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Cada 23 de marzo se celebra el Día Mundial del Aprendizaje, una efeméride que invita a formentar la educación y repensar las estrategias que favorecen su promoción. Este día sirve, así, para visibilizar nuevas metodologías y tendencias, así como valorar el rol transformador de la enseñanza en todos los entornos, sobre todo, en aquellos más dinámicos, diversos y plurales. Este día, entonces, centra su atención en apostar por el fortalecimiento de la creatividad, la colaboración y la adaptabilidad en un mundo en constante cambio. En lo que sigue, te contamos más al respecto.
Este día está dedicado a destacar la importancia del aprendizaje para el desarrollo integral de las personas desde la infancia hasta la adultez (véase el aprendizaje permanente o lifelong learning). Como iniciativa internacional, busca sensibilizar y concienciar sobre la importancia de la formación y la educación en el desarrollo individual y colectivo, aspecto que se erige como base del bienestar social. En ese sentido, se pretende fomentar la cultura del aprendizaje: acercarse al conocimiento, explorar la creatividad y adquirir nuevas competencias más allá de la educación formal.
El origen de este día se encuentra en la promoción de la educación como valor y derecho fundamental. De hecho, se presenta como una herramienta poderosa para el cambio social, el empoderamiento de las personas y el crecimiento económico desde un punto de vista sostenible. De ahí que diversos organismos internacionales, como la Unesco, se aboquen a la promoción de la educación para el desarrollo, más aún en el contexto de las metas de la ODS. El aprendizaje, así, se sitúa como punto clave en la digitalización, la innovación y la globalización.
El Día Mundial del Aprendizaje incide en la importancia de todas las experiencias que contribuyen al desarrollo personal, profesional y social: enfoca el aprendizaje desde la perspectiva del enriquecimiento no solo intelectual, sino también relacional, porque los individuos son en sociedad. Al celebrar este día, se fomenta la creación de entornos de aprendizaje accesibles para todos, adaptados, inclusivos, positivos, tolerantes y equitativos. El resultado esperado es una sociedad más justa, en la que cada individuo pueda crecer y contribuir mediante. Así, este día se alinea con el compromiso global con el fomento de la habilidad de aprender a aprender (learnability), la educación y el desarrollo humano.
Cada 23 de marzo es una oportunidad para recordar todos estos aspectos.
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¿Por qué es importante el aprendizaje a lo largo de la vida? Aquí te dejamos las principales razones que lo explican:
El desarrollo integral viene de la mano del aprendizaje, que va más allá de adquisición de conocimientos teórico-prácticos; tiene que ver también con el desarrollo emocional y social, aspectos ineludibles para una vida plena. Precisamente, a través de la educación, las personas aprenden a resolver problemas, plantear soluciones ante situaciones de diversa complejidad, desarrollar el pensamiento crítico y relacionarse con los demás atendiendo a valores, normas y convenciones sociales. Así, se aprende a discernir entre lo correcto y lo inadecuado, lo que contribuye con el bienestar social, donde el individuo es la base de la colectividad.
Pero si hay un gran beneficio del aprendizaje es el acceso a más y mejores oportunidades. De hecho, se reconoce a la educación como un factor de cambio en lo que concierne al ascenso social y la obtención de empleos mejor remunerados. Esto, desde luego, se traduce en una mejor calidad de vida, pero también en un motor de desarrollo que impacta en la sociedad: incrementa el PIB, promueve una sociedad más democrática, reduce las desigualdades, acorta las brechas sociales, entre otros. En un mundo globalizado, el aprendizaje se convierte en la base para cumplir con las demandas del mercado laboral y aportar en la innovación.
Mencionado en el punto anterior, el aprendizaje está directamente relacionado con el aumento de ingresos. La cualificación de las personas, sea cual fuere su nivel, las hace idóneas para determinadas tareas, lo que ofrece perspectivas de salarios más altos y mayor estabilidad económica a mediano y largo plazo. De este modo, una sociedad que posee profesionales especializados es capaz de cubrir la demanda de empleos y, en un nivel superior, crear nuevas oportunidades de trabajo. La productividad, en este sentido, aumenta y por extensión también los salarios.
La fuerza, cohesión y rumbo de las sociedades se mide en función de la transmisión de sus valores. ¿Cuál es su ética o, dicho de otro modo, cómo es que entiende las relaciones entre individuos? Aquí son importantes conceptos como la empatía, el respeto, la solidaridad, la colaboración y la convivencia, que son los que guían el bien común. Las instituciones de educación, así como los organismos estatales, tienen el deber de promover el reconocimiento y valoración de la diversidad, así como trabajar constantemente para enfrentar conflictos de diverso tipo. El aprendizaje, entonces, es una fuente de valores y, desde luego, de cohesión social.
