Postgrado en Farmacia Alternativa: Farmacia Homeopática y Fitoterapia + Titulación Universitaria
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La fitoterapia es un enfoque milenario que utiliza las propiedades curativas de las plantas medicinales y aromáticas. Aunque se ha practicado desde hace miles de años, la labor del fitoterapeuta se ha profesionalizado y ha cobrado protagonismo en el ámbito de la salud.
En este artículo, exploraremos la profesión del fitoterapeuta, sus funciones, el perfil profesional que la define y las competencias que debe tener alguien que quiera dedicarse a la fitoterapia.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 170 de sus 194 Estados miembro han informado que se usan terapias de Medicina Tradicional, Complementaria o Integrativa en sus países. La acupuntura, la homeopatía y la fitoterapia están dentro de este grupo y se ha demostrado que pueden aportar enormemente a la salud.
¡Primero, hablemos de fitoterapia! La fitoterapia es un enfoque terapéutico que utiliza las propiedades curativas de plantas medicinales y aromáticas para tratar diversas dolencias, promoviendo la salud de manera natural. Este campo se basa en la aplicación de principios activos de especies vegetales para aliviar síntomas y mejorar el bienestar.
La fitoterapia ha contribuido al desarrollo farmacológico al proporcionar una fuente rica de compuestos bioactivos presentes en plantas medicinales. Muchos medicamentos modernos se derivan de principios activos identificados en estas plantas y cada día se investiga sobre nuevos fármacos, basados en fuentes naturales o de farmacia alternativa.
El o la fitoterapeuta es un o una profesional especializado en el estudio y aplicación terapéutica de las plantas medicinales y sus principios activos. Su labor se centra en el tratamiento de afecciones leves a través de diversos derivados de plantas medicinales.
Así, busca aliviar síntomas y promover el bienestar utilizando productos de origen vegetal. Este enfoque holístico implica no solo abordar los síntomas, sino también entender la conexión entre el cuerpo y la naturaleza.
El fitoterapeuta realiza evaluaciones exhaustivas de los pacientes para comprender qué está sucediendo en su cuerpo. Por ejemplo, origen de la falta de sueño o de la caída del cabello. Teniendo en cuenta sus antecedentes médicos, síntomas actuales y posibles interacciones con otros tratamientos. Esta atención personalizada es esencial para diseñar un enfoque terapéutico adaptado a las necesidades individuales.
Basándose en su profundo conocimiento de las especies vegetales y sus propiedades curativas, el fitoterapeuta prescribe tratamientos personalizados para cada persona. Esto puede incluir infusiones, aceites esenciales o suplementos a base de plantas, seleccionados para abordar las dolencias específicas del paciente.
Hay una frase popular que dice "somos lo que comemos", y cada vez se demuestra más la certeza de esta afirmación. Los alimentos pueden influir de gran manera en la prevención (o desarrollo), tratamiento y recuperación de enfermedades.
En este sentido, el fitoterapeuta también brinda asesoramiento nutricional, guiando a los pacientes hacia hábitos alimenticios que favorezcan la salud y complementen el tratamiento fitoterapéutico.
A lo largo del tratamiento, el fitoterapeuta realiza un seguimiento constante de la evolución del paciente, ajustando las prescripciones según sea necesario. Por lo general, la medicina fisioterapéutica es complementaria, es decir, que puede acompañar a otros tratamientos.
En este sentido, el monitoreo también implica analizar los reportes médicos del paciente y ajustar la fitoterapia a los demás tratamientos que recibe el paciente, para evitar alteraciones o reacciones indeseadas con fármacos, por ejemplo.
Para destacar en la profesión de fitoterapeuta, se requiere un perfil profesional sólido que abarque tanto habilidades técnicas como cualidades personales.
En el ámbito de la formación académica, los fitoterapeutas suelen poseer formación académica en ciencias de la salud. Para ser parte de la Sociedad Española de Fitoterapia, por ejemplo, se requiere de un título universitario en alguna de las ramas de las Ciencias de la Salud o Ciencias Experimentales. Por ejemplo, un título de Medicina, Farmacia o Biología.
A su vez, se necesita una formación especial en fitoterapia, homeopatía y compuestos naturales. La comprensión profunda de las especies vegetales y sus efectos en el cuerpo humano es fundamental.
Dada la constante evolución en la investigación sobre plantas medicinales y aromáticas, un fitoterapeuta exitoso se mantiene al día con las últimas investigaciones y avances en el campo. Los cursos especializados son una excelente opción.
Además, requiere de habilidades de empatía y comunicación. El fitoterapeuta debe ser capaz de escuchar atentamente, comprender las preocupaciones del paciente y comunicar de manera clara y comprensible las recomendaciones terapéuticas.
Finalmente, dada la responsabilidad de trabajar con la salud de las personas, la ética profesional es un pilar fundamental. Un fitoterapeuta debe seguir las normativas relacionadas con los productos fisioterapéuticos y complementos naturales, pues estos deben ser aprobados por las autoridades sanitarias para garantizar la calidad y salud del paciente.
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