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La declaratoria de herederos marca un hito importante en el complejo proceso sucesorio. Es el momento en el que se establece de manera oficial quiénes son los llamados a heredar los bienes de una persona fallecida. Sin embargo, este paso inicial no marca el fin del proceso, sino más bien el comienzo de una serie de procedimientos legales y administrativos que deben llevarse a cabo para efectivizar la sucesión.
En este artículo, vamos a estar viendo qué sigue después de la declaratoria de herederos, centrándonos en el contexto legal argentino.
La declaratoria de herederos es un acto judicial o notarial mediante el cual se determina quiénes son los herederos de una persona fallecida cuando esta no ha dejado testamento válido o cuando el testamento no cubre la totalidad de sus bienes.
En otras palabras, es el proceso mediante el cual se establece quiénes tienen derecho a los bienes hereditarios de la persona fallecida, de acuerdo con las normas de sucesión legítima establecidas en el Código Civil y Comercial argentino.
Los llamados a heredar son aquellos que tienen derecho a la herencia de la persona fallecida. En el caso de la sucesión legítima, es decir, cuando no existe testamento o este no cubre todos los bienes, los herederos se determinan siguiendo un orden establecido por la ley. En Argentina, este orden se basa en la relación de parentesco con el fallecido.
En primer lugar, tienen derecho a heredar los descendientes, es decir, los hijos y, en su defecto, los nietos. Si no hay descendientes, la ley otorga el derecho de herencia a los ascendientes, es decir, los padres y, en su defecto, los abuelos.
En ausencia de descendientes y ascendientes, la herencia pasa a los cónyuges o convivientes. Si tampoco hay cónyuge ni conviviente, la ley establece que los parientes colaterales hasta el cuarto grado pueden ser llamados a heredar.
Una vez que se ha obtenido la declaratoria de herederos, comienza una serie de etapas y procedimientos destinados a efectivizar la sucesión. Estas etapas pueden variar según el caso particular y las circunstancias involucradas, pero generalmente incluyen:
Realizar un inventario detallado de todos los bienes dejados por la persona fallecida es un paso fundamental en el proceso sucesorio. Este inventario no solo incluye bienes tangibles como propiedades, vehículos, muebles y objetos de valor, sino también activos financieros, cuentas bancarias, inversiones y cualquier otro tipo de patrimonio que forme parte de la herencia.
Una vez completado el inventario, es necesario determinar el valor de cada uno de los bienes mediante un avalúo. Este proceso puede implicar la contratación de peritos o profesionales especializados que evalúen adecuadamente el valor de los bienes, teniendo en cuenta factores como su estado de conservación, su antigüedad, su ubicación y su demanda en el mercado.
El objetivo de este paso es obtener una valoración precisa del patrimonio hereditario, lo que permitirá calcular correctamente las porciones hereditarias de cada heredero y evitar posibles disputas o controversias durante la posterior distribución de bienes.
La liquidación de deudas y cargas debe realizarse de manera meticulosa y transparente, asegurando que todas las obligaciones sean correctamente identificadas y atendidas. En muchos casos, será necesario obtener certificados de deuda y realizar trámites administrativos ante las entidades correspondientes para saldar los compromisos financieros de la sucesión.
Este paso es crucial para evitar futuros problemas legales y garantizar que los herederos reciban los bienes libres de cargas y deudas, asegurando así la integridad del patrimonio hereditario.
La partición de bienes puede ser un proceso complejo, especialmente cuando existen discrepancias entre los herederos o cuando los bienes no son fácilmente divisibles. En algunos casos, puede ser necesario realizar una valoración adicional de ciertos activos o recurrir a métodos de compensación para garantizar una distribución justa y equitativa.
Es importante que la partición de bienes se realice de manera transparente y consensuada, preferiblemente con la asistencia de profesionales del derecho que puedan mediar en caso de conflictos y asegurar el cumplimiento de las disposiciones legales aplicables.
Una vez acordada la partición de bienes, es necesario formalizar la transferencia de propiedad mediante la escrituración correspondiente y el registro en los organismos pertinentes. Este paso es fundamental para garantizar la seguridad jurídica de las transacciones y para que los herederos puedan ejercer plenamente sus derechos sobre los bienes heredados.
La escrituración implica la elaboración de escrituras públicas o instrumentos notariales que documenten la transferencia de propiedad de los bienes a los herederos correspondientes. Estos documentos deben ser firmados por todas las partes involucradas y registrados en el Registro de la Propiedad Inmueble u otros registros pertinentes según la naturaleza de los bienes.
En Argentina, una vez obtenida la declaratoria de herederos, existen algunos procedimientos adicionales que deben llevarse a cabo para completar el proceso sucesorio. Estos pueden incluir:
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