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Aparcar en una gran ciudad o en un sitio turístico en vacaciones puede ser una auténtica aventura. Sin embargo, desde hace mucho tiempo existe el estacionamiento público, además de los parkings privados. ¿En qué consisten? ¡Vamos a analizarlo profundamente!
Y es que un estacionamiento público también encierra cuestiones como las obligaciones que tiene el propietario del establecimiento o las que tiene el propietario de un coche. Por otro lado, ¿qué pasa si alguien abandona su coche en un estacionamiento público? ¡Responderemos a esta pregunta a lo largo del texto!
Un estacionamiento público consiste en un espacio libre, que se destina al aparcamiento de vehículos. Y bien, este tipo de estacionamiento es totalmente accesible para la gente, siempre y cuando cumplan con las condiciones establecidas por el operador.
Aunque se trate de estacionamientos públicos, la gestión puede darse tanto por parte de entidades privadas como por parte de las Administraciones públicas. Por ello, en muchos de estos espacios se debe abonar un importe por aparcar tu vehículo, normalmente dependiendo del periodo de tiempo que permanezcas en el lugar.
Aun así, hay algunos estacionamientos públicos gratis o que te permiten obtener bonos mensuales que abaratan esta estancia.
¿Y cuál es la finalidad de un estacionamiento público? Satisfacer la demanda de plazas de aparcamiento en áreas urbanas, comerciales o de alta afluencia. Por ejemplo, estos aparcamientos en lugares de costa son imprescindibles en verano.
Actualmente, podemos ver estas nomenclaturas diariamente en nuestro camino al trabajo o al gimnasio, ¿pero en qué se diferencian? Por un lado, el estacionamiento público, como bien sabemos, están abiertos a cualquier persona que cumpla con los términos de uso y pago.
Sin embargo, los parkings privados están restringidos a un grupo determinado de personas. Por ejemplo, los empleados de una empresa pueden contar con su propio parking privado para no tener que perder tiempo buscando uno al llegar.
Otra de las diferencias radica en que el estacionamiento público se rige por un sistema de estacionamiento rotatorio, en el que la gente va saliendo y entrando. Por otro lado, los parkings privados ofrecen plazas asignadas a sus propietarios.
La actividad mercantil de uno y otro aparcamiento también es distinta: Los estacionamientos públicos se rigen por la ley de la oferta y la demanda, mientras que en los parkings privados se suelen cerrar acuerdos a largo plazo.
Los aparcamientos públicos están regulados por una serie de normativas. Una de ellas es la Ley de Ordenación del Transporte Terrestre, que cuenta con sus disposiciones relacionadas con la movilidad y el uso del espacio público. Por otro lado, también existen ordenanzas municipales en cada localidad.
¿Y qué regulan este tipo de normativas de estacionamientos públicos? Vamos a analizarlo punto por punto:
A continuación, vamos a repasar cuáles son las obligaciones para los propietarios de los coches. Ellos tendrán que cumplirlas para no ser sancionados:
Por otro lado, aparcar fuera de las zonas permitidas o en espacios reservados para personas con movilidad reducida sin ningún tipo de autorización puede conllevar graves sanciones.
Como es lógico, el conductor tiene que cumplir con los límites de la velocidad dentro del recinto, ya que puede transitar gente en cualquier momento. Por último, debe asegurar su coche, cerrándolo bien para prevenir robos o daños.
En un estacionamiento público, los propietarios del espacio también cuentan con una serie de obligaciones y responsabilidades. Gestionar este tipo de instalaciones no es algo sencillo, ya que cuentas con vehículos llegando y saliendo constantemente.
Vamos a ver esas obligaciones para los propietarios:
Imagínate por un momento que eres el propietario de un estacionamiento público. Un día ves un coche, al día siguiente lo vuelves y así hasta varias semanas. La deuda de dicho vehículo se acumula y acumula, pero nadie acude a por él. ¿Qué harías?
En estos casos, el propietario de un aparcamiento público puede solicitar que una grúa se lleve dicho vehículo al depósito municipal. En dicho momento, se pondría en marcha un procedimiento sancionador para el dueño del vehículo, de manera que pague su deuda al parking.
Por otro lado, si tampoco es reclamado en el depósito municipal, se subastaría o destruiría el vehículo. Así terminaría, aunque se generarían unas importantes responsabilidades legales para el propietario del vehículo.
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