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Cuando piensas en una fotografía de calidad, ¿qué viene a tu mente? Sin duda, aquellas fotografías con mayor impacto visual, tienen algo en común: una buena iluminación o juegan con la luz para crear efectos. Por esto, si quieres ser un/a buen/a fotógrafo/a, debes conocer los tipos de iluminación fotográfica.
Dicen que la fotografía es el arte de jugar con la luz. Y es que una cámara captura la luz para formar las imágenes, al igual que la fisiología de un ojo humano. Entonces, ¡sin luz no hay foto!
Si eres nuevo en la fotografía, y estás pensando en estudiarla de forma más profesional, lo primero que necesitas aprender, sin duda, es sobre el manejo de la luz. De hecho, incluso si simplemente quieres tomar fotos con tu smartphone y presumir en redes sociales, tampoco te vendrá mal aprender de los tipos de iluminación fotográfica... Así que, nunca mejor dicho: ¡Luces, cámara, acción!
La luz no solo permite capturar una imagen, sino que también define su textura, volumen, profundidad y emoción. Define la forma en que los colores se representan, crea sombras que agregan profundidad y modelan los contornos de los sujetos.
Además, influye en la intencionalidad general de la fotografía. Puedes crear desde un ambiente acogedor con la luz cálida, hasta una sensación de misterio con sombras profundas.
Por otra parte, la temperatura de color, cantidad y calidad de la luz determinarán el balance de blancos, la exposición y el ambiente de la fotografía.
Por esta razón, la iluminación es la esencia de la fotografía. ¿Lo mejor? Existen muchas opciones de iluminación, que te permitirán ponerle una intensión o estilo a cada imagen. En esta guía, te presentaremos los principales tipos de iluminación fotográfica.
La fuente de luz más versátil, proviene de las fuentes naturales, es decir, del sol. Por no poder controlarla, debemos aprender a manejarla y a ajustar la cámara en función de esta. Es decir, no es lo mismo tomar una foto bajo un sol radiante, que creará muchas sombras y una luz dura, que tomarla bajo un día nublado o al amanecer, cuando la luz es más difusa y no genera tantas sombras.
La iluminación natural es versátil y accesible. Y aunque parezca que solo con ella es suficiente, se pueden usar reflectores para rebotar la luz natural. A su vez, hay luz de relleno para atenuar las sombras. A su vez, existen difusores, que se sitúan de forma estratégica para bajarle intensidad a la luz natural.
Al tener mucha luz, es posible tener un tiempo de exposición
Es un tipo de luz que, como se señala, es creada artificialmente. Permite un control preciso sobre la luz, ideal para estudios o condiciones de poca luz. Además, al ser controlable, también es estable. Por esta razón ofrece muchas ventajas.
¡Flashes, focos LED y lámparas de tungsteno son algunas de las opciones más comunes! De hecho, existen muchos tipos de luz, con los que se componen los esquemas de iluminación de una sesión de fotografía.
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Como ya te hemos adelantado, existen muchos tipos de iluminación fotográfica, que se pueden clasificar según su difusión, temperatura, dirección, intensidad, etc. A continuación, te hablaremos de los términos más frecuentes para referirse a la iluminación.
Ilumina al sujeto de frente, eliminando las sombras y creando un efecto plano. Ideal para , fotografías de retrato, identificación o documentos. Asimismo, se suele usar para hacer fotografías de ropa, como las que vemos en los catálogos de las tiendas online.
Se caracteriza por ser difusa y envolvente. En consecuencia, difumina las sombras y crea una apariencia natural. Se encuentra en días nublados o utilizando difusores en la luz artificial.
Proyecta sombras fuertes y definidas, ideal para resaltar la forma y textura del sujeto. Se encuentra en días soleados o utilizando un flash sin difusor.
Proviene de detrás del sujeto, creando un halo de luz y separándolo del fondo. Ideal para resaltar texturas y crear un efecto dramático. Es ideal para retratos creativos.
Es un tipo de iluminación lateral, que ilumina la mitad del rostro del sujeto, generando así un contraste entre la zona iluminada y la sombreada. Ideal para retratos y producir un efecto misterioso o creativo.
Ilumina el contorno del sujeto, generando un efecto de halo. Se utiliza para separar al sujeto del fondo y producir un efecto dramático.
Similar a la luz de llanta, pero con una luz más suave y difusa. Favorece a los retratos, de forma sutil.
La luz incide sobre el sujeto desde un ángulo lateral bajo. Como efecto, genera sombras dramáticas y alargadas. Es ideal para ocasionar misterio o suspenso.
Se caracteriza por dos fuentes de luz, una a cada lado del sujeto, creando una sombra en forma de mariposa debajo de la nariz. Ideal para retratos femeninos y suavizar las facciones.
Similar a la iluminación dividida, pero con la luz principal ligeramente más alta. Crea un triángulo de luz en la mejilla del sujeto, ideal para retratos expresivos y con carácter.
En fotografía, la exposición se refiere al brillo de una imagen. Se controla mediante tres elementos: la apertura del diafragma, la velocidad de obturación y la sensibilidad ISO. Ajustar estos tres elementos te permite controlar la cantidad de luz que llega al sensor de la cámara y, por lo tanto, el brillo de la imagen.
El diafragma es la abertura del objetivo que regula la cantidad de luz que entra en la cámara. Se mide en números f:
La velocidad de obturación es el tiempo que el obturador está abierto, permitiendo que la luz llegue al sensor. Se mide en segundos o fracciones de segundo:
La sensibilidad ISO determina la sensibilidad del sensor a la luz.
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