Máster Oficial Universitario en Pedagogía Montessori + 60 Créditos ECTS
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La pedagogía Montessori es, sin lugar a duda, uno de los modelos de enseñanza que más impacto ha tenido en la formación de millones de personas alrededor del mundo. Ampliamente valorada en el ámbito educativo, las propuestas de Montessori aún se estudian e implementan en diferentes sistemas educativos, los cuales tienen un objetivo compartido: ofrecer a los niños una educación integral. Este texto aborda aspectos clave de esta metodología, como sus principios y ventajas.
La pedagogía Montessori es un enfoque educativo propuesto y desarrollado por la educadora italiana María Montessori a principios del siglo XX. Basada en el desarrollo del niño, propone una metodología que se centra en el respeto por la individualidad del niño; de esta manera, busca promover la autoestima, el amor por el aprendizaje y, en consecuencia, la autonomía durante el proceso de adquisición de conocimientos. En este sentido, el ambiente educativo en el que el niño se desarrolla debe ser propicio para que este explore ampliamente sus intereses y potencialidades a través de materiales y experiencias diseñadas para tal efecto.
Entonces, si el niño es el centro, este debe reconocerse como único en tanto posee sus propias habilidades, capacidades e intereses. Esto, en pocas palabras, significa que se prioriza el ambiente positivo de aprendizaje por encima de un currículo caracterizado por su rigidez y poca permeabilidad. La creatividad, en este sentido, es el punto de partida para estimular el pensamiento crítico, la exploración, la interacción y la colaboración con otros niños, todo esto sobre la base del respeto y confianza.
Hay que añadir, asimismo, que la pedagogía Montessori se caracteriza por su enfoque holístico; esto es, no orienta su interés solo por el aspecto cognitivo, sino que pretende explotar todas las capacidades de una persona para su desarrollo. Se trata de las dimensiones como las emociones, físicas y sociales, por nombrar algunos ejemplos. El éxito en las aulas es importante, por supuesto, pero también se deben tener en cuenta otros aspectos importantes para un desarrollo óptimo como individuo en sociedad.
Como todo método o enfoque, la pedagogía Montessori se guía por algunos supuestos que guían su orientación:
Esta pedagogía considera que los niños poseen una “mente absorbente”, la cual que les permite aprender y adaptarse de manera natural a su entorno. Durante los primeros años de vida, los niños absorben información de su entorno de forma inconsciente y espontánea.
En un ambiente Montessori, las áreas de aprendizaje están organizadas en función de las necesidades y etapas de desarrollo del niño. Estas áreas incluyen vida práctica, sensorial, matemáticas, lenguaje, ciencias, arte y música, entre otras.
Identifica asimismo periodos sensitivos o ventanas de oportunidad en el desarrollo del niño, durante los cuales el niño muestra un interés especial y una capacidad innata para aprender ciertos conocimientos o habilidades.
Se trata de un proceso natural en el que el niño desarrolla habilidades de concentración, autorregulación y disciplina interna a través del trabajo con los materiales Montessori.
El entorno Montessori está cuidadosamente diseñado y organizado para facilitar el aprendizaje autónomo, promover la exploración y fomentar la cooperación entre los niños.
La pedagogía Montessori enfatiza la importancia de respetar el ritmo de aprendizaje individual de cada niño, lo que les permite aprender a su propio ritmo y de acuerdo con sus intereses y capacidades.
El papel del adulto en el ambiente Montessori es el de guía y facilitador, por lo que debe aportar apoyo, estímulo y dirección a los niños en su proceso de aprendizaje.
Los materiales Montessori están diseñados para estimular los sentidos y el pensamiento a través del aprendizaje activo y el desarrollo de habilidades prácticas y cognitivas.
Una parte fundamental del método Montessori son los materiales didácticos, que están diseñados para ayudar a los niños a entender conceptos abstractos a través de la manipulación directa. Estos son algunos de los materiales más utilizados en el modelo:
Como te decíamos al inicio, los materiales Montessori han alcanzado un alto precio en el mercado. La buena noticia es que existen alternativas que puedes hacer desde casa con pocos recursos y unos sencillos pasos. A continuación, te compartimos cinco ejemplos. ¡Toma nota!
