Electromiografía: cómo ayuda a diagnosticar problemas nerviosos y musculares
La electromiografía (EMG) es una prueba diagnóstica que se utiliza para evaluar la salud de los músculos y los nervios que los controlan. Los resultados de la electromiografía pueden revelar una disfunción nerviosa, debilidad muscular o problemas con la transmisión de señales de nervios a músculos.
También puede usarse para medir la actividad muscular relacionada con las emociones, la expresión facial, el estrés, el dolor y otros procesos psicológicos.
Electromiografía y estudios de conducción nerviosa
La electromiografía es una técnica que mide la actividad eléctrica de los músculos en reposo y en contracción. Para ello, se utilizan unos dispositivos llamados electrodos, que pueden ser de dos tipos:
Electrodos de superficie.
Electrodos de aguja.
Los electrodos se conectan a un aparato que amplifica y registra las señales eléctricas en forma de gráficos, sonidos o valores numéricos. Estas señales se interpretan por un especialista, que puede ser un neurólogo, un neurofisiólogo o un fisiatra.
La electromiografía suele durar entre 40 y 60 minutos, y no requiere anestesia ni hospitalización. Es un procedimiento seguro e indoloro, aunque puede causar algunas molestias o dolor leve al colocar los electrodos de aguja o al aplicar pequeñas descargas eléctricas para estimular los nervios.
Electromiografía y electroneurografía
La electroneurografía (ENG) es otra prueba diagnóstica que se utiliza para evaluar la función de los nervios periféricos, es decir, los nervios que se encuentran fuera del cerebro y la médula espinal. La electroneurografía mide la velocidad y la intensidad de las señales eléctricas que viajan por los nervios.
Se aplica una estimulación eléctrica en un punto, y se mide el tiempo y la amplitud de la respuesta en otro punto. Así se calcula la velocidad de conducción nerviosa y la amplitud del potencial de acción.
La electromiografía y la electroneurografía son pruebas complementarias, que se realizan de forma conjunta para obtener una información más completa y precisa sobre el estado de los nervios y los músculos. Estas pruebas se denominan de forma genérica estudios de conducción nerviosa o estudios electrofisiológicos.
Enfermedades neuromusculares y electromiografía
La electromiografía y la electroneurografía sirven para diagnosticar o descartar diversas enfermedades o trastornos que afectan al sistema nervioso o al sistema muscular, como, por ejemplo:
Neuropatías periféricas: son alteraciones de los nervios periféricos, que pueden ser causadas por diabetes, alcoholismo, infecciones, traumatismos, tóxicos, etc. Estas alteraciones pueden provocar síntomas como debilidad, entumecimiento, hormigueo o dolor en las extremidades.
Radiculopatías: son alteraciones de las raíces nerviosas que salen de la médula espinal, que pueden ser causadas por hernias discales, estenosis espinal, artritis, etc. Estas alteraciones pueden provocar síntomas como ciática, lumbalgia, cervicalgia, etc.
Miopatías: son alteraciones de los músculos, que pueden ser causadas por inflamación, infección, degeneración, distrofia, etc. Estas alteraciones pueden provocar síntomas como debilidad, fatiga, calambres o atrofia muscular.
Enfermedades de la unión neuromuscular: son alteraciones de la zona donde se conectan el nervio y el músculo, que pueden ser causadas por autoinmunidad, toxinas, medicamentos, etc.
Enfermedades de las neuronas motoras: son alteraciones de las células nerviosas que controlan el movimiento voluntario, que pueden ser causadas por degeneración, inflamación, infección, etc. Un ejemplo de estas enfermedades es la esclerosis lateral amiotrófica.
Con la información obtenida por la electromiografía y la electroneurografía, el médico puede confirmar o descartar el diagnóstico, indicar el mejor tratamiento o, en algunos casos, seguir la evolución y la respuesta al tratamiento.
Además, la electromiografía puede ayudar a diagnosticar o descartar trastornos neurológicos o musculares que puedan tener un impacto en la salud mental o el bienestar de las personas.
¿Cómo prepararse para la electromiografía?
Para realizar la electromiografía, se recomienda seguir las siguientes indicaciones:
Informar al médico si se tiene alguna enfermedad, alergia o se está tomando algún medicamento, especialmente anticoagulantes, antiinflamatorios o relajantes musculares, ya que pueden interferir con el examen o contraindicarlo.
No fumar ni tomar bebidas con cafeína al menos 4 horas antes del examen, ya que pueden alterar los resultados.
No aplicar cremas, lociones o aceites en la piel el día del examen, ya que pueden dificultar la colocación de los electrodos.
Llevar ropa cómoda y fácil de quitar, ya que se debe dejar al descubierto la zona a examinar.
No tener miedo ni nerviosismo, ya que el examen no es peligroso ni doloroso, y se puede preguntar cualquier duda al médico o al técnico.
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