguntas o tareas complejas sin la guía de un instructor? Ante su ausencia, las respuestas pueden tardar y ralentizar el proceso. Por eso, aunque el autoaprendizaje es importante para la autonomía, también requiere el acompañamiento de un especialista en el tema.
Con internet, las posibilidades de encontrar información crecieron exponencialmente. Sin una formación sólida en la búsqueda de fuentes confiables, los estudiantes podrían acceder a contenido sesgado o manipulado. Es importante, por tanto, cubrir este campo en el que se necesitan herramientas de gestión documental y uso de plataformas académicas.
Fernández, R. & Delavaut, M. Un modelo de autoaprendizaje con integración de las TIC y los métodos de gestión del conocimiento. Revista Iberoamericana de Educación a distanciaI, 11(2), 137-149.https://www.redalyc.org/pdf/3314/331427209007.pdf
Mapelli-Brahm, P. (julio, 2021). El autoaprendizaje como clave para incentivar la motivación y mejorar el rendimiento académico. VII Congreso de Innovación Educativa y Docencia en Red, Valencia, España. http://dx.doi.org/10.4995/INRED2021.2021.13766
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