Cómo mejorar en natación

¿Cómo mejorar en natación? ¡Te damos los mejores consejos!

La natación es un deporte indicado para personas de todas las edades. Debido a sus características, se puede practicar desde la infancia hasta la adultez; incluso, mujeres gestantes y niños con pocos meses de nacidos pueden incursionar en esta práctica tan beneficiosa para la salud física y mental. Aunque es posible mantenerse en niveles básicos, también se pueden mejorar la ténica para alcanzar mejores resultados tras los entrenamientos. Entonces, ¿quieres saber cómo mejorar en natación? ¡Te lo contamos en seis efectivos consejos!

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Adopta una posición hidrodinámica 

Para mejorar en natación, sobre todo, en un nivel mucho más profesional, es necesario comenzar por contar con una posición hidrodinámica mientras se practica el nado. Como es de esperar, esta postura reduce la resistencia al agua y mejora la velocidad. Pero ¿de qué manera lograrla? 

En principio, el cuerpo debe mantenerse recto sin levantar demasiado la cabeza, ya que esto puede interrumpir la efectividad de las brazadas. Además, los pies, la cadera y la espalda deben compartir la misma alineación. La base para esto es, desde luego, el trabajo con los músculos que intervienen en esta postura. 

Usa el cuerpo a favor del movimiento 

Cada parte del cuerpo es fundamental en la natación como se ha visto antes. Por eso, hay que utilizar todos los miembros sin centrarse solo en las brazadas. Así, para generar un correcto impulso y alcanzar equilibrio, se debe aprovechar al máximo la rotación del torso. 

Esto permite optimizar el desplazamiento general del cuerpo, al mismo tiempo que se alcanza una buena flotación durante el avance controlado y constante. Como puede verse, la sincronización entre todas las partes del cuerpo contribuye a una técnica de natación más eficaz y menos fatigante. 

Aplica remadas como apoyo eficiente 

Entrenar las remadas es un paso también fundamental para mejorar en natación. Cada brazada, de hecho, debe comenzar con una extensión completa del brazo y una disposición adecuada de la palma de la mano. Esto garantiza una tracción potente, donde la mano y el antebrazo empujan el agua hacia atrás de forma efectiva. 

Además, la recuperación del brazo debe ser relajada y aerodinámica, puesto que lo que se busca son remadas continuas, estables y muy desarrolladas en el aspecto técnico. Con esto, se aumenta la velocidad, se reduce el esfuerzo y se disminuye el riesgo de lesiones. 

Evita el surgimiento de asimetrías 

El nado asimétrico, que consiste en disponer irregularmente los miembros, puede significar una pérdida innecesaria de energía, ya que no se logra un empuje efectivo; además, se cae en un desplazamiento ineficiente en consecuencia. ¿Cómo mejorar esto? 

Se recomienda practicar ejercicios específicos que promuevan el equilibrio y la coordinación, sobre todo, de los brazos en cada remada. Se incluyen también ejercicios de piernas y de alineación corporal. El acompañamiento de un profesional es imprescindible, ya que este brinda recomendaciones y ejemplos para una mejor práctica acuática. 

Utiliza palas para mejorar la técnica 

Aunque parezca un ejercicio poco efectivo, se trata de una de las mejores opciones para mejorar la técnica y la postura, así como fortalecer los músculos. La base de esto es sencilla, pero efectiva: al colocarse palas, sobre todo pequeñas, se incrementa la resistencia de la brazada, lo que deriva en la aplicación de más fuerza para avanzar en el nado. 

Con el acompañamiento de un entrenador o monitor de natación, se va mejorando poco a poco la calidad de cada brazada, donde se busca siempre evitar riesgos en hombros y muñecas. Un ejercicio efectivo incide en los músculos sin dañarlos. Además, estos ejercicios brindan retroalimentación inmediata sobre su efectividad: conforme se nada, se puede saber si hay dolor o molestias en cada movimiento, así como si se ven mejorías en el nado. 

Realiza ejercicios de natación en seco 

Los ejercicios de natación en seco son fundamentales para fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad, lo que influye directamente en el rendimiento dentro del agua. Estos ejercicios incluyen trabajo de fuerza, ejercicios técnicos y estiramientos específicos para natación. 

Entre ellos, se incluyen casi todas las rutinas que pueden encontrarse en un gimnasio, ya sea de piernas, espalda, brazos y también rutinas de ejercicios de alta intensidad, como los burpees, sentadillas, entre otros. 

Asimismo, cuando se trata de preparación muscular para el nado, se pueden tomar en cuenta los lunges, los abdominales de pie y las patadas de cangrejo. De todos modos, para una mejor rutina, es necesario realizar un plan personalizado junto a un especialista. 

Observa videos de cómo nadas 

El último consejo de la lista es quizá uno de los más importantes, aunque en ocasiones pueda quitársele importancia. Pero ¿en qué consiste observar cómo nadas? La base para aplicar esta revisión se encuentra en la grabación de rutinas de entrenamiento. Esto ofrece una perspectiva objetiva de la técnica empleada, las fortalezas y las áreas de mejora. Se recomienda grabar desde varios ángulos –frontal, lateral y desde abajo– para obtener una comprensión integral del estilo de nado. 

Al analizar los videos, es importante enfocarse en aspectos clave como la alineación del cuerpo, la simetría en las brazadas, la eficiencia del batido de piernas y la coordinación de la respiración. Solo o en compañía del entrenador, se identifican hábitos que podrían estar perjudicando la calidad del nado. Así se puede mejorar en natación de mejor manera. 

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