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Llevar la contabilidad de una empresa es una labor que requiere de formación y mucha organización, conocimientos sobre las leyes tributarias y dominio sobre el sector en el que se desarrolla la actividad comercial; por eso, el perfil del contable administrativo es tan importante en cualquier corporación, grande o pequeña.
Dentro de todas sus funciones, una de las más importantes, es llevar al día todas las obligaciones tributarias, es decir, tener controlado el pago de impuestos para no incurrir en ningún delito.
Para mantener la salud financiera de una empresa, no solo es necesario saber cómo gestionar los recursos económicos, sino, tener controladas las novedades en materia de impuestos. Si quieres ponerte al día sobre las novedades fiscales, visita nuestro catálogo formativo en contabilidad fiscal avanzada.
En este post veremos qué son los gastos no deducibles, estrategias para minimizarlos y los tipos que existen. ¡Quédate con nosotros y refresca tus conocimientos!
Como sabes, los gastos contables no deducibles son aquellos desembolsos realizados por una empresa que, aunque se reflejen en sus registros contables, no pueden ser utilizados para reducir la carga tributaria. Por lo general, esos gastos suelen incluir multas, sanciones, gastos personales del propietario y otros desembolsos que no están relacionados con la operación comercial legítima de la empresa. Pero, para entender mejor la cuenta contable de gastos no deducibles, veamos qué tipos existen:
Las multas y sanciones impuestas por organismos gubernamentales o entidades regulatorias generalmente no son deducibles.
Los gastos personales del propietario o empleados que no estén directamente relacionados con la actividad comercial, como viajes personales o compras no comerciales, no suelen ser deducibles.
Las donaciones a organizaciones no autorizadas o sin fines benéficos reconocidos pueden no ser deducibles.
En algunos casos, los dividendos pagados a los accionistas pueden no ser deducibles.
Los gastos relacionados con actividades ilegales o inmorales, como sobornos o actividades ilegales, obviamente no son deducibles.
Los gastos de entretenimiento, como fiestas o comidas de empresa, que se consideran excesivos o extravagantes pueden no ser deducibles.
Los intereses pagados sobre deudas que no estén relacionadas con la operación comercial de la empresa pueden no ser deducibles.
En ciertos casos, la depreciación acelerada excesiva de activos puede no ser completamente deducible.
Para minimizar los gastos no deducibles de una empresa, lo mejor es enfocar la estrategia hacia medidas de prevención e información, como, por ejemplo:
Supongamos que una pequeña empresa de consultoría había estado incurriendo en gastos de entretenimiento significativos, como cenas demasiado recurrentes y eventos de networking que habían sido registrados como gastos deducibles en su contabilidad. Sin embargo, al revisar más a fondo sus prácticas de gastos, la empresa se dio cuenta de que muchos de estos gastos no estaban relacionados directamente con la generación de ingresos o el mantenimiento de relaciones comerciales clave.
Después de consultar con un asesor y revisar su política de gastos, la empresa decidió implementar un límite más estricto en los gastos de entretenimiento y solo considerar deducibles aquellos gastos que estuvieran directamente relacionados con proyectos específicos o la adquisición de nuevos clientes.
Como resultado, la empresa redujo sus gastos deducibles en la categoría de entretenimiento y, en consecuencia, disminuyó su carga tributaria. Esta reducción en los gastos no deducibles ayudó a la empresa a maximizar su eficiencia fiscal y mejorar su situación financiera.
Como conclusión, podemos decir que es de vital importancia controlar y detectar los gastos no deducibles, ya que tienen un impacto directo en la declaración de impuestos de una empresa, y estos no pueden ser restados de los ingresos totales para calcular la base imponible. Esto significa que la empresa tendrá una mayor carga tributaria, lo que resultará en un mayor monto a pagar en impuestos.
Es esencial identificar y clasificar adecuadamente estos gastos para evitar multas y sanciones, así como para asegurarse de cumplir con las regulaciones fiscales. Por estos motivos, principalmente, se debe contar con un experto en contabilidad, porque la gestión efectiva de los gastos no deducibles es crucial para mantener la salud financiera y cumplir con las obligaciones fiscales de manera correcta y legal.
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