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Han quedado en el pasado aquellos métodos de enseñanza unilateral donde el maestro daba la clase y el alumno se limitaba a repetir textualmente lo que se le exigía. Era una educación pasiva, que no concebía que los niños y jóvenes tuviesen aptitudes y habilidades innatas que necesitaran ser estimuladas con estrategias que involucren el desarrollo y cultivo de la inteligencia.
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Como parte de las estrategias modernas que permiten a los alumnos participar directamente en su proceso educativo, a través de la investigación, la creación y la comprobación de las situaciones que se le presentan, nace el concepto de aprendizaje activo, que por medio de la motivación despierta el interés de ir descubriendo y darle sentido a las interrogantes que se presentan en la vida cotidiana. Entre las herramientas de esta metodología de estudio se encuentran los experimentos para niños.
Está demostrado que mientras más se involucra el estudiante con su proceso educativo, tendrá mayor grado de retención de lo aprendido ya que se hará un criterio personal basado en hechos comprobados por él mismo a través de la acción y la comprobación. Uno de los métodos más efectivos para lograr la mejor comprensión de ciencias son, sin duda, los experimentos para niños...
Con estos últimos podemos desarrollar en los más jóvenes un pensamiento crítico, así como se podrá agudizar sus capacidades de observación y participación donde obtendrán sus propias conclusiones en base a la orientación docente y los resultados obtenidos de los experimentos realizados.
El contacto con la ciencia debe ser proporcional al nivel de educación, por ende el nivel de los experimentos para niños debe ajustarse a esta regla, así entenderán y retendrán el contenido con mayor facilidad.
La educación inicial es de suma importancia para el desarrollo de cualquier infante, y puede llegar a ser determinante en el resto de su desarrollo debido a que en esta etapa se forman grandes cantidades de enlaces neuronales.
El interés por la ciencia y el aprendizaje es algo que podemos estimular en los niños desde una edad muy temprana. Los experimentos para niños son una forma excelente y divertida de despertar su curiosidad, consiguiendo aumentar rápidamente su interés por el mundo de la ciencia.
Se pueden implementar materiales y técnicas sencillas en los experimentos para niños, como bien podrían ser los dibujos en perspectivas y ángulos que creen la ilusión de profundidad, de distancia o volumen, familiarizando a los más pequeños con estos conceptos importantes de la química y física. Entre algunos experimentos sencillos tenemos:
Lo podemos hacer usando solamente el líquido de algún cítrico (siendo el limón el más conocido). Simplemente debemos exprimir el zumo del limón en un vaso y con él escribir sobre un papel y aplicarlo como recubrimiento sobre cualquier superficie.
Posteriormente, lo calentamos levemente sobre una pequeña vela. Los niños quedarán impresionados cuando vean que sus manualidades o escritos comienzan a pintarse sobre el calor de la vela.
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Pídales que coloquen un poco de alcohol dentro de una botella y tapen con un corcho que tenga un agujero donde pueda entrar la punta de un inflador de balones, con el cual llenarán de aire varias veces la botella. Al dejar de presionar verán que aparecerán lindas nubes ante sus ojos.
Con este experimento podrás explicar un poco cómo funcionan las nubes y la condensación.
Como último ejemplo de experimento, puedes enseñarles el misterio de las mezclas con un sencillo ejercicio: pídeles que coloquen en un vaso una parte de agua y otra de aceite y verás la sorpresa que se llevan al descubrir que jamás se llegan a mezclar: así podrás demostrarles la importancia de conocer cómo se diferencian las sustancias y el concepto de densidad.
En pro de una educación a conciencia que los introduzca progresivamente al mundo de la ciencia, se debe guiar con los experimentos para niños a quiénes cursan la primaria, otorgándoles conceptos de física, química y biología de primera mano.
Cada experimento implementado debe enseñar un poco más que el anterior, sin dejar de ser fácil o bien, asequible, siempre tomando en cuenta el uso de materiales reciclados o caseros que los alumnos puedan obtener en casa con facilidad.
Es importante destacar que muchos institutos habilitan espacios que sirven como laboratorios para realizar experimentos para niños donde pueden dar rienda suelta a sus dotes de científicos siguiendo normas metodológicas y conociendo el método científico para sus trabajos, pero también existen experimentos de las áreas sociales que tienen por objetivo principal relacionar al niño de manera práctica con las asignaturas.
A continuación, te presentamos cuatro experimentos científicos que se pueden elaborar en diferentes cátedras:
Puedes presentarlo como es una versión desarrollada del experimento “sin mezclarse”, que muestra de forma más completa los diferentes niveles de densidad e hidrofobia que incorporan muchos elementos de la vida cotidiana. Además, representa uno de los experimentos para niños más fáciles, divertidos y muy didácticos que parecen juegos.
Para hacer el arcoíris de colores necesitamos un vaso e ir vertiendo en orden los siguientes materiales:
El siguiente experimento se llama "el agua que camina", y es perfecto para demostrar algunas propiedades de transferencia y mezcla, así como también de mecánica de los fluidos. El experimento es posible gracias a la capilaridad (propiedad del agua que le permite abrirse paso por espacios muy pequeños), concepto que podemos usar como abre bocas para un sin fin de temas siguientes.
Como la mayoría de los experimentos para niños este se elabora con materiales simples:
Lo llevamos a cabo vertiendo algunas gotas de colorante en cada recipiente previamente llenado de agua hasta la mitad. Un color por recipiente, lo cual nos termina dando tres envases con colorante.
Posteriormente llenamos con agua hasta la mitad el resto de los envases para luego organizarlos todos en una circunferencia.
Por último, damos forma de filamentos al papel y colocamos un extremo en un recipiente con colorante y otro en el recipiente de agua limpia, de modo que cada recipiente tenga al menos dos extremos del papel.
Al cabo de unos minutos veremos cómo el líquido con colorante logra llegar hasta los recipientes que tienen agua limpia, cambiando el color del agua.
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Otros de los experimentos para niños con los que se puede sorprender a los alumnos es el de "la botella que respira", que muestra de forma simple pero completa el funcionamiento del sistema respiratorio en la mayoría de los vertebrados. Tiene una gran capacidad de enseñanza, y lo mejor es que puede hacerse con materiales que se tengan a la mano.
Necesitarás:
¿Cómo hacerlo?
El primer paso a realizar es cortar la botella a la mitad, conservando la parte superior. Luego inflamos con un poco de aire dos globos y ponemos en sus boquillas los pitillos para luego atarlos con la cinta adhesiva.
Colocamos los globos dentro de la botella y pasamos los extremos de los pitillos por la parte superior de la misma, en donde utilizaremos la plastilina para sellar los espacios que queden. Posteriormente dividimos a la mitad el último globo para sellar la parte inferior de la botella y aseguramos el borde con cinta adhesiva.
Ahora, solo resta tomar la base del globo que usamos para sellar la botella y la estiramos hacia abajo. Veremos cómo los globos dentro de la botella se inflan mientras más estires el material de abajo, simulando así una caja torácica gracias a la expulsión y posterior llenado de aire en los globos.
En este experimento casero los alumnos pueden aprender sobre el funcionamiento de un extintor usando bicarbonato de sodio, un trozo de corcho, una pajilla o pitillo, un envase vacío y vinagre.
La reacción que provoca el bicarbonato de sodio y el vinagre dentro del envase es dirigida por el pitillo (mismo que se fija en el corcho) hacía la llama de una vela encendida al neutralizar su fuente de energía.
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La aventura de enseñar no para, y cada vez surgen innovadoras metodologías como los experimentos para niños, herramientas que fomentan la imaginación y creatividad del pequeño.
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