Postgrado en Logopedia Escolar en Casos de Daño Neurológico + Titulación Universitaria + 5 ECTS
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El dolor neuropático en las piernas es una condición debilitante que afecta a millones de personas en todo el mundo, se estima que lo sufre entre un 7 y un 10% de la población global. Este tipo de dolor surge como resultado de un daño o disfunción en el sistema nervioso periférico o central, y puede presentar desafíos únicos tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud.
Es un tipo de dolor que ocurre cuando los nervios que transportan señales entre la médula espinal y las diferentes partes de los miembros inferiores están dañados o son disfuncionales por diferentes causas. A diferencia del dolor nociceptivo, el dolor neuropático no tiene una causa evidente en el tejido que rodea los nervios. En este artículo, te explicaremos qué es el dolor neuropático, sus causas, síntomas, diagnóstico y opciones de tratamiento
Los síntomas que pueden aparecer son:
A estos síntomas dolorosos, se le añaden otros de tipo sensitivo como:
Este tipo de dolor puede ser constante o intermitente, y a menudo se describe como particularmente intenso y difícil de manejar, lo que llega a ser bastante invalidante para la persona que lo sufre.
Son múltiples las causas que pueden desencadenar dolor neuropático en las piernas. Dentro de las más comunes encontramos:
La diabetes es una de las causas más frecuentes de neuropatía que puede afectar hasta al 50% de los diabéticos. Los altos niveles de glucosa en sangre pueden dañar los nervios con el tiempo, especialmente en las piernas y los pies.
Un estrechamiento en los espacios de la columna vertebral puede provocar una irritación del nervio que acabe por compresión en una neuropatía. Entre las causas que pueden provocar estenosis encontramos artrosis (“picos de loro”), hernia discal, fracturas, tumores o desviaciones estructurales de la columna como escoliosis.
El herpes zóster pueden causar dolor neuropático que puede persistir incluso después de que la erupción haya desaparecido. Otros virus causantes pueden ser el de Epstein-Barr, citomegalovirus, el virus del Nilo Occidental e incluso el VIH.
Lesiones y traumatismos en la médula espinal o los nervios periféricos debido a accidentes, cirugías, o fracturas pueden llevar al desarrollo de dolor neuropático.
Existen diversas enfermedades donde el sistema autoinmune ataca los propios nervios del organismo causando dolor neuropático. Algunos ejemplos son el lupus, la artritis reumatoide y el síndrome de Sjögren.
La exposición a ciertos productos químicos industriales (plomo, mercurio, arsénico, insecticidas, disolventes…) y toxinas puede dañar los nervios. Esto incluye algunos medicamentos utilizados en quimioterapia y también el consumo excesivo de alcohol.
En cuanto al diagnóstico del dolor neuropático en las piernas, este debe ser exhaustivo, ya que puede ser complejo por la variedad de síntomas, causas y la percepción subjetiva del dolor.
Se debe recopilar toda la información sobre los síntomas, duración y factores. También hay que tener en cuenta el historial previo de enfermedades y lesiones, así como el tipo de trabajo y hábitos de vida. El examen físico debe ser detallado en cuanto a identificar zonas de dolor, trastornos sensoriales y debilidad muscular.
En cuanto a las pruebas diagnósticas recomendables que pueden ayudar, encontramos pruebas de imagen como resonancia magnética, radiografías o TAC para determinar problemas estructurales como artrosis o hernias discales. Por otra parte, la electromiografía proporciona datos sobre la función nerviosa y muscular ayudando a localizar y cuantificar el daño nervioso. Para terminar, en análisis de sangre se puede identificar alteraciones subyacentes como diabetes, déficit vitamínico o infecciones.
El tratamiento resulta complejo y a menudo requiere un enfoque multidisciplinar. Las opciones de tratamiento son variadas y se deben tener todas en cuenta para conseguir el mayor alivio y pronóstico posible para el paciente.
Desde el punto de vista farmacológico se podrán usar varios tipos de medicamentos como pueden ser antidepresivos (inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina y antidepresivos tricíclicos), anticonvulsivos (la gabapentina y pregabalina se usan a menudo para tratar el dolor neuropático) y analgésicos y opioides (en casos severos se prescriben opioides como tramadol, fentanilo, morfina… con la precaución por su potencial efecto adictivo). Los parches de lidocaína o térmicos para el dolor y algunas cremas de capsaicina pueden proporcionar alivio localizado.
A nivel de intervención médica se puede considerar realizar bloqueos nerviosos, epidurales transforaminales, simpatectomías, bloqueos por radiofrecuencia, infiltraciones y los implantes de dispositivos de estimulación de la médula espinal.
En cuanto al tratamiento de fisioterapia, este debe ir encaminado en dos vertientes, por un lado, mantener y mejorar la funcionalidad y, por otro lado, el alivio del dolor. Para el primer caso serán de utilidad terapias manuales, ejercicios neurodinámicos autodirigidos, ejercicios específicos de movilidad, flexibilidad y fortalecimiento, junto con otros más globales de funcionalidad. En este punto podemos recomendar la realización de actividades como yoga, pilates o acuagym para mantener un estilo de vida saludable y activo y así adquirir beneficios tanto físicos como psicológicos. En cuanto al alivio del dolor, el uso de masajes puede ser buena alternativa junto con técnicas de estimulación eléctrica que incluyen TENS (estimulación eléctrica nerviosa transcutánea), neuromodulación y TDCS (estimulación transcraneal por corriente directa).
Como tratamientos complementarios se puede optar por acupuntura, técnicas de relajación y no olvidar, que puede ser necesario, en muchos casos debido al impacto psicológico y emocional, la ayuda profesional psicológica.
El dolor neuropático en las piernas es una condición compleja e invalidante que puede afectar profundamente la calidad de vida. Sin embargo, con un diagnóstico preciso y un enfoque de tratamiento integral, muchos pacientes pueden encontrar alivio y mejorar su funcionalidad. Es importante trabajar de cerca con profesionales de la salud de forma multidisciplinar para desarrollar un plan de tratamiento personalizado y efectivo.
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