Máster en Psicoterapia Gestalt y Counseling + Titulacion Universitaria
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"Cuenta una leyenda universal que, hace muchas épocas, las personas iban siempre acompañadas de un pájaro diminuto y de plumaje brillante. Se llamaba Ahora.
Los Ahoras acompañaban a los humanos día y noche, revoloteando por sus cabezas en silencio.
Y cada vez que las personas vivían cualquiera de esos mágicos eventos cotidianos, el Ahora les daba un pequeño picotazo en la cabeza y cantaba.
Entonces las personas tenían un Momento de Consciencia. Vivían el presente con más nitidez y eran felices.
(La leyenda de los Ahoras)
Nuestro día a día hace que en la mayoría de las ocasiones no seamos conscientes sobre lo que vivimos, lo que experimentamos y dónde funcionamos con respecto a nuestro entorno. Los autores que se ocupan de este tema definen el término de “conciencia situacional” como “el acto de mantener la propia conciencia en contacto con la realidad presente” así como “saber llevar la propia atención a las experiencias que se están experimentando en el momento presente, aceptándolas sin juzgar”.
Definiéndolo de otra manera, la conciencia situacional se refiere a la comprensión precisa y actualizada de lo que está sucediendo en un entorno específico en un momento dado, junto con una proyección informada de lo que podría suceder a continuación. Esta conciencia implica una atención constante a múltiples factores, como el estado de uno mismo, de los demás, del entorno físico y de las condiciones operativas.
Una forma de entender el sentido de estos componentes es intentar responder a la pregunta “¿Qué hace una persona cuando piensa/actúa con conciencia?”; se trata de centrarse en el momento presente en lugar de estar pendiente del pasado o del futuro.
En el fondo, se trata de una concepción sobre cuál es la situación de tu ambiente y tomar esta concepción como punto de partida de una acción. Por ello, existen tres niveles de la conciencia situacional.
La conciencia situacional parte del conocimiento de la situación en la que estamos contextualmente, que se logra mediante los procesos de percepción y atención. Si no estamos lo suficientemente atentos, no podremos obtener esta visión. De hecho, se ha demostrado que cuando caminamos y enviamos mensajes de texto a la vez, nos perdemos el 48,3% de las señales visuales que hay en nuestro camino.
La conciencia situacional no implica solo atender lo que sucede a nuestro alrededor. Debemos valorar e interpretar la información que hemos recopilado para darle un sentido. En muchos casos realizamos esa evaluación de manera inconsciente, pero en otros casos, sobre todo cuando el entonces nuevo o cambia, para construir ese sentido debemos realizar un esfuerzo continuo por comprender las conexiones entre personas, lugares y/o eventos.
La conciencia situacional no es un proceso pasivo, sino que está enfocado hacia el futuro. Aunque la creación del sentido se enfoca hacia atrás en el tiempo, la información resultante mira hacia el futuro. En otras palabras, tomamos nota de nuestro entorno para poder anticipar su trayectoria y actuar en consecuencia. Imaginamos los escenarios más probables para tomar decisiones más eficaces.
El primer paso para activar la conciencia situacional es saber dónde estamos. En muchos casos tendremos que profundizar en nuestras experiencias pasadas para encontrar el sentido a lo que está ocurriendo, pero en otros casos necesitaremos romper esquemas desadaptativos para encontrar el significado. Por ello te animamos a reflexionar sobre varias cuestiones: “¿Cómo me siento ahora mismo? ¿Qué cosas están influyendo en ese estado emocional? ¿Existe alguna amenaza inmediata en el entorno? ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Qué cosas han cambiado a mi alrededor? ¿Qué meta quiero alcanzar? ¿Cómo puedo evitar o minimizar el peligro que diviso en el futuro? ¿Qué he hecho en situaciones similares en el pasado?”
Además, existen una serie de elementos esenciales para comprender este concepto: la representación mental. Consiste en trazar una especie de mapa mental que nos permita tomar una mejor perspectiva de las cosas. ¿De qué manera? Comparando lo que estamos viviendo aquí y ahora con nuestra experiencia pasada, con esos aprendizajes que hemos obtenido a lo largo de nuestra vida.
Otras de las funciones que tiene desarrollar esa conciencia situacional, es su aplicación en entornos de gestión de crisis, como en equipos de respuesta a emergencias o en operaciones de rescate. Aquí, la capacidad de evaluar rápidamente la situación, identificar amenazas y recursos disponibles, y coordinar acciones es esencial para una respuesta efectiva. En la aviación, por ejemplo, los pilotos deben mantener una conciencia situacional muy alta para garantizar la seguridad del vuelo.
Esto implica estar al tanto de la posición de la aeronave, las condiciones meteorológicas, el tráfico aéreo cercano, el estado de los sistemas de la aeronave y cualquier otra variable relevante para el vuelo seguro. En medicina, los profesionales deben mantener una conciencia situacional para evaluar adecuadamente el estado del paciente, interpretar los síntomas, monitorear la respuesta al tratamiento y anticipar cualquier cambio en la condición del paciente.
En resumen, la conciencia situacional es fundamental en cualquier contexto en el que las decisiones rápidas y precisas sean necesarias para responder a situaciones cambiantes y complejas. Requiere una combinación de observación, análisis de datos, comunicación efectiva y capacidad de anticipación.
Vergara, R., & Mauricio, H. (2010). La conciencia de lo corporal: una visión fenomenológica-cognitiva. Ideas Y Valores, 59(142), 25-47.
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