Curso de Tratamiento del Sobrepeso y la Obesidad (Titulación Universitaria + 8 Créditos ECTS)
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El cuerpo humano guarda muchos secretos. Y el tejido adiposo es uno de ellos. Aunque a menudo lo asociamos con la grasa, lo cierto es que su papel es mucho más complejo. Además de la reserva de energía y la regulación térmica, el tejido adiposo actúa como un órgano endocrino crucial, emitiendo señales bioquímicas que regulan una variedad de funciones metabólicas en el cuerpo.
A pesar de su aparente simplicidad, el tejido adiposo es altamente dinámico y adaptable. Estas mismas características lo convierten en un tema de estudio de gran relevancia en el campo de la fisiología humana. Por ello, en este artículo profundizamos en la ubicación y estructura de este tejido, y explicamos su estructura. ¡Sigue leyendo!
El tejido adiposo, también conocido como tejido graso, es uno de los diversos tipos de tejidos que conforman nuestro cuerpo. Pertenece al grupo de los tejidos conjuntivos, y está compuesto por células llamadas adipocitos, ¿Qué hacen estos adipocitos? Su función principal es almacenar energía en forma de triacilgliceroles. Estos pequeños almacenes de grasa se forman a partir de las moléculas derivadas de los alimentos que consumimos en exceso. Además, los adipocitos también tienen un papel en la regulación del metabolismo, lo que los convierte en parte del sistema endocrino.
¿Sabías que el tejido adiposo se distribuye por todo el cuerpo humano? Ahora bien, su cantidad no es fija, sino que varía según las características de cada individuo y factores genéticos como la edad, el sexo o el estado de salud. Las principales ubicaciones del tejido adiposo incluyen:
Como te contábamos antes, el tejido adiposo está compuesto principalmente por los adipocitos. Estas células contienen una gran gota de lípidos en su citoplasma, lo que les confiere un aspecto redondeado. Además de los adipocitos, el tejido adiposo también contiene una red de vasos sanguíneos, células inmunes, células del tejido conectivo y células precursoras adiposas, que pueden diferenciarse en adipocitos en respuesta a estímulos específicos.
En el caso específico de los adipocitos, estos también se pueden clasificar según su morfología:
El tejido adiposo forma parte de varios órganos y depósitos de grasa en el cuerpo. En primer lugar, está presente en la piel a través del tejido adiposo subcutáneo que actúa como una capa aislante. También se encuentra en el hígado y los riñones, que están rodeados del tejido adiposo visceral que se acumula en la cavidad abdominal. Mientras tanto, los intestinos pueden contener este tejido de forma intraabdominal, proporcionando un aislamiento adicional y protección.
Como todos los extremos, el exceso del tejido adiposo en el cuerpo humano es un riesgo para la salud de las personas. Concretamente, puede llevar a la obesidad y provocar enfermedades cardiovasculares, procesos inflamatorios crónicos y aumentar el riesgo de diabetes tipo 2. La buena noticia es que se puede eliminar grasa del tejido adiposo con cambios saludables y sostenibles en el estilo de vida. A continuación, te compartimos algunos consejos:
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