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La administración de medicamentos es una parte fundamental en el cuidado de la salud. Sin embargo, aunque parece una tarea sencilla, requiere precisión, conocimiento y atención para garantizar su eficacia y seguridad.
Errores en la administración pueden tener consecuencias graves para la salud del paciente. Por ello, es crucial comprender los diferentes métodos de administración, los pasos correctos a seguir, y cómo calcular correctamente las dosis.
Este artículo te proporcionará una guía completa sobre la administración de medicamentos, ofreciendo información clara y accesible para cualquier persona interesada en conocer cuál es el protocolo de medicación más acertado.
Los medicamentos pueden administrarse de diversas maneras, dependiendo del tipo de fármaco, la condición del paciente y el efecto deseado. Aquí se presentan las formas más comunes:
Vía oral: La vía oral es la más utilizada. Los medicamentos se ingieren y son absorbidos por el tracto gastrointestinal. Ejemplos incluyen tabletas, cápsulas y líquidos.
Vía intravenosa: La vía intravenosa (IV) consiste en administrar el medicamento directamente en el torrente sanguíneo. Es rápida y eficiente, utilizada principalmente en hospitales.
Vía intramuscular: La técnica de inyección intramuscular se realiza en el músculo, permitiendo la liberación lenta y sostenida del medicamento. Es común para vacunas y algunos antibióticos.
Vía subcutánea: La administración subcutánea implica inyectar el medicamento bajo la piel. Se usa frecuentemente para insulina y otros tratamientos que requieren absorción lenta.
Vía transdérmica: Los parches transdérmicos permiten la absorción del medicamento a través de la piel, proporcionando una liberación continua. Ejemplos incluyen parches de nicotina y ciertos analgésicos.
Vía inhalatoria: Los medicamentos inhalados son absorbidos a través de los pulmones. Son esenciales en el tratamiento de enfermedades respiratorias como el asma.
Vía rectal y vaginal: Estas vías se utilizan cuando la administración oral no es posible o adecuada. Los supositorios y óvulos son ejemplos comunes.
Para garantizar la seguridad y eficacia de la administración de medicamentos, es esencial seguir estos pasos:
Verificación de la prescripción: Antes de administrar cualquier medicamento, verifica que la prescripción médica esté completa y correcta. Incluye el nombre del paciente, el medicamento, la dosis, la frecuencia y la vía de administración.
Identificación del paciente: Asegúrate de identificar al paciente correctamente para evitar errores de administración. Utiliza dos identificadores, como el nombre completo y la fecha de nacimiento.
Preparación del medicamento: Realiza la preparación y dosificación el medicamento en un entorno limpio y seguro. Verifica la fecha de caducidad y la integridad del envase.
Administración segura: Administra el medicamento según las instrucciones y la vía prescrita. Observa al paciente para detectar cualquier reacción adversa inmediata.
Registro: Registra la administración del medicamento en la historia clínica del paciente, incluyendo la hora y cualquier observación relevante.
Varios factores pueden influir en el proceso de administración de un medicamento y deben ser considerados para garantizar la seguridad del paciente.
Edad y peso del paciente: La edad y el peso son cruciales para determinar la dosis correcta. Los niños y los ancianos pueden necesitar ajustes en la dosis.
Estado de salud: El estado de salud general del paciente, incluyendo enfermedades crónicas y condiciones agudas, puede afectar cómo se administra y metaboliza un medicamento.
Interacciones medicamentosas: Es vital considerar otras medicaciones que el paciente esté tomando para evitar interacciones adversas.
Alergias: Siempre verifica las alergias del paciente antes de administrar cualquier medicamento.
Función renal y hepática: La función renal y hepática puede afectar la eliminación del medicamento del cuerpo, requiriendo ajustes en la dosificación
El cálculo correcto de la dosis es esencial para evitar sobredosis o subdosis. Aquí te presentamos una guía básica para realizar estos cálculos.
La fórmula general para el cálculo de dosis es:
Dosis a administrar =
Supongamos que un médico prescribe 500 mg de un medicamento, y tenemos un vial que contiene 250 mg/ml. El cálculo sería:
Dosis a administrar =
Para los niños, la dosis se suele calcular en base al peso corporal:
Dosis = Dosis por kg × Peso del Niño
Si la dosis es 10 mg/kg y el niño pesa 20 kg:
Dosis = 10 mg/kg × 20 kg=200 mg
La administración correcta de medicamentos es una responsabilidad crítica que requiere conocimiento, precisión y atención.
Comprender las diversas formas de administración, seguir los pasos correctos, considerar factores específicos del paciente y calcular las dosis con precisión son esenciales para garantizar la seguridad y la eficacia de un tratamiento bajo supervisión médica.
Con esta guía, esperamos haber proporcionado una comprensión clara y útil del manejo terapéutico de este importante aspecto del cuidado de la salud.
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