Lesiones de tobillo más comunes
El tobillo es una articulación compleja que conecta la pierna con el pie, permitiendo una amplia gama de movimientos, como la flexión, la extensión, la pronación y la supinación. Está compuesto por tres huesos principales: la tibia, el peroné y el astrágalo. La tibia y el peroné forman la parte superior del tobillo, mientras que el astrágalo es el hueso del pie que se articula con la tibia y el peroné. Estos huesos están unidos por ligamentos fuertes que proporcionan estabilidad y soporte al tobillo.
La importancia del tobillo para la actividad humana del día a día es fundamental, ya que lo utilizamos para caminar, correr, saltar, subir escaleras y realizar una variedad de actividades físicas. Sin embargo, a pesar de su importancia funcional, el tobillo es una articulación que tiende a lesionarse con relativa frecuencia. Esto se debe a varios factores, incluida su ubicación en la parte inferior de la pierna, donde está expuesto a fuerzas externas y traumas. En este artículo te explicamos las principales lesiones de tobillo y te damos consejos para tratarlas.
Esguince de tobillo
Esta lesión ocurre cuando los ligamentos que sostienen el tobillo se estiran o desgarran, generalmente debido a un giro brusco e involuntario o una fuerza excesiva aplicada al pie. Los síntomas incluyen dolor, hinchazón y dificultad para mover el tobillo. La gravedad del esguince puede variar desde leve hasta grave, dependiendo del grado de daño que se observe en los ligamentos. El tiempo de recuperación también varía, con esguinces leves que pueden curarse en unas pocas semanas con reposo, hielo, compresión y elevación (RICE), mientras que los esguinces más graves pueden requieren semanas o incluso meses de rehabilitación.
Síndrome del túnel tarsiano
El síndrome del túnel tarsiano, o túnel del tarso, se refiere a la compresión del nervio tibial posterior a medida que atraviesa el túnel tarsiano en el interior del tobillo. Esta compresión provoca dolor, entumecimiento y debilidad en el pie y el tobillo. Este síndrome se deriva de lesiones, deformidades óseas o inflamación de los tejidos circundantes. Los médicos suelen prescribir un tiempo prudente de reposo, analgésicos, fisioterapia o en casos más graves, cirugía para aliviar la presión sobre el nervio.
Fractura de tobillo
La fractura de tobillo, como en cualquier otro hueso, ocurre cuando uno o más huesos en el tobillo se rompen como resultado de una caída, un golpe muy fuerte o un trauma significativo. Los síntomas son muy evidentes: dolor intenso, hinchazón, hematomas y dificultad para mover el tobillo. El tiempo de curación depende de la gravedad de la fractura y del tipo de tratamiento necesario, que puede incluir inmovilización con yeso, cirugía para fijar los huesos con placas y tornillos, y rehabilitación posterior para restaurar la fuerza y la movilidad.
Tendinitis aquilea
La tendinitis aquilea es la inflamación del tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Se debe de calzado inadecuado, el sobrepeso o el deterioro debido al envejecimiento. Los síntomas incluyen dolor en el talón y la parte posterior del tobillo, rigidez y sensibilidad. El tratamiento consiste en descanso, aplicarse hielo en la zona, antiinflamatorios, fisioterapia y cambiar de calzado. En casos graves, se puede prescribir cirugía para reparar el tendón dañado.
Consejos y remedios para una lesión de tobillo
Si bien las lesiones de tobillo siempre se deben consultar al médico, te recomendamos algunas medidas sencillas que puedes tomar para aliviar el dolor de una lesión de tobillo y evitar que vuelva a repetirse:
Reposa y protege el tobillo: Es importante permitir que el tobillo lesionado descanse y se recupere adecuadamente. Evita actividades que puedan aumentar el dolor o el riesgo de daño adicional. Puedes usar un vendaje elástico o una tobillera para proporcionar apoyo adicional durante la recuperación.
Aplica de hielo: Coloca una bolsa con hielo en el tobillo lesionado durante 15-20 minutos cada 2-3 horas durante los primeros días después de la lesión para reducir la hinchazón y aliviar el dolor.
Comprime la zona: Usa una venda elástica para aplicar compresión alrededor del tobillo. Esto puede ayudar a reducir la hinchazón y proporcionar estabilidad adicional durante la recuperación.
Elevación: Eleva el tobillo lesionado por encima del nivel del corazón siempre que sea posible, especialmente durante el reposo, para ayudar a reducir la hinchazón y mejorar el flujo sanguíneo hacia el área lesionada.
Fisioterapia: Una vez que el dolor y la hinchazón hayan disminuido, haz algunos ejercicios de fisioterapia para fortalecer los músculos y ligamentos alrededor del tobillo. Es recomendable acudir a un fisioterapeuta para diseñar un programa de ejercicios específico para la lesión y ayudarte a recuperar la movilidad y la fuerza en el tobillo.
Calzado adecuado: Usa zapatos ergonómicos y estables para el tobillo, especialmente durante la actividad física. Evita usar zapatos con tacones altos o suelas resbaladizas que aumenten el riesgo de una nueva lesión.
Mantén un peso saludable: El sobrepeso viene acompañado de una mayor presión sobre las articulaciones, incluido el tobillo, lo que hace a la persona más propensa al riesgo de lesiones.
Calentamiento y estiramiento: Antes de realizar actividad física, asegúrate de calentar adecuadamente los músculos y realizar ejercicios de estiramiento para preparar el cuerpo y reducir el riesgo de lesiones.
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