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Para tratar el dolor y aplicar los diferentes tratamientos paliativos de los que hoy disponemos, los médicos necesitan detectar antes de dónde proviene ese dolor, qué lo genera y cómo de agudo lo siente el paciente. Para ello, se usan las escalas del dolor, unos parámetros cuyos orígenes se remontan a principios del Siglo XX para cuantificar el dolor de la forma más precisa en los entornos clínicos.
Si quieres saber más sobre la escala del dolor y los tratamientos más punteros, ¡sigue leyendo!
Los tratamientos contra el dolor pueden variar en función de la causa del dolor, su intensidad y su duración. Algunos de los más comunes son los analgésicos de venta libre o los recetados, pero existen otros muchos más sofisticados y menos invasivo.
Es muy importante que el médico que recete o recomiendo un tratamiento específico, tenga formación especializada en tratamiento del dolor, ya que, este debe ser individualizado y supervisado. Cabe destacar que no todos los enfoques son adecuados para todas las personas o para todas las causas del dolor, y que, la elección del tratamiento dependerá de la evaluación médica y de las necesidades específicas del paciente.
Cada paciente presenta una tolerancia al dolor y, para medir si esta es alta o baja, los médicos se basan en la escala del dolor, una herramienta que cuantifica la intensidad de la sensación experimentada en diversas situaciones. La escala del dolor es usada en postoperatorios, cirugías con anestesia local, o para pacientes con enfermedades crónicas.
No todas las escalas del dolor son iguales, existen varias, fruto de la evolución y la perfección de los métodos de medición y tratamiento. A continuación, mencionamos los tipos que existen los tipos y para qué se usa cada uno:
La EVA es una línea recta que va desde "sin dolor" hasta "dolor máximo". El paciente marca en la línea para indicar la intensidad de su dolor. Se utiliza con pacientes que pueden comunicar verbalmente su nivel de dolor.
En esta escala, se le pide al paciente que asigne un número del 0 al 10 para describir su nivel de dolor, donde 0 representa "sin dolor" y 10 "dolor insoportable". Es similar a la EVA y es adecuada para pacientes que pueden usar números para expresar su dolor.
Esta escala se utiliza especialmente con niños o pacientes que tienen dificultades para expresar su dolor verbalmente. Consiste en una serie de dibujos de caras con expresiones que van desde feliz (sin dolor) hasta extremadamente triste (dolor intenso). El paciente elige la cara que mejor representa su nivel de dolor.
En lugar de medir la intensidad del dolor, esta escala clasifica el dolor en categorías, como "sin dolor", "dolor leve", "dolor moderado" y "dolor severo". Es útil para pacientes que pueden tener dificultades para cuantificar el dolor con números.
En esta escala, el paciente describe su dolor utilizando palabras o frases, como "leve", "moderado" o "insoportable". Puede ser útil para obtener una descripción más detallada del dolor.
se utiliza para evaluar el dolor neuropático, que es causado por daño o disfunción del sistema nervioso. Esta escala considera aspectos como la calidad del dolor, la localización y los síntomas asociados.
Esta escala está diseñada específicamente para evaluar el dolor en pacientes con demencia que pueden tener dificultades para comunicar su malestar de manera verbal. Evalúa comportamientos observables, como la expresión facial y la vocalización.
Como prometíamos al principio del post, queremos que conozcas cómo ha evolucionado el área del tratamiento del dolor, por eso, vamos a hacer un breve resumen de los más punteros y en qué campos se centran.
Los medicamentos más comunes para aliviar el dolor son los opiáceos y los no opiáceos. Además, en el tratamiento del dolor crónico y neuropático, así como en el manejo de ciertos trastornos, se pueden recurrir a los antidepresivos, anticonvulsivos y otros fármacos que actúan en el sistema nervioso central. Para algunos pacientes específicos, se pueden considerar opciones terapéuticas como la infusión central, la estimulación nerviosa y el bloqueo nervioso.
Con el fin de personalizar al máximo cada terapia, el campo del dolor ha ido afinando sus metodologías, técnicas y fármacos para hacer que estos actúen solo en el foco del dolor sin que tengan que intervenir en más regiones del organismo que nada tienen que ver. Así, estos serían algunos de los tratamientos del dolor más modernos que hoy tenemos a nuestro alcance:
Terapia con células madre: la terapia con células madre se ha explorado como una opción para el dolor crónico y la regeneración de tejidos dañados. Se investiga su uso en condiciones como la osteoartritis y lesiones de tejidos blandos.
Estimulación cerebral profunda (DBS): la DBS implica la implantación de electrodos en el cerebro y la estimulación de ciertas áreas para el alivio del dolor crónico, especialmente en casos de dolor neuropático.
Neuroestimuladores de la médula espinal: estos dispositivos implantables envían señales eléctricas a la médula espinal para bloquear las señales de dolor antes de que lleguen al cerebro. Son eficaces en el tratamiento del dolor crónico.
Tratamientos de radiofrecuencia pulsada: la radiofrecuencia pulsada se utiliza para tratar el dolor crónico al aplicar calor a los nervios afectados sin dañar los tejidos circundantes. Es menos invasivo que la cirugía.
Terapia de alta frecuencia para neuralgia del trigémino: para tratar la neuralgia del trigémino, una afección caracterizada por dolor facial extremadamente intenso, se ha investigado el uso de terapia de alta frecuencia para estimular los nervios afectados y reducir el dolor.
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