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Las relaciones laborales no distan tanto de las personales, y es que, dejando a un lado temas legales, el nexo entre empresa trabajador y entre los propios trabajadores, debe ser fluido y armonioso para que la actividad empresarial sea lo más productiva posible y el ambiente laboral saludable. Hay muchos tipos de relaciones laborales y en este post vamos a ver todos los que existen desde diferentes puntos de vista.
Pero antes… dejemos claro qué son las relaciones laborales. Entendemos por relaciones laborales la unión que existe entre un trabajador y una empresa por medio de algún tipo de contrato. Este sería su más estricto significado, pero si ampliamos un poco la visión sobre esta área, también podemos considerar como relación laboral, a la relación que mantienen los compañeros de trabajo.
Las relaciones laborales se componen de: por un lado, el trabajo; por otro, el salario, sueldo o capital y, finalmente, por el proceso productivo. Estas tres vertientes son reguladas por las áreas del Derecho Laboral, los Recursos Humanos, la Psicología y la Contabilidad. ¿Quieres saber más sobre los tipos de relaciones laborales? ¡Quédate con nosotros!
Toda relación laboral se rige por un contrato de trabajo que vincula a la empresa y al empleado. Ese contrato es esencial para regular las condiciones de trabajo que siempre deben ajustarse a las cláusulas y estas, a la ley vigente.
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El panorama laboral no para de cambiar o, mejor dicho, de evolucionar. Desde que surgieron los Recursos Humanos y los sindicatos, han ido instaurándose diferentes leyes y normativas que han regulado legalmente los tipos de contratos y las relaciones entre empresas y trabajadores para que todo sea más justo para ambas partes.
En la actualidad, se tiende a fomentar la comunicación y el respeto en las instituciones, y para ello, se están desarrollando diferentes modelos de liderazgo, gestión de equipos y, en definitiva, nuevas metodologías para mejorar la productividad de los empleados a la vez que sus condiciones laborales.
Por otro lado, la tecnología es un factor clave que no se puede obviar en la evolución de las relaciones laborales, ya que, gracias a ella, se han mejorado mucho los procesos de producción, se ha conseguido agilizar la burocracia propia de cada empresa y se han instaurado formas de comunicación entre directivos y empleados que antes ni se planteaban.
Cuando hablamos de relaciones laborales ya no solo nos referimos a la parte legal de estas, sino también, a la comunicación, a la capacidad de escucha, al fortalecimiento de la confianza y a la colaboración entre empresa y empleados para la consecución de un mismo objetivo. Estas nuevas consideraciones han hecho que surjan nuevos tipos de relaciones laborales divididos a su vez por grupos más amplios, como son: por tipo de contrato o según el modelo de empresa. ¡Conozcámoslos!
Contrato de trabajo fijo – discontinuo: este tipo de contrato está relacionado con la estacionalidad de la actividad. Por ejemplo, un trabajo de temporada podrían ser las tiendas de alquiler de esquí en invierno. Los trabajadores con este contrato tienen los mismos derechos que los indefinidos, entre ellos, la indemnización por despido.
Contratos formativos: comprenden las mismas garantías sociales que otros tipos de contratos. Incluye plan formativo individual y se establecen una serie de bonificaciones. Además, dentro de los contratos formativos, diferenciamos dos tipos: de formación alterna y de práctica profesional.
Contrato de trabajo indefinido: se establece sin límite de tiempo y el máximo de tiempo para concatenar los demás tipos de contratos antes de ser indefinido es de 18 meses.
Empresa tradicional: se componen de una estructura jerárquica vertical: director, subdirector, cargos fijos, jefes de departamentos y empleados. Este tipo de empresa reserva la toma de decisiones para los altos cargos y se somete el trabajador a más vigilancia. Consiste en un modelo basado en el seguimiento de órdenes, lo que puede generar distancia y rencillas entre el empleador y el trabajador.
Empresas TEAL: a diferencia de las anteriores, se caracterizan por no tener una jerarquía definida y por involucrar a todo el equipo en la toma de decisiones. El trabajador no es directamente controlado por los jefes, pero esto no quiere decir que no haya que cumplir objetivos o mantener un nivel de productividad óptimo.
Empresas que trabajan en remoto: cabe hacer especial mención a este tipo de empresas, que, aunque se podrían meter dentro del grupo de las empresas TEAL, sí que tienen algunas características peculiares que se deben tener en cuenta para generar relaciones laborales fuertes, estables y definidas. Como se mencionaba al principio del post, la comunicación constante y la tecnología son claves para unas buenas relaciones laborales y, en el caso de las empresas cuyos empleados trabajan en remoto esto se vuelve aún más importante. Desarrollar plataformas donde los trabajadores puedan aglutinar y compartir su trabajo, implementar herramientas colaborativas y para la gestión de equipos, establecer canales de comunicación corporativos, o realizar periódicamente acciones de teambuilding virtuales, ayudarán a que la empresa no sufra desconexiones.
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