Índice
El ácido láctico es en un término casi omnipresente en las ciencias del deporte, asociado a la fatiga muscular y el temido "quemón". Sin embargo, la realidad sobre esta sustancia es más compleja de lo que se suele pensar.
Hoy vamos a desmitificar el ácido láctico y explicarte su papel crucial en el rendimiento deportivo. Descubriremos juntos que, lejos de ser un simple enemigo, el ácido láctico puede ser un aliado valioso en tu entrenamiento y competencia.
Acompáñanos en este viaje para comprender cómo el ácido láctico se produce en tu cuerpo, cómo afecta tu rendimiento y qué estrategias puedes implementar para optimizar su manejo y mejorar tu desempeño deportivo.
El ácido láctico, también conocido como lactato, es una molécula que se produce en el cuerpo humano como subproducto del metabolismo anaeróbico de la glucosa.
En otras palabras, cuando tus músculos no tienen suficiente oxígeno disponible para obtener energía de la glucosa de manera eficiente, recurren a un proceso más rápido (pero menos eficiente) llamado fermentación láctica, que produce ácido láctico como residuo.
La principal fuente de producción de ácido láctico se encuentra en las fibras musculares de tipo II, también conocidas como fibras de contracción rápida. Estas fibras son las que se reclutan durante actividades de alta intensidad y corta duración, como sprints, levantamiento de pesas o intervalos de alta intensidad (HIIT).
La concentración de lactatos en los músculos es lo que genera la sensación de quemazón o ardor que experimentamos durante el ejercicio intenso. Esto se debe a que el ácido láctico acidifica el ambiente muscular, lo que interfiere con la contracción muscular y provoca la fatiga.
Contrariamente a la creencia popular, el ácido láctico no es intrínsecamente malo. De hecho, juega un papel importante en el rendimiento deportivo:
A continuación, explicaremos los síntomas del ácido láctico que puedes experimentar como deportista, para que aprendas a reconocer las señales de tu cuerpo y optimizar tu rendimiento.
Es la señal más común y conocida de los niveles de ácido láctico. Se produce por la acumulación de ácido láctico en los músculos, lo que provoca una disminución del pH y la interferencia en la contracción muscular.
El ácido láctico también contribuye a la fatiga muscular, ya que interfiere con el suministro de oxígeno y glucosa a los músculos. Esto puede manifestarse como una disminución de la fuerza, la potencia y la resistencia durante el ejercicio.
La acumulación de ácido láctico puede provocar rigidez muscular en las horas posteriores a una rutina de ejercicios intensos. Esto se debe a la microlesión de las fibras musculares y a la inflamación asociada.
En casos extremos, la acumulación de ácido láctico puede generar acidosis láctica, una condición en la que el pH de la sangre disminuye significativamente.
Si bien el ácido láctico no es la causa principal del dolor muscular de aparición tardía (DOMS), sí puede contribuir a su desarrollo. El DOMS se caracteriza por dolor y sensibilidad muscular que aparecen entre 24 y 72 horas después del ejercicio intenso.
Una vez que finaliza el ejercicio intenso, el ácido láctico se elimina del cuerpo a través de dos procesos principales:
En resumen, el ácido láctico es un subproducto natural y necesario del metabolismo anaeróbico. Si bien su acumulación puede generar fatiga muscular, también juega un papel crucial en el rendimiento deportivo y la adaptación muscular.
Nuestra Formación
Nuestro porfolio se compone de cursos online, cursos homologados, baremables en oposiciones y formación superior de posgrado y máster.
Ver oferta formativa¡Muchas gracias!
Hemos recibido correctamente tus datos. En breve nos pondremos en contacto contigo.