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Los humanos diariamente nos comunicamos con nuestro cuerpo, es decir, utilizamos la comunicación no verbal para expresar de mejor manera algunas emociones o sensaciones que queremos transmitir de forma indirecta hacia otras personas. En este artículo conoceremos los elementos de la expresión corporal y cuál es su importancia a la hora de las relaciones interpersonales.
La expresión corporal es un tipo de expresión comunicativa que permite ser más libre a la hora de comunicarnos, usualmente es utilizada para transmitir fuertes ideales, sentimientos o pensamientos; mediada por ciertos elementos y características que la componen y hacen posible una óptima comunicación.
La expresión corporal es un tipo de comunicación o lenguaje no verbal que se expresa con los movimientos del cuerpo, gracias a esta se pueden expresar ideas y sentimientos complejos que no pueden expresarse con palabras, debido a esto es altamente utilizada por artistas del medio de entretenimiento para comunicarse con el público.
Antes de conocer cuáles son los elementos de la expresión corporal, hablemos un poco acerca de aquello que caracteriza a este tipo de comunicación no verbal:
Los elementos de la expresión corporal se pueden definir como los medios por los cuales el lenguaje corporal se logra expresar.
El movimiento es el principal dentro de los elementos de la expresión corporal, se consideran como todos aquellos aspectos espaciales y temporales que la persona realiza para expresar sus emociones.
Un aspecto importante que se toma en cuenta cuando se habla del movimiento en la expresión corporal es la intensidad con la que se realiza este, ya que de la intensidad de la acción realizada, dependerá la intensidad de la emoción transmitida.
Todos utilizamos gestos en nuestro día a día, los cuales constituyen todos aquellos movimientos que poseen cierta carga emocional o emotiva dentro de ellos, es decir, cada vez que realizamos un gesto estamos expresando la más mínima de las emociones.
Los gestos pueden considerarse como reguladores de una comunicación entre dos personas, ya que dentro de los elementos de la expresión corporal predominarán aquellos que regulen y optimicen la interacción.
Dentro de los elementos de la expresión corporal encontraremos a esta gran traidora: la postura. Muchas veces no podemos evitar tener una postura indeseable, que nos lastima la columna o nos hace ver mal, y es que esta puede servir como determinante de las emociones que tiene, en un determinado momento, una persona.
La postura es algo que puede transmitir alguna emoción o un sentimiento de manera rápida, quizá de felicidad, seguridad o de desconfianza, siempre variando en dependencia al estado emocional de una persona.
El ser humano es un ser social por definición, inmerso en el centro de distintas relaciones con los demás, y, por lo tanto, en constante comunicación. Uno de los canales más importantes para intercambiar información, ya sean emociones, pensamientos y hasta caracteriza nuestra manera de ser, son los elementos de la expresión corporal.
En la infancia, en el tiempo pretérito antes de la aparición del lenguaje, para informar de nuestra felicidad, temor o tristeza nuestro mejor medio eran las muecas con los rasgos de la cara y la imitación de acciones para ser comprendidos. De esta manera, por ejemplo, un niño entre los tres y cinco años se lleva el dedo a la boca para significar que tiene hambre, o baila para expresar felicidad. Sin embargo, cuando aparecen las primeras palabras, los elementos de la expresión corporal no desaparecen.
En este sentido, la comunicación no verbal expone sentimientos, emociones y pensamientos sin que seamos conscientes de ello, y nos ayuda a entender nuestra relación con el medio. De este modo, una persona cabizbaja y con los hombros caídos es la imagen exacta del desamparo y el desánimo; a su vez, una persona con los nudillos apretados y las líneas de la cara contraída nos transmite frustración y enojo. Por este motivo, ser capaz de percibir las características de la expresión corporal es un importante factor para comprender al otro, a nuestro interlocutor, y responder a de acuerdo sus necesidades y retroalimentación.
Sin embargo, allí no se agota su importancia. En muchas ocasiones cuando sentimos que una situación es peligrosa, o nos causa cierta repulsión, se debe a la postura, movimientos y elementos de la expresión corporal de las personas implicadas en dicho contexto. Por ejemplo: si vamos por una calle concurrida y, de pronto, desembocan personas corriendo y cubriéndose alarmadas, es muy probable que identifiquemos esos gestos como un signo de una situación peligrosa, y procedamos a cubrirnos y protegernos.
Por esta razón, la Psicología, en particular la Psicología social, se ha encargado de explorar lo decisivo que puede ser la expresión corporal para la conformación de la imagen de otra persona, o sobre nuestra valoración de ella. En este caso, por ejemplo, durante una conversación nos pueden parecer más atractivos, así como más amigables, las personas que mantengan una postura abierta; es decir, sin cruzar los brazos y sin tocarse el cuerpo; todo eso son señales de compañerismo. Del mismo modo, una persona con los hombros erguidos y la cabeza mirando siempre en dirección al frente, nos da la impresión de seguridad y liderazgo.
Desde este enfoque también se ha propuesta que la importancia de los elementos de la expresión corporal, más allá de las funciones comentadas, es que son de carácter universal; en cualquier lugar del mundo una sonrisa denota felicidad; la comisura de los labios caídos representan tristeza, y el ceño fruncido personifica el enfado o la decepción.
Para concluir, podemos decir que la expresión corporal es relevante por diferentes motivos, sin embargo, en líneas generales su función es ayudarnos a comprender las intenciones del otro, entender algún contexto para adaptarnos rápidamente, o expresar sentimientos, emociones y pensamientos sin necesidad del lenguaje.
Debido a su gran potencial para comunicar emociones e ideas, la expresión corporal ha sido incorporada al ámbito educativo y artístico. En el primero, como una modalidad para que los estudiantes puedan drenar sus emociones y relacionarse con los demás. Y en el segundo, para lograr una conexión más intensa con el público.
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