Índice
Las empresas serán sostenibles o no serán. Así lo afirma el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, una iniciativa que lidera la sostenibilidad empresarial. Las condiciones climáticas y sociales en el mundo actual obligan a mirar más allá de los beneficios económicos, ahora es necesario identificar oportunidades de negocio que vengan de la mano con prácticas sostenibles.
De esta forma, el concepto de sostenibilidad empresarial implica que los negocios aseguren su viabilidad y éxito a largo plazo sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. Sobre los objetivos de las empresas sostenibles y los indicadores que deben cumplir hablamos en el post. ¡Sigue leyendo!
La sostenibilidad empresarial es un enfoque estratégico que busca equilibrar el crecimiento económico, la responsabilidad social y la protección del medio ambiente en las operaciones de un negocio. A esto se suma el impacto positivo que generan las prácticas sostenibles en la comunidad a través de la inclusión de las áreas ASG en la estrategia empresarial.
Las áreas de ASG son criterios clave de trabajo en las empresas que toman su nombre de:
Ambiental: implementar prácticas que reduzcan el impacto ambiental, como la reducción de emisiones de carbono, la gestión eficiente de recursos y residuos, y la promoción de la biodiversidad.
Social: tratar a los empleados, proveedores y comunidades con justicia y equidad. Esto incluye garantizar condiciones laborales justas, invertir en el desarrollo comunitario y respetar los derechos humanos.
Gobernanza: adoptar prácticas de negocio éticas y transparentes que promuevan la integridad y la lucha contra la corrupción. También implica generar beneficios económicos sostenibles y justos para todos los interesados.
Si se abordan estas áreas de forma integral, las empresas estarán preparadas para responder a la creciente demanda de consumidores y reguladores por prácticas más responsables. Además, representa una oportunidad para la innovación, la eficiencia y la creación de valor a largo plazo.
La sostenibilidad empresarial abarca varios tipos. Cada uno se enfoca en diferentes aspectos del funcionamiento y el impacto de una empresa. No obstante, se trata de aspectos interconectados y que se refuerzan mutuamente, contribuyendo a una visión holística del desarrollo sostenible.
A continuación, explicamos con detalle los tipos de sostenibilidad empresarial, que se dividen en sostenibilidad económica, ambiental y social.
Gestión de recursos: uso eficiente y responsable de recursos naturales como agua, energía y materias primas.
Reducción de emisiones: implementación de prácticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y otras formas de contaminación.
Energías renovables: inversión en fuentes de energía renovable, como solar, eólica y geotérmica.
Economía circular: promoción del reciclaje y la reutilización de materiales para reducir los desechos y cerrar los ciclos de producción.
Derechos Humanos: respeto y promoción de los derechos humanos en todas las operaciones de la empresa y su cadena de suministro.
Condiciones laborales: asegurar condiciones de trabajo seguras, justas y equitativas para todos los empleados.
Inversión comunitaria: apoyo y desarrollo de las comunidades locales a través de programas de educación, salud y desarrollo económico.
Diversidad e inclusión: fomento de una cultura corporativa inclusiva que valore cualquier tipo de diversidad.
Prácticas éticas: adopción de prácticas comerciales éticas que promuevan la transparencia y la integridad.
Rentabilidad sostenible: generación de beneficios económicos a largo plazo sin comprometer la sostenibilidad ambiental y social.
Innovación y mejora continua: inversión en innovación y desarrollo para mejorar la eficiencia y reducir el impacto ambiental.
Gobernanza corporativa: implementación de sistemas de gobernanza robustos que aseguren la toma de decisiones responsables y sostenibles.
Como decíamos al inicio, las empresas que no adopten prácticas sostenibles se diluirán en el tiempo. Las condiciones del mundo actual no dejan otra alternativa. Por ello, es una prioridad para las organizaciones, pero ¿por dónde empezar?
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada por las Naciones Unidas en 2015, establece 17 objetivos que las empresas sostenibles pueden utilizar como marco para guiar sus estrategias y operaciones. A continuación, resumimos estos objetivos:
Reducción de la pobreza y el hambre: crear empleos dignos, apoyar el crecimiento económico inclusivo y asegurar la productividad agrícola y cadenas de suministro sostenibles.
Salud y bienestar: promover la salud en el lugar de trabajo, mejorar el acceso al agua potable y saneamiento, y asegurar el uso de energías renovables y eficientes.
Educación y trabajo decente: invertir en la educación y capacitación de empleados y comunidades, y fomentar el crecimiento económico sostenible mediante la creación de empleos de calidad.
Igualdad y reducción de desigualdades: promover políticas inclusivas, eliminar la discriminación de género y reducir las desigualdades sociales y económicas.
Innovación y sostenibilidad industrial: invertir en infraestructuras sostenibles, fomentar la innovación y adoptar prácticas de producción y consumo responsables.
Acción climática y protección de ecosistemas: reducir las emisiones de carbono, proteger la biodiversidad, los ecosistemas marinos y terrestres.
Paz, justicia y alianzas: promover la paz, la justicia, combatir la corrupción y fortalecer instituciones mediante prácticas transparentes, además de colaborar con otros sectores para lograr los objetivos.
Los indicadores de sostenibilidad empresarial son métricas que permiten a las empresas medir y evaluar su desempeño en diversas áreas de sostenibilidad. En el ámbito ambiental se consideran los siguientes factores:
Huella de carbono: mide las emisiones de CO2e y la intensidad de estas emisiones.
Consumo de energía: evalúa la cantidad total de energía consumida, desglosada por fuentes renovables y no renovables.
Gestión de agua y residuos: incluye el volumen de agua y residuos utilizados, y el porcentaje que se reutiliza o recicla.
Uso de materiales sostenibles.
Por otra parte, los indicadores sociales miden:
Condiciones laborales: aborda la tasa de incidentes y accidentes laborales, y las horas de capacitación por empleado.
Diversidad e inclusión.
Derechos Humanos: evalúa el cumplimiento de estándares laborales y derechos humanos en la cadena de suministro, así como la implementación de políticas contra la discriminación.
Relaciones comunitarias: incluye la inversión total en proyectos comunitarios y de desarrollo local.
Mientras tanto, en el ámbito económico se evalúa:
Desempeño financiero: abarca los ingresos totales y beneficios netos, y la rentabilidad ajustada por factores de sostenibilidad.
Inversión en sostenibilidad.
Gobernanza y ética: mide la frecuencia y calidad de los informes de sostenibilidad, y el número de incidentes de incumplimiento de normativas y regulaciones.
Por último, podemos añadir un indicador de alianzas, que evalúa el número de alianzas estratégicas con otras empresas, ONG y gobiernos para proyectos de sostenibilidad, y los resultados derivados de estas colaboraciones.
¿Quieres guiar a las empresas hacia un desarrollo económico respetuoso con el medio ambiente y la sociedad? Si la respuesta es afirmativa, entonces el Curso de Especialista de Responsabilidad Social Corporativa es para ti. ¡Fórmate con Euroinnova!
Nuestra Formación
Nuestro porfolio se compone de cursos online, cursos homologados, baremables en oposiciones y formación superior de posgrado y máster.
Ver oferta formativa¡Muchas gracias!
Hemos recibido correctamente tus datos. En breve nos pondremos en contacto contigo.