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Día a día los seres humanos experimentamos diversas dolencias, impedimentos físicos y todo tipo de problemas. Entre los más comunes y están el dolor cervical y lumbar, los cuales un buen porcentaje de la población mundial padecen.
Ahora bien, es importante mencionar que este tipo de problemas, al ser bastante comunes, suelen ser fáciles de tratar. Sin embargo, para hacerlo de manera eficiente es crucial a la mano información sobre ellos. Por tal razón, en este artículo te daremos detalles sobre ambos, así podrás tomar medidas para tratarlos.
El dolor cervical y lumbar se refiere a la sensación de malestar o dolor experimentado en la región del cuello y la parte baja de la espalda, respectivamente. Estas son dos áreas comunes del cuerpo que pueden verse afectadas por diversas condiciones y lesiones.
El dolor cervical dorsal ocurre en la parte posterior y lateral del cuello. Puede ser causado por una variedad de factores, como la tensión muscular debido a una mala postura, el estrés, lesiones en los músculos o ligamentos del cuello, hernias de disco, artritis, espolones óseos o compresión de los nervios.
El dolor cervical a menudo se caracteriza por rigidez, sensibilidad, limitación del movimiento y, en algunos casos, dolor que se irradia hacia los hombros, los brazos e incluso las manos.
El dolor lumbar, también conocido como dolor de espalda baja, se localiza en la parte inferior de esta, por debajo de las costillas y por encima de las caderas.
Es una queja muy común y puede ser causada por diferentes factores, como el levantamiento de objetos pesados, la mala postura, el sobreesfuerzo físico, la hernia de disco, la degeneración de las articulaciones, la estenosis espinal, los espasmos musculares o los problemas de los órganos internos.
Puede variar en intensidad y puede presentarse como un dolor agudo y repentino, o como un dolor crónico y persistente. También puede irradiarse hacia las nalgas, las piernas e incluso los pies, lo que se conoce como ciática.
Afortunadamente, existen varios tratamientos efectivos disponibles para aliviar el dolor cervical y lumbar y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Aunque algunos son más complicados que otros, se han comprobado que son muy efectivos:
Son el primer enfoque en el manejo del dolor relacionado con el área cervical y lumbar. Estos tratamientos no invasivos son generalmente seguros y pueden proporcionar alivio a muchos pacientes. Entre sus opciones tenemos:
Los medicamentos analgésicos, como los antiinflamatorios no esteroides (AINE), pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor. Los AINE, como el ibuprofeno o el naproxeno, pueden ser efectivos para el alivio temporal del malestar.
La fisioterapia desempeña un papel crucial en el tratamiento. Los fisioterapeutas pueden diseñar programas de ejercicios personalizados para fortalecer los músculos de la espalda, mejorar la postura y aliviar la tensión en el cuello y la columna vertebral.
Consiste en estirar suavemente la columna vertebral para reducir la presión sobre los discos intervertebrales y los nervios.
Los quiroprácticos utilizan técnicas manuales para ajustar la columna vertebral y aliviar el dolor. La manipulación quiropráctica puede ser eficaz, especialmente cuando está relacionado con problemas de la columna vertebral.
Cuando los tratamientos conservadores no proporcionan alivio suficiente, se pueden considerar tratamientos intervencionistas. Estos tratamientos más invasivos están diseñados para abordar el dolor de manera más directa:
Las inyecciones de esteroides pueden ser utilizadas para reducir la inflamación y aliviar el dolor en áreas específicas, como las articulaciones facetarias o los discos intervertebrales. Estas inyecciones pueden proporcionar alivio a corto plazo y ayudar a los pacientes a participar en programas de terapia física.
Implican la inyección de un anestésico local cerca de los nervios afectados para bloquear la transmisión del dolor. Pueden ser útiles para diagnosticar la fuente exacta del problema o para proporcionar alivio a largo plazo.
La radiofrecuencia pulsada es un procedimiento en el que se utiliza una corriente de radiofrecuencia para interrumpir las señales de dolor que se transmiten a través de los nervios. Esta técnica puede proporcionar descanso a largo plazo.
En casos graves y crónicos, la cirugía puede ser una opción a considerar. Algunos procedimientos quirúrgicos comunes incluyen:
La discectomía es una cirugía en la que se retira parte o la totalidad de un disco herniado que está presionando los nervios espinales y causando dolor. Este procedimiento puede aliviar el dolor lumbar y mejorar la movilidad.
La fusión espinal es un procedimiento en el que se unen dos o más vértebras para estabilizar la columna vertebral y reducir el dolor. Es comúnmente utilizado para tratar la degeneración de los discos o la espondilolistesis.
En casos selectos, el reemplazo de disco puede ser una opción quirúrgica para aliviar el dolor cervical o lumbar. Durante este procedimiento, el disco dañado se reemplaza con un implante artificial, lo que puede ayudar a restaurar la función y reducir el dolor.
Para evitar este tipo de problemas hay muchas cosas que podemos hacer. Entre las recomendaciones más activas de los médicos y especialistas en esta área tenemos las siguientes:
Mejora tu postura
Realiza ejercicios de fortalecimiento y estiramiento
Controla tu peso
Evita el levantamiento de objetos pesados
Utiliza técnicas de relajación y manejo del estrés
Aplica calor o frío
Duerme en una posición adecuada
Recuerda que es importante consultar a un médico o especialista para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado para tu caso específico. Cada persona es diferente y puede requerir un enfoque de tratamiento individualizado.
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