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La herbodietética, dentro del contexto de la fitoterapia, es una disciplina que combina el uso de hierbas medicinales y alimentos naturales para promover la salud y el bienestar. Esta práctica se basa en las propiedades nutritivas y medicinales probadas que los alimentos tienen para contribuir a la prevención y el tratamiento de diversas afecciones, así como de una mejora general del estado de salud y de hábitos alimenticios.
Así pues, aborda la alimentación desde una perspectiva holística, considerando no solo los aspectos nutricionales de los alimentos, sino también sus propiedades medicinales y su capacidad para influir en los sistemas del cuerpo de manera positiva. En cuanto al respaldo científico de la herbodietética, es importante destacar que muchas de las hierbas y alimentos utilizados en esta práctica han sido objeto de investigaciones científicas que respaldan sus propiedades beneficiosas para la salud.
Al vivir en un estilo de vida de sobremedicación y de consumo de una cantidad de alimentos procesados, nuestro cuerpo acabará experimentando el peso de estos hábitos más que cuestionables. Un punto positivo es que hoy día somos más conscientes de nuestra salud física y mental, y queremos evitar los peligros y efectos perniciosos de una nutrición y medicación incorrecta.
Entonces, la herbodietética se erige como una práctica esencial para las personas que quieren un estilo de vida saludable. Se fundamenta en la elaboración de productos dietéticos y de belleza de forma natural que tan demandados están en estos últimos tiempos.
Expresiones populares como “somos lo que comemos” o “pura vida” se han hecho eco en la sociedad y reflejan una mentalidad concreta de autocuidado. Cada vez más son las personas que se preocupan por su salud para cambiar sus malos hábitos alimenticios. Además, la herbodietética ayuda a combatir los excesos de colesterol, presión arterial alta, diabetes, cansancio, así como otras dolencias muy comunes.
La herbodietética destaca por las innumerables ventajas que le aporta al cuerpo humano. Por ello, algunas de las ventajas de la herbodietética que podemos mencionar son:
La herbodietética se basa en la elección cuidadosa de alimentos naturales y frescos. Esta selección se realiza de manera consciente, incorporando una amplia variedad de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y antioxidantes. Esto garantiza una dieta equilibrada que satisface las necesidades nutricionales individuales, independientemente de la edad, el género o el estilo de vida.
La herbodietética ha demostrado ser eficaz en la mejora de diversas patologías de salud. Los nutrientes presentes en los alimentos naturales pueden ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre, regular la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular en general. Además, una dieta rica en antioxidantes puede contribuir a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.
Los alimentos utilizados en la herbodietética a menudo tienen propiedades medicinales naturales. Hierbas, especias y alimentos ricos en compuestos bioactivos pueden tener efectos beneficiosos en la digestión, la circulación sanguínea y el equilibrio hormonal. Esto lleva a medio y largo plazo a una reducción significativa de dolencias fisiológicas como la indigestión, la inflamación y el malestar general.
No solo se centra en la alimentación, sino que también considera el poder terapéutico de ciertos alimentos, por lo que integrarlos en la dieta puede ayudar a mantener el cuerpo en equilibrio y a tratar afecciones leves de manera natural. Por ejemplo, muchas hierbas y alimentos específicos se han utilizado tradicionalmente en la medicina herbal para tratar diversas dolencias.
Una de las ventajas más notables de la herbodietética es que se basa en alimentos naturales sin aditivos químicos ni conservantes. Esto elimina la preocupación por los efectos negativos de los productos químicos presentes en los alimentos procesados. Optar por una dieta herbodietética brinda la tranquilidad de consumir alimentos puros y sin ingredientes artificiales.
Muchos alimentos herbodietéticos son ricos en compuestos antiinflamatorios, como los ácidos grasos omega-3 y los fitoquímicos presentes en frutas, verduras y hierbas. Estos ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo, beneficiándonos ante afecciones crónicas como la artritis y las enfermedades autoinmunes.
Se fomenta la inclusión de alimentos ricos en vitaminas y minerales esenciales para fortalecer el sistema inmunológico, que resultan vitales para combatir infecciones y enfermedades y que el cuerpo responda de manera efectiva a las amenazas biológicas externas.
Los nutrientes presentes en la herbodietética, como las vitaminas A, C y E, así como los antioxidantes, pueden contribuir a mantener la salud de la piel, pues previenen el daño celular causado por los agentes externos, como la radiación ultravioleta y la contaminación ambiental.
La herbodietética a menudo se basa en alimentos frescos y sin procesar, lo que naturalmente limita la ingesta de sal y sodio. Consumir menos cantidad de sal y sodio favorece la salud cardiovascular, el control de la presión arterial y la retención de líquidos.
Muchos alimentos herbodietéticos, como las verduras crucíferas, las alcachofas y las hierbas amargas, tienen propiedades que facilitan la función hepática. Así pues, ayudan a eliminar toxinas del cuerpo y a mantener la salud del hígado, que desempeña un papel crucial en la desintoxicación.
En herbodietética se emplean un amplio abanico de plantas con propiedades que pueden estar más o menos disponibles según la región. Sin embargo, debemos cerciorarnos de que la efectividad de la planta y sus efectos están validados científicamente, ya que no queremos caer en placebos engañosos. Así pues, te ilustramos con las plantas medicinales más empleadas en la herbodietética que cuentan con respaldo científico:
Cúrcuma (Curcuma longa): La cúrcuma es conocida por su compuesto activo, la curcumina, que posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Se utiliza para ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico. Además, se ha investigado su potencial en la prevención (que no curación) de enfermedades crónicas como la diabetes y ciertos tipos de cáncer.
Jengibre (Zingiber officinale): El jengibre está muy bien valorado en la herbodietética por sus propiedades digestivas y antieméticas, lo que significa que puede ayudar a aliviar las náuseas y mejorar la digestión. También tiene propiedades antiinflamatorias y puede ser beneficioso para reducir el dolor en casos de artritis.
Manzanilla (Matricaria chamomilla): La manzanilla es conocida por sus propiedades calmantes y relajantes. Sirve para aliviar problemas digestivos, como la indigestión y los espasmos intestinales. Además, se ha utilizado tradicionalmente como un remedio natural para mejorar la calidad del sueño y reducir la ansiedad.
Orégano (Origanum vulgare): El orégano es rico en compuestos antioxidantes y antimicrobianos. Se utiliza tanto en la cocina como en la herbodietética para ayudar a combatir las infecciones, mejorar la digestión y respaldar el sistema inmunológico.
Alcachofa (Cynara scolymus): La alcachofa se utiliza en la herbodietética por sus propiedades protectoras del hígado y digestivas. Contiene compuestos que estimulan la producción de bilis, lo que puede ayudar a mejorar la digestión de las grasas y apoyar la función hepática.
Aloe vera (Aloe barbadensis miller): El gel de aloe vera se utiliza tanto interna como externamente. Internamente, puede tener propiedades antiinflamatorias y ayudar en la digestión. Externamente, se utiliza para calmar quemaduras leves y promover la cicatrización de la piel.
Echinacea (Echinacea spp.): La equinácea es conocida por sus propiedades estimulantes del sistema inmunológico. Por tanto, se utiliza para prevenir y tratar los resfriados y las infecciones respiratorias, aunque su eficacia puede variar según la persona.
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Pablo Rafael Blanco
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