¿Qué condiciones necesitan las bacterias para multiplicarse?
Las bacterias están en todas partes. Algunas son necesarias para el correcto funcionamiento de organismos, pero también hay otras nocivas que pueden causar, incluso, la muerte. Estas, en efecto, pueden ser perjudiciales para la salud, ya que provocan infecciones y contaminación de alimentos. Es necesario cómo se multiplican para evitar que esto suceda, sobre todo, en los restaurantes y cocinas familiares.
Entonces, ¿qué condiciones necesitan las bacterias para multiplicarse? En este post, te contamos todo lo que debes saber al respecto.
¿Cómo se reproducen las bacterias?
Las bacterias se reproducen mediante el proceso llamado fisión binaria, un método asexual que permite a una célula bacteriana dividirse en dos células hijas idénticas. Sin embargo, también existen mecanismos parasexuales que facilitan la transferencia genética sin reproducción sexual directa. A continuación, se describen estos procesos en detalle.
Fisión binaria
La fisión binaria es el principal método de reproducción asexual en bacterias.
Replicación de ADN. El proceso inicia con la replicación del material genético. Esto asegura que cada célula reciba una copia idéntica del ADN.
División de cromosoma. Luego, los cromosomas se separan y se distribuyen en cada extremo de la célula.
Citocinesis. La célula se divide físicamente en la citocinesis, donde se forma una nueva pared celular que separa las dos células hijas.
Reproducción parasexual
Además de la fisión binaria, las bacterias pueden intercambiar material genético a través de procesos parasexuales como la conjugación, transformación y transducción. Estos métodos no resultan en la formación de nuevas células, pero promueven la diversidad genética.
¿Qué condiciones necesitan las bacterias para multiplicarse?
Temperatura
La temperatura propicia para la reproducción de bacterias se sitúa entre los 5 y los 60 grados centígrados. En estas condicionas, estos microorganismos se encuentran en condiciones de experimentar los procesos propios de fisión binaria.
De ahí que a este rango de temperatura se le conozca como zona de peligro, debido a la multiplicación acelerada que experimentan las bacterias en poco tiempo. Por lo mismo, se recomienda almacenar los alimentos en neveras o refrigeradoras que conserven temperaturas estables menores de 4 grados centígrados e inferiores a –18 grados centígrados en el caso de los congelados.
Humedad
Para comprender la proliferación de bacterias, la humedad es uno de los factores que no pueden dejar de mencionarse. Como es bien sabido, los microorganismos dependen del agua para su supervivencia y reproducción, por lo que ambientes o superficies húmedas se convierten en caldos de cultivo para ellos.
Asimismo, hay que considerar las características de los alimentos: algunos son más propensos a estropearse pronto por los índices de actividad de agua. Precisamente, sin un almacenamiento adecuado, estos pueden favorecer a la rápida multiplicación de bacterias. Hay alimentos menos perecederos por su bajo nivel de agua.
Acidez
La acidez se mide mediante el pH cuya escala va del 0 al 14, donde 0 indica acidez y el 14, alcalinidad. Se considera pH neutro al punto intermedio marcado por 7. En este punto en el que la multiplicación bacteriana tiene mayor cabida por brindar condiciones propicias junto con la temperatura y humedad (e.g. las carnes).
Sin embargo, hay hongos, como el moho, que pueden surgir y multiplicarse en contextos más ácidos o ligeramente alcalinos. Para evitar la proliferación de estos microorganismos se recomienda guardar los alimentos en depósitos adecuados, neveras y en lugares en los que las temperaturas mínimas de conservación sean constantes.
Nutrientes
Otro factor que no puede pasar desapercibido es la cantidad de nutrientes que posee un alimento. Según estos, ya sean nitrógeno, fósforo o hidrógeno, las bacterias pueden encontrar un espacio propio para multiplicarse con gran rapidez. ¿Te has preguntado por qué las carnes, los lácteos y los productos avícolas se descomponen con mayor velocidad? La respuesta está en que los microorganismos aprovechan sus características nutricionales para desarrollarse.
¿Cómo evitar la reproducción de bacterias?
Mantener la cadena de frío
La cadena de frío es una condición controlada de temperatura con la que se almacenan, transportan y distribuyen alimentos, sean congelados o no. En este sentido, las bajas temperaturas indicadas para cada producto buscan garantizar la inocuidad del alimento y el cumplimiento de la fecha de consumo preferente.
Es una medida obligatoria en los comercios dedicados a la venta de productos alimentarios. Los usuarios deben conocer la importancia de esta medida para conservar sus alimentos adecuadamente luego de la compra.
Reducción de la humedad
La humedad, junto con la temperatura, brinda condiciones oportunas para la multiplicación de las bacterias. Como se sabe, los microorganismos necesitan agua no solo para subsistir, sino también para reproducirse.
Siguiendo esto, cuando se busca conservar adecuadamente alimentos, la recomendación siempre es la misma: almacenarlos en lugares frescos y secos. Entre los métodos más utilizados para conservar ciertos productos, se encuentran la deshidratación, la curación y la salazón.
Cocción a temperaturas altas
Las bacterias están presentes en todos los alimentos. Para eliminarlos, por ejemplo, se utilizan métodos como la pasteurización en productos lácteos u ovoproductos, que busca eliminar bacterias nocivas para el ser humano (e.g. brucelosis, salmonelosis, estafilococos, etc.).
Pero este proceso también se logra a través de la cocción a altas temperaturas. Sea en casa o establecimientos de comida, los alimentos se hierven, hornean o fríen a más de 65 grados centígrados. La seguridad alimentaria depende de la cocción adecuada de carnes, verduras y otros ingredientes.
Mantener una buena higiene
¿Cómo mantener la cocina libre de bacterias? La respuesta está en una limpieza profunda y metódica de todas las superficies, utensilios y demás herramientas para la preparación de alimentos. Hay muchos desinfectantes utilizados en la industria de alimentos, hostelería y restauración y los hogares.
Se incluyen, sobre todo, los hipocloritos (lejía alimentaria) y los alcoholes. Para aplicarlas, se mezclan con agua y se dosifican en función de las superficies que se desean desinfectar. En cualquier caso, estos productos nunca deben mezclarse con otras sustancias como el amoniaco.
Evitar la contaminación cruzada
Para empezar, ¿qué es la contaminación cruzada? Consiste básicamente en la transferencia de microorganismos de un alimento a otro que no los tenía. Se produce mediante el contacto directo entre alimentos o, más frecuentemente, por el uso de utensilios sin higienizar correctamente tras haberlos aplicado a cortar, limpiar o procesar productos como carne cruda. La principal recomendación para evitarla es usar utensilios y tablas diferentes para cada tipo de alimento.
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