Postgrado en Técnicas de Estudio y Estrategias de Aprendizaje + Titulación Universitaria
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Una de las herramientas más valiosas para estudiar es, sin lugar a duda, el esquema. Se trata de una de las técnicas de estudio más usadas no solo en la escuela, sino también en niveles de formación superior. Esto se debe a su capacidad para organizar y sintetizar información de manera visual y jerárquica. Es más que seguro que, en algún momento, hayas hecho algún esquema. Pero ¿conoces las pautas para hacerlo de manera efectiva? En este post, te contamos todo lo que tienes que conocer sobre los esquemas. ¿Quieres saber más?
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En general, un esquema es una representación visual que permite organizar y sintetizar información a través de relaciones de jerarquía. De manera gráfica o textual, este recurso permite destacar los puntos principales, secundarios y terciarios de un tema específico, de tal manera que facilita no solo facilita la comprensión del contenido, sino también, por extensión, su estudio.
En este sentido, un esquema se caracteriza por su capacidad para desglosar conceptos complejos en enunciados y relaciones más simples a la vez que manejables. Pero ¿cómo se logra esto? Se parte del reconocimiento de las ideas clave, así como de las ideas secundarias. Partiendo de esto, se inicia la distribución lógica y jerárquica de los componentes del tema, lo que hace que la visión general de este sea más rápida y comprensible.
Ahora bien, los esquemas varían según el formato y contenidos que recogen. De este modo, pueden realizarse a través de listas, tablas, diagramas y mapas, en los que la información se distribuye de diferentes maneras según las relaciones que hay entre todas las ideas. Así, pueden plantearse esquemas para planificar un texto, una presentación, un tema específico, entre otros. Crear y utilizar esquemas es fundamental para el aprendizaje significativo y eficaz, al mismo tiempo que ofrece la posibilidad de gestionar la información de manera clara en un mismo lugar.
Entonces, ¿cómo crear un esquema efectivo? Lo primero que hay que tener en cuenta es que un esquema sigue pasos específicos que, con la práctica, se pueden aplicar de manera sistemática. De todos modos, es necesario considerar las características de cada tipo de esquema. Aquí te presentamos las pautas fundamentales para elaborar estos recursos tan importantes para estudiar.
Antes de realizar el esquema, es necesario leer, comprender y sumillar el contenido que se quiere esquematizar. Esto es imprescindible para identificar, como se dijo antes, las ideas principales y secundarias, así como las relaciones entre sí. Se puede optar por un borrador en el que se presenten estas ideas.
El siguiente paso es escoger el tipo de esquema. Esto se realiza en función del contenido y el propósito de aquel, de tal manera que se puede optar por un esquema de llaves o, si fuese el caso, un mapa conceptual. Se trata de adaptar el esquema a las necesidades individuales.
Una vez reconocida la jerarquía entre las ideas, esta debe ser representada de manera lógica y clara, de tal manera que la estructura del esquema sea comprensible y, desde luego, coherente. En todo momento, se debe evitar incluir información irrelevante.
Una de las claves de cualquier esquema es la concisión y precisión, esto es, escribir enunciados breves que no solo contengan la idea principal o secundaria, sino que también sea comprensible en una primera lectura. Esto facilita la rápida comprensión y revisión del esquema cuando se necesita estudiar el tema.
Aunque la representación visual debe ser atractiva, es importante evitar la sobrecarga de elementos en lo que concierne tanto al texto como a los elementos gráficos. Esto es así porque el esquema debe ser fácil de comprender a nivel global como local. Entonces, el uso eficiente del espacio, los colores o los símbolos puede ayudar a crear un esquema efectivo que permita diferenciar los niveles de información.
Pero, ¿cuál de todos los esquemas elegir? Cada tipo tiene características y aplicaciones específicas que los hacen adecuados para diferentes contextos. Aquí te presentamos algunos de los más usados. Según su descripción, podrás optar por uno o por otro.
Como lo indica su nombre, este esquema recurre a llaves para organizar la información de manera jerarquizada. Así, la idea principal sería parte de la llave mayor y, dentro de esta, se encontrarían las llaves correspondientes a las ideas secundarias, y así sucesivamente. Ahora bien, cada una de las llaves debe contener palabras clave o enunciados breves que representen a las ideas escogidas. Su formato visual permite una rápida localización y comprensión de los diferentes niveles de información.
Utilizado con frecuencia en la planificación de textos, este esquema se caracteriza por incluir números que dan cuenta de diferentes niveles. En este sentido, los números como en 1, 2 y 3, por ejemplo, representarían las ideas principales, mientras que los números 1.1., 2.1. y 3.1., las ideas secundarias. Se puede utilizar tantos números como sean necesarios para indicar la secuencia lógica de la información.
Este esquema, también conocido como mapa conceptual, permite la conexión entre conceptos a partir de líneas o flechas, las cuales muestras las relaciones que existen entre aquellos. Se trata de una herramienta que suele ser utilizada en las escuelas, tanto en el nivel primario como como el nivel secundario, por su poderosa capacidad para representar interconexiones entre ideas. Asimismo, es un recurso permite aprender durante el proceso de su elaboración y después, cuando se estudia con detenimiento.
Si bien su uso es extendido en la planificación de proyectos y en la programación, este tipo de diagrama permite representar secuencias a través de secuencias de acciones mediante el uso de símbolos y flechas. Enfocado en pasos secuenciales, facilita la visualización y comprensión de procesos, procedimientos y, según sea el caso, algoritmos.
Este es, sin lugar a dudas, uno de los esquemas más utilizados, sobre todo, en asignaturas en los que se abordan procesos históricos. Este esquema permite organizar eventos o hitos en una línea cronológica. Como puede verse, no solo es útil para conocer cuáles han sido los hechos más importantes durante un periodo, sino también comprender la evolución de diferentes elementos.
Los esquemas radiales se construyen partiendo de una idea principal que se coloca en el medio de la representación; de esta irradian, en consecuencia, los conceptos secundarios. Se trata de un esquema que permite comprender, tras una revisión rápida, la relación entre las ideas que componen el tema. Así, permite la visualización clara de relaciones y jerarquías.
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