Siguiendo lo que hasta aquí venimos diciendo, el aprendizaje es un motor de cambio, por lo que promueve la inclusión social, la tolerancia y la reducción de brechas sociales. La educación, así, se convierte en un medio para el desarrollo en igualdad de condiciones: los estudiantes, al sentirse integrados y valorados, aprenden valores importantes como el respeto, la justicia y la solidaridad. De hecho, las sociedades democráticas se caracterizan por promover contextos positivos para que todos sus ciudadanos, con independencia de sus orígenes o nivel socioeconómico, se desarrollen.
Como es de esperar, el aprendizaje es el motor de la innovación. No obstante, esto va más allá de aprender aspectos básicos: se busca que, con base en ellos, se logre profundizar en aspectos incluso más complejos. Así, se evoluciona de la mera transmisión de conocimientos hacia la creación de conocimiento, la proposición de nuevas metodologías y el desarrollo de nuevos procedimientos para mejores resultados en todos los campos. De hecho, la innovación es un requisito en todos los sistemas educativos, con alcance en la educación superior, porque de ella provienen las soluciones a los desafíos de nuestro tiempo, como el cambio climático y las crisis económicas.
Para terminar, es importante mencionar que, todo lo anterior, contribuye con el aprendizaje social. Esto quiere decir: el bienestar del individuo impacta directamente en el bienestar de los demás integrantes de la sociedad, lo que crea una red común de colaboración, sentido de comunidad, diálogo y construcción conjunta de saberes. Así, la confluencia de aprendizajes, así como la capacidad de reconocerse en los otros, fortalece el entorno y las relaciones positivas.
Estas son las iniciativas más relevantes en las que incide el Día Mundial del Aprendizaje:
El panorama actual de la educación y, en consecuencia, el aprendizaje no puede entenderse sin las herramientas digitales, cada vez más presentes en las escuelas y los centros de formación superior. Pero ¿todos y todas saben utilizarlas de manera eficiente y efectiva para la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades? Si bien muchos sistemas educativos han comenzado a implementar lo que actualmente se conoce como tecnología educativa, aún hay brechas que solventar, como el acceso a internet, la disponibilidad de dispositivos electrónicos y la formación en el uso de estos recursos. Así, es imprescindible dotar a los aprendices –niños, jóvenes y adultos– de habilidades digitales que les sirvan para ingresar de lleno a la era digital.
Los programas formativos en distintos niveles son, en su mayoría, presenciales; no obstante, tomando en cuenta la progresiva digitalización de la educación, estos han comenzado a ofertarse en plataformas virtuales específicamente desarrolladas para este fin. A pesar de su crecimiento en el ámbito educativo, se espera expandir la posibilidad de estudiar a distancia o de forma híbrida, más aún en contextos en los que los centros educativos se encuentran en grandes ciudades, lejos de otras comunidades afincadas en zonas rurales o de difícil acceso. En este sentido, aprender a distancia se presenta como una posibilidad de romper barreras geográficas y sociales.
El aprendizaje no sería el mismo sin la educación musical y artística. En efecto, este enfoque aporta grandes beneficios cuando se trata de desarrollar la expresión individual, explorar la creatividad e incrementar el autoconocimiento. Así, la música, la pintura, la actuación, la danza, entre otros, contribuyen a la creación de espacios de encuentro tanto individual como colectivo. Aquí es importante hacer un apunte: el arte aporta oportunidades para el encuentro intercultural, para la cohesión social y para el reconocimiento de la diversidad. Siguiendo esto, el aprendizaje adquiere un nuevo cariz, más completo, uno que incluye la faceta más íntima de las personas, la misma que permite la empatía, el compromiso y el fortalecimiento de la sensibilidad social.
No podía faltar entre estas iniciativas la aplicación de los principios de la neuroeducación. Pero ¿cómo aporta al aprendizaje? La premisa es sencilla, pero dota de sentido a cualquier acción dentro y fuera de las aulas: los estudiantes, sean jóvenes o adultos, aprenden mejor cuando gustan, disfrutan, aman lo que estudian. Así, con base en la plasticidad cerebral (adaptación), el cerebro emocional (ambiente positivo) y otros principios, como la atención, el sueño y la nutrición, se puede aprender de manera profunda y duradera. Estos conocimientos, aplicados en el campo educativo, favorecen un mejor rendimiento académico y satisfacción en los estudiantes, ya que se toman como punto de partida los juegos, el aprendizaje multisensorial, las actividades al aire libre y, por supuesto, la retroalimentación.
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