¿Tienes cajas de cartón vacías por casa? Utilízalas para hacer torres de apilamiento. Pueden ser cajas de zapatos, cereales o de paquetes grandes, la sugerencia es que sean de distinto tamaño. Además, necesitarás papel de colores o pintura para cubrir las cajas y que sean visualmente atractivas para los niños.
Los más pequeños pueden apilar las cajas, ya sea por tamaño o color. De esta forma, desarrollan habilidades de percepción visual y coordinación.
Vas a necesitar calcetines o bolsas de telas pequeñas. También distintos materiales como arroz, lentejas, piedras, arena o algodón. Llena cada bolsa o calcetín con un material diferente y ciérralos bien. Los niños pueden manipular las bolsas para sentir las diferentes texturas, desarrollando su sentido táctil.
Corta las letras del alfabeto en papel de lija y pégalas sobre cartulinas individuales. Los niños pueden trazar las letras con sus dedos. Así se fomentan las habilidades de escritura y reconocimiento de letras a través del tacto.
Con botellas de plástico vacías también puedes hacer grandes cosas. Llénalas con agua, agrega pegamento brillante, colorante y pequeños objetos como lentejuelas. ¡Asegúrate de cerrar bien la botella! Luego los niños pueden agitar la botella y observar cómo los objetos y el brillo se mueven y se asientan, lo que tiene un efecto calmante y ayuda a la concentración.
Imprime o recorta imágenes de objetos comunes y palabras que correspondan a esas imágenes. Pega las imágenes y las palabras en tarjetas de cartulina. Los niños pueden emparejar las imágenes con las palabras correspondientes. De esta forma, se desarrollan habilidades de lectura y asociación.
En la actualidad, muchas madres y padres deciden preparar una habitación Montessori para sus hijos, sobre todo porque fomenta la independencia, el aprendizaje autónomo y el desarrollo de los más pequeños. Sin embargo, esto puede convertirse en un proceso caro y complicado. Por ello, te damos algunas recomendaciones que pueden resultarte útil.
Lo primero es pensar que el mobiliario tiene que estar a escala del niño. Aunque el diseño puede variar según el gusto personal, el consenso es que las camas deben ser bajas o simplemente con colchones en el suelo para que los niños bajen y suban por sí mismos. Las mesas y sillas deben ser pequeñas para que se siente cómodamente y las estanterías tienen que diseñarse para permitir el acceso fácil a materiales y juguetes.
Por otra parte, piensa en las áreas de aprendizaje y juego. Pueden ser zonas de lecturas con cojines y libros, una zona de arte con colores, un espacio para actividades de la vida diaria o para el juego. Incluye también los materiales educativos y juguetes. No tienes por qué tener todas las zonas disponibles a la vez, optimiza el lugar que tienes y adáptalos según la etapa vital de tu hijo.
Por último, no olvides que uno de los objetivos del método Montessori es promover la independencia de los niños. Coloca espejos a su altura, las perchas bajas para que pueda decidir cómo vestirse, y estantes de almacenamiento a su altura para que guarde y organice sus materiales.
La pedagogía Montessori ofrece numerosas ventajas para el desarrollo de los niños, entre las que se incluyen:
Desarrollo integral. Promueve el desarrollo integral del niño (abarca aspectos cognitivos, emocionales, sociales y físicos).
Autonomía y autoestima. Al permitir que los niños elijan y trabajen con materiales y actividades que les interesan, se fomenta su autonomía y se fortalece su autoestima.
Amor por el aprendizaje. Esta pedagogía se centra en el proceso de aprendizaje más que en los resultados, lo que ayuda a cultivar una actitud positiva hacia el aprendizaje y la curiosidad intelectual en los niños.
Adaptabilidad. También se adapta a las necesidades y etapas de desarrollo de cada niño, por lo que respeta su ritmo de aprendizaje y sus intereses.
Habilidades sociales. La interacción y colaboración entre niños de diferentes edades en el ambiente Montessori fomenta el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
Creatividad. Al ofrecer un entorno enriquecedor y estimulante, la pedagogía Montessori fomenta la creatividad y la expresión individual de los niños.
Concentración y autorregulación. La práctica con los materiales Montessori ayuda a los niños a desarrollar habilidades de concentración y autorregulación, fundamentales para el éxito académico y personal.
Preparación para la vida real. La pedagogía Montessori promueve el desarrollo de habilidades prácticas y de resolución de problemas que los niños necesitarán a lo largo de su vida.
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