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¿Alguna vez has sentido que las ciudades son demasiado agobiantes? Hay más contaminación, el ritmo de vida es acelerado, el tráfico y transporte están saturados, y cada día parece traer consigo un constante flujo de estímulos y demandas. Este entorno urbano, aunque lleno de oportunidades y comodidades, también puede pasar factura. En este artículo, analizaremos el impacto en la salud mental de vivir en ciudades.
La relación entre urbanización y salud mental cada vez genera más interés en la comunidad científica y en las instituciones públicas. De acuerdo con las estimaciones de las Naciones Unidas, se prevé que para el 2050 el 68% de las personas vivan en ciudades.
Asimismo, los trastornos mentales cada vez crecen más. Por ejemplo, según la OMS, se estima que en el 2019, 301 millones de personas sufrían de un trastorno de ansiedad y 280 millones de depresión. Por eso, es preciso analizar los factores que influyen y cómo prevenirlos.
Cada vez más investigaciones vinculan a la vida en las ciudades con una peor salud mental de la población.
Una investigación publicada en la Revista CNS Spectrums, que reunió a investigadores de Italia, Paraguay, Brasil y Reino Unido, hizo una revisión de 113 artículos sobre salud mental y urbanización. Los hallazgos mostraron que hay una conexión entre el deterioro de la salud mental y vivir en ciudades.
"Las disparidades sociales, la inseguridad social, la contaminación y la falta de contacto con la naturaleza son algunos de los factores reconocidos que afectan la salud mental urbana", señaló la investigación.
Por otra parte, Jordi Alonso, director del Programa de Epidemiología y Salud Pública del Hospital del Mar, señaló al medio El País que en las ciudades: “Hay más trastornos afectivos, de ansiedad, pero sobre todo trastornos graves, como la esquizofrenia”.
No obstante, también es cierto que las personas que viven en las ciudades, paradójicamente, tienen un mayor acceso a servicios de salud mental y más oportunidades educativas y laborales.
En este sentido, la brecha entre el campo y la ciudad también plantea grandes desafíos, que dejan a una parte de la población, que vive en los pueblos o el campo, sin el mismo acceso a servicios y oportunidades. ¡Todo parece concentrarse en las ciudades! En España, este fenómeno se conoce como la España vaciada.
Lo cierto es que no es la ciudad en sí la que trae un ambiente tóxico, sino ciertas dinámicas que se producen en ella. Por esto, cada vez resulta más crucial hacer un trabajo interdisciplinario en la gestión de las políticas públicas y la planeación urbana. La vinculación entre neurociencia, salud pública y urbanismo se hace necesaria para repensar a las ciudades y el bienestar de la población.
Este término engloba una serie de tensiones y presiones asociadas a la vida citadina que pueden afectar de manera significativa la salud mental de quienes la experimentan.
Factores como la contaminación, el diseño de espacios que fueron pensados en términos económicos y no de bienestar, y la saturación de los espacios pueden conducir a elevar los niveles de estrés. Por esto, en arquitectura es clave evaluar aspectos como el confort térmico, acústico y la accesibilidad para todas las personas.
Asimismo, a pesar de la densidad poblacional, la calidad de las interacciones sociales en entornos urbanos puede ser limitada.
Aunque cuando pensamos en contaminación lo más común es que venga a nuestras cabezas una imagen de una fábrica con una chimenea o basura por doquier, la contaminación tiene varias caras.
Así, la contaminación puede ser lumínica, acústica y del aire, entre otras. Todas estas manifestaciones tienen un impacto significativo en la salud mental y física de los habitantes urbanos.
Derivada del exceso de iluminación artificial durante la noche, ha sido vinculada a trastornos del sueño, alteraciones en los ritmos circadianos y niveles elevados de estrés.
Generada por el ruido constante de vehículos, maquinaria y actividades urbanas, también contribuye al aumento del estrés, la irritabilidad y la disminución de la concentración.
Resultado de emisiones vehiculares e industriales, no solo afecta la salud respiratoria, sino que también se asocia con un mayor riesgo de trastornos mentales, como la depresión y la ansiedad.
Estos distintos tipos de contaminación convergen para crear un entorno urbano hostil, disminuyendo la calidad de vida y destacando la necesidad apremiante de abordar estos problemas de manera integral para preservar la salud y el bienestar de quienes viven en las ciudades.
Comparativamente, las zonas rurales ofrecen un respiro del caos urbano. El acceso a espacios abiertos y contacto con la naturaleza se ha asociado con la reducción del estrés. La falta de estos elementos en entornos urbanos puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos mentales.
Un reciente estudio de ISGlobal en Barcelona respalda las afirmaciones sobre el impacto positivo de los espacios verdes en la salud mental. La regla 3-30-300, propuesta por el silvicultor urbano Cecil Konijnendijk, sugiere que cada individuo debería tener la visión de tres árboles desde su hogar, un 30 % de cobertura arbórea en su vecindario y acceso a un parque o área verde a no menos de 300 metros de distancia.
La investigación, basada en una muestra de 3,145 residentes en Barcelona, reveló que aquellos que cumplían con esta regla experimentaban mejor salud mental, menor consumo de antidepresivos y menos visitas a psicólogos.
Otra investigación del 2021, publicada en la Revista Internacional de Estudios Medioambientales y Salud Pública, encontró que el contacto con la naturaleza urbana, específicamente haciendo labores de jardinería, disminuye el riesgo de tener depresión.
Repensar el diseño urbano y fomentar la plantación de árboles y espacios verdad, no solo podría aumentar la sostenibilidad ambiental o disminuir las temperaturas, sino que ayudaría a mejorar la salud de la población.
Jakstis, K., & Fischer, L. K. (2021). Urban nature and public health: How nature exposure and sociocultural background relate to depression risk. International Journal of Environmental Research and Public Health, 18(18), 9689. https://doi.org/10.3390/ijerph18189689
Organización Mundial de la Salud. (s/f). Trastornos mentales. Who.int. Recuperado el 16 de enero de 2024, de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders
Ventriglio, A., Torales, J., Castaldelli-Maia, J. M., De Berardis, D., & Bhugra, D. (2021). Urbanization and emerging mental health issues. CNS Spectrums, 26(1), 43–50. https://doi.org/10.1017/s1092852920001236
Vivir en zonas más verdes se asocia con una mejor salud mental y menor consumo de medicamentos. (s/f). ISGLOBAL. Recuperado el 16 de enero de 2024, de https://www.isglobal.org/-/vivir-en-zonas-mas-verdes-se-asocia-con-una-mejor-salud-mental-y-menor-consumo-de-medicamentos
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