Análisis UX: qué tener en cuenta

Un análisis de UX consiste en analizar la experiencia del usuario en un sitio web o aplicación, desde la perspectiva de cómo interactúan, perciben y se relacionan con la interfaz y el contenido. Se trata de entender las emociones, expectativas y dificultades que experimentan los usuarios mientras navegan por la plataforma.

Al comprender las motivaciones y frustraciones de los usuarios, extraemos conclusiones de valor que nos permiten tomar decisiones con el objetivo de ajustar y optimizar el diseño, la navegación y la funcionalidad del sitio. En el siguiente artículo te damos algunos consejos para poder llevar a cabo un análisis UX integral de un sitio web, software o app móvil.

Estudiar a nuestro usuario objetivo

Conocer las características de los usuarios es esencial para la creación de buyer personas y segmentación de audiencia. Este proceso implica recopilar datos demográficos y psicográficos para construir perfiles de usuario detallados. Mediante encuestas, entrevistas y análisis de datos, podemos comprender mejor las motivaciones y expectativas de los usuarios, proporcionando una base para tomar decisiones sobre posibles cambios en la interfaz centrados en los usuarios.

Este análisis, básicos en cualquier estudio de mercado y plan de marketing de cualquier empresa, adquiere un enfoque particular en un análisis UX. Es interesante estudiar si estos buyer personas también pueden segmentarse correlativamente por comportarse de forma diferente a la hora de utilizar el software y navegar por la interfaz.

Medir el comportamiento del usuario

Las herramientas como Google Analytics nos brindan datos detallados sobre la interacción del usuario, las páginas más visitadas y los puntos de fuga. Esta información es muy valiosa a la hora de tomar decisiones de diseño y contenido para optimizar la experiencia del usuario y detectar áreas de mejora y fallos lógicos en el diseño. Además, la implementación de eventos y conversiones personalizadas mediante Analytics y Tag Manager nos permite medir acciones específicas, proporcionando una visión detallada de los embudos de conversión y de la efectividad de nuevas incorporaciones en el diseño.

Por ejemplo, al utilizar una herramienta como Hotjar podemos obtener mapas de calor que revelan las áreas más y menos visitadas en una página. Si detectamos que hay zonas críticas que los usuarios ignoran, podríamos deducir que hay un problema de diseño o contenido. Por ejemplo, si un botón importante no recibe clics, podríamos plantear cambiar su ubicación o diseño para aumentar su visibilidad.

Análisis técnico

En cuanto al análisis técnico del rendimiento, la velocidad y eficiencia del sitio web son fundamentales, aunque suelan pasarse por alto. Utilizar herramientas como Pagespeed Insights nos permite evaluar la velocidad de carga, un aspecto indispensable de optimizar tanto para la usabilidad del sitio web como factor de SEO. Algunas prácticas clave que se han de llevar a cabo constantemente para una buena velocidad de carga es el lazy loading, almacenamiento en caché y utilizar formatos de imágenes más ligeros como webp.

Aplicar principios de heurística

La validación heurística consiste en comprobar si se cumplen estos principios en todos nuestros diseños de interfaz, por lo que es esencial para garantizar que el diseño web cumpla con principios convencionales. Los principales principios heurísticos aplicables a la usabilidad son:

• Límites cognitivos: La interfaz no debe sobrecargar al usuario de esfuerzo cognitivo con un exceso de estímulos visuales y auditivos.
• Claridad lingüística: Los mensajes de una interfaz deben tener una intencionalidad clara.
• Integridad estética: La interfaz debe resultar atractiva al usuario que se ajusta a los estándares estéticos.
• Predictabilidad: Los usuarios deben ser capaces de predecir con precisión que va a pasar después de realizar cualquier acción en la interfaz.
• Interpretación: La interfaz debe mostrar que entiende las intenciones detrás de las acciones del usuario.
• Flexibilidad: Es recomendable que la interfaz ofrezca opciones de personalización para el usuario.
• Convención social: La interfaz encaja en los estándares lógicos del usuario, lo que ya conoce.
• Opción de retroceder: El software permitirá revertir acciones que el usuario haya hecho y darle una oportunidad antes de realizar una acción irreversible.
• Asistencia: La interfaz ha de mostrarse solícita y auxiliar ante el usuario, especialmente en procesos de decisión más complejos.
• Tiempo de carga: La interfaz cargará en un margen de tiempo aceptable para los usuarios.
• Informatividad: La interfaz ha de ser lo suficientemente informativa para comunicar a los usuarios los resultados de sus acciones y hacerlos visibles gráficamente.

Benchmarking y tendencias de diseño

Si queremos mejorar una interfaz, vale la pena analizar la competencia y referentes del mercado para comprobar cómo han decidido ellos estructurar la interfaz y planificar su diseño y flujo de usuarios. A su vez, esto nos permite identificar tendencias de diseño exitosas y estrategias efectivas más actuales que nos pueden ayudar a modificar el diseño de la interfaz para darle un toque más innovador y refrescante de cara al usuario. Una estética atractiva no enamora del todo, pero engancha y provoca una primera impresión muy positiva.

Análisis de userflow

Con esto se busca simplificar y mejorar la navegación del usuario a través del sitio. La optimización del userflow implica identificar y eliminar posibles obstáculos en la ruta que sigue el usuario en un sitio web o app hacia la conversión que nosotros deseamos.

Para ello se estudia el comportamiento del usuario y se hacen test A/B. De esta forma, sabremos cómo podremos perfeccionar la secuencia de acciones que ha de seguir un usuario para cumplir un objetivo. Un userflow optimizado mejora la experiencia de usuario haciéndolo sentir más satisfecho, lo que a su vez impulsa la tasa de conversión.